sábado, 27 de junio de 2020

OPINIÓN - El comentario de Juan Antonio de Labra

"...Pero el toreo no puede detenerse y algunos empresarios..."

JUAN ANTONIO DE LABRA
www.altoromexico.com

En la Europa taurina comienza a verse una pequeña luz al final del túnel, y a diferencia de hace unos tres meses, cuando las noticias sólo hablaban de suspensiones por doquier, ahora parece que habrá condiciones favorables para dar toros, siempre y cuando los empresarios decidan jugársela.

Con los aforos condicionados a la baja, y sin la certeza de que la gente tenga dinero para gastar en ocio, o ganas de acudir a lugares donde haya la posibilidad de contagiarse, el problema seguirá latente y así será mientras no exista una vacuna que brinde la seguridad suficiente para el público.

Pero el toreo no puede detenerse y algunos empresarios, en un gesto que los honra, pretenden enviar el mensaje de que la Fiesta está viva, y no agónica, como así se ha percibido en las últimas semanas. Dar toros con las restricciones impuestas por las autoridades puede servir de ejemplo a otras localidades, sobre todo a aquellas que todavía tienen más de tres meses por delante antes de que llegue el momento de celebrar sus respectivas fiestas.

La intención es reactivar la economía. Los políticos lo saben, y por ello deben estar atentos para favorecer aquellas iniciativas de apertura, lo que generaría una inercia positiva en dicho sentido. Porque está claro que la pandemia ha sido una cornada tremenda, más grave que cualquier crisis económica anterior.

Aquí en México, las cifras oficiales ya están en más de 24 mil muertos, y todo apunta a que en menos de un mes los números podrían duplicarse y habría más fallecidos que en Reino Unido, que son más 43 mil, para situar al país en tercer lugar mundial tan sólo por detrás de Brasil y Estados Unidos, en un hecho que sería todavía más preocupante.

Así que en este instante no tiene caso hablar de una posibilidad de ver el semáforo en verde y pensar que habrá toros pronto, por más que algunos entusiastas piensen lo contrario. Y en ese vacío de noticias favorables, peligran todas las ferias o temporadas de aquí al final del año.

También hay que considerar que la situación financiera se ha deteriorado de forma exponencial, pues desde hace más de un año ya se dejaban sentir los estragos de la desaceleración económica originada por una incertidumbre política que cada día se agrava más con un gobierno incapaz de resolver los problemas más inmediatos.

Tal y como están las cosas, todo apunta que la "nueva normalidad" taurina será idéntica a lo que había antes de la pandemia, pero con el agravante de tener menos público en los tendidos, lo que seguirá siendo una condicionante difícil de vencer si no hay una reacción inmediata e inteligente por parte de los estamentos que conforman la Fiesta.

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