"...Pero
el toreo no puede detenerse y algunos empresarios..."
JUAN
ANTONIO DE LABRA
www.altoromexico.com
En la Europa taurina comienza a verse una pequeña
luz al final del túnel, y a diferencia de hace unos tres meses, cuando las
noticias sólo hablaban de suspensiones por doquier, ahora parece que habrá
condiciones favorables para dar toros, siempre y cuando los empresarios decidan
jugársela.
Con los aforos condicionados a la baja, y sin la
certeza de que la gente tenga dinero para gastar en ocio, o ganas de acudir a
lugares donde haya la posibilidad de contagiarse, el problema seguirá latente y
así será mientras no exista una vacuna que brinde la seguridad suficiente para
el público.
Pero el toreo no puede detenerse y algunos
empresarios, en un gesto que los honra, pretenden enviar el mensaje de que la
Fiesta está viva, y no agónica, como así se ha percibido en las últimas
semanas. Dar toros con las restricciones impuestas por las autoridades puede
servir de ejemplo a otras localidades, sobre todo a aquellas que todavía tienen
más de tres meses por delante antes de que llegue el momento de celebrar sus
respectivas fiestas.
La intención es reactivar la economía. Los
políticos lo saben, y por ello deben estar atentos para favorecer aquellas
iniciativas de apertura, lo que generaría una inercia positiva en dicho
sentido. Porque está claro que la pandemia ha sido una cornada tremenda, más
grave que cualquier crisis económica anterior.
Aquí en México, las cifras oficiales ya están en
más de 24 mil muertos, y todo apunta a que en menos de un mes los números
podrían duplicarse y habría más fallecidos que en Reino Unido, que son más 43
mil, para situar al país en tercer lugar mundial tan sólo por detrás de Brasil
y Estados Unidos, en un hecho que sería todavía más preocupante.
Así que en este instante no tiene caso hablar de
una posibilidad de ver el semáforo en verde y pensar que habrá toros pronto,
por más que algunos entusiastas piensen lo contrario. Y en ese vacío de
noticias favorables, peligran todas las ferias o temporadas de aquí al final
del año.
También hay que considerar que la situación
financiera se ha deteriorado de forma exponencial, pues desde hace más de un
año ya se dejaban sentir los estragos de la desaceleración económica originada
por una incertidumbre política que cada día se agrava más con un gobierno
incapaz de resolver los problemas más inmediatos.
Tal y como están las cosas, todo apunta que la
"nueva normalidad" taurina será idéntica a lo que había antes de la
pandemia, pero con el agravante de tener menos público en los tendidos, lo que
seguirá siendo una condicionante difícil de vencer si no hay una reacción
inmediata e inteligente por parte de los estamentos que conforman la Fiesta.
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