Afirmó
“Armillita Chico”
Con
motivo de su salida de España en 1936 junto con otros toreros mexicanos
provocado por el llamado “Boicot del Miedo”
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
Seguimos con el tema del “Boicot del Miedo” en
contra de los toreros mexicanos, encabezado en 1936 por los diestros ibéricos
Marcial Lalanda y Diego Mazquiarán “Fortuna”, pues según cuenta la historia el
presidente de la República Mexicana, el general Lázaro Cárdenas, dio toda clase
de facilidades para el regreso de algunos diestros nacionales que se hallaban
en suelo español y en situación económica difícil, enviándoles pasajes.
De esta manera, se documenta que heridos en lo más
hondo, pero siempre dignos, los diestros mexicanos abandonaron España en cuyos
ruedos dejaban el recuerdo de su arte y su valor qué, en muchas ocasiones,
aquellos nobles públicos premiaran con sonoras ovaciones, incluso vitoreando el
nombre de ¡México!
Evidentemente, el matador de toros que comandaba a
nuestros toreros era el maestro Fermín Espinosa “Armillita Chico”, quien
momentos antes de viajar de regreso a México al embarcarse en Santander en el
barco “Cristóbal Colón”, ese 28 de junio de 1936, sobre el problema fue
entrevistado por la United Press y gracias a la obra del escritor don Guillermo
E. Padilla, “Historia de la Plaza El Toreo, Época de Oro”, así se expresó el
célebre diestro saltillense:
“Hoy decidí regresar a México. Llegué anoche a
Madrid y tuve noticias de que el gobierno no había llevado a la práctica su
determinación de imponer sanciones a los toreros que se negaron a torear con
mexicanos, después de haber fracasado también en los intentos que se hicieron
para lograr que los toreros españoles respetaran el decreto del gobierno
expedido hace varias semanas.
En vista de esa situación me di cuenta de que
sería inútil permanecer aquí, no obstante que tengo corridas contratadas en
España, Portugal y Francia, pues no se me permitirá de seguro tomar parte en
ninguna de ellas a causa de la actitud de los toreros españoles que se han
portado muy mal, aún aquellos que creíamos nos ayudarían y nos fallaron.
Si permanecemos en España, lo único que tal vez
lograremos será agravar más aún las dificultades, cuya solución quizá se logre
con el tiempo y entonces podremos regresar. No me inclino en favor de la idea
de algunos, de que por nosotros se ejerzan represalias en México en contra de
los españoles que trabajan en mi país y considero que si intervinieran algunas
personas prominentes para gestionar la solución del conflicto, ésta de seguro
se lograría.
Estamos agradecidos con el personal de nuestra
embajada y, en especial, con los miembros de dicho personal que se empeñaron en
ayudarnos, agradeciendo asimismo todo lo que se ha hecho en la embajada por
nosotros, convencidos de que ya no era posible hacer más.
Ya hemos esperado lo suficiente. El primer decreto
no llegó a cumplirse y enseguida se impusieron las sanciones cuya aplicación se
anuncia hasta que se efectúe la Corrida de la Beneficencia (23 de abril de
1936), pero es más seguro que surja algún otro factor que sea causa de nuevo
aplazamiento. Si no podemos torear aquí, es preferible pasar esta etapa de
inactividad en nuestro país.
Salen conmigo 24 toreros mexicanos y todos ellos
me piden que haga presente sus respetos y agradecimientos al pueblo español, al
que todos enviamos un fraternal abrazo de despedida.
Dejo la península sin rencores, pues no lo siento
por nadie, ni aun por aquellos que provocaron tanta oposición y sin recordar
siquiera estas miserias humanas. Salgo de esta tierra contento porque voy de
regreso a la mía.
La primera vez que vine a España contaba con
apenas 16 años de edad y, ahora (con 25 cumplidos), por un fenómeno inexcusable
me veo obligado a partir. No sé si será para siempre, pero aunque sea mi
ausencia temporal, recordaré toda mi vida esta partida por lo inesperada.
Quiero que sepan todos los españoles una cosa, que dondequiera que esté seré su
defensor”.
Finalmente, al cabo de ocho años, el 12 de julio
de 1944, se solucionó el conflicto taurino hispano mexicano y el siguiente
martes 18 del mismo mes se celebró una corrida de toros en Madrid con la
participación de Carlos Arruza, quien fue así el primer torero mexicano que
volvía a torear en España desde 1936 … Continuará.
DATO
Dejo la península sin rencores, pues no lo siento por nadie,
ni aun por aquellos que provocaron tanta oposición y sin recordar siquiera
estas miserias humanas, dijo “Armillita Chico”
Como alumnos del
CITAR: Aguilar, Carim y Ricaud realizan labores de tienta
Los
novilleros mexicanos lo hicieron en la ganadería andaluza de Aguadulce, donde
probaron seis becerras
Desde España se reportan los novilleros mexicanos,
el aquicalidense Miguel Aguilar, el zacatecano César Carim y el también
connacional Emilio Ricaud, para informar qué, junto con el español Curro
Campano, todos alumnos del Centro Internacional de Tauromaquia y Alto
Rendimiento (CITAR), ubicado en Fuentelecina, provincia de Guadalajara,
realizaron intensas labores de tienta en la ganadería sevillana de Aguadulce
(encaste Núñez), con divisa en blanco y verde, acompañados de sus profesores
Luis Miguel Encabo y Juan Castilla.
De ahí que los chavales se dieran gusto toreando
y, sobre todo, afinando su técnica y tauromaquia, con seis vacas que dieron
nota de tienta sobresaliente.
De esta manera, poco a poco estos discípulos del
centro han retomado sus clases y entrenamientos, siguiendo en todo momento las
medidas sanitarias que establece este país.
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