El 12
de julio de 1944
Toreros, ganaderos, empresarios, periodistas y aficionados agasajaron a don Antonio Algara por su gestión en España / Cortesía Historia de la Plaza El Toreo |
El
empresario de El Toreo de la Condesa, don Antonio Algara, fue pieza fundamental
para que se arreglara lo del llamado “Boicot del Miedo”
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
Sobre la solución del conflicto taurino hispano
mexicano que comenzó en abril de 1936 y que tardó ocho años en resolverse, es
en la obra del escritor Guillermo E. Padilla, “Historia de la Plaza El Toreo,
Época de Oro”, donde se conocen los detalles y aquí los recordamos:
“A mediados de enero de 1944, el diario Excélsior
publicó una noticia que produjo sensación en los círculos taurinos de México.
En ella se decía que los diestros españoles se encontraban en la mejor
disposición de reanudar el intercambio con nuestros toreros, para lo cual
proponían como base de convenio la libre contratación.
Posterior a aquel mensaje, don Antonio Algara,
gerente de la empresa de El Toreo de la Condesa, recibió de Madrid una carta
(telegrama) en la que los toreros hispanos textualmente decían lo siguiente:
‘Toreros españoles aceptamos arreglo pleito.
Deseamos comunique Sociedad Matadores Mexicanos que para mejor armonía deseamos
no contraigan contratos exclusiva con empresarios exclusivistas.- Firmamos
‘Manolete’, Juan Belmonte, Pedro Barrera, ‘Andaluz’, ‘Gallito’, ‘Morenito de
Talavera’, ‘Cagancho’ y ‘Chicuelo’’.
El 17 de abril de ese 1944 salió don Antonio
Algara rumbo a España llevando el respaldo de la torería mexicana para realizar
gestiones conducentes a un decoroso, digno y cordial arreglo en el conflicto
existente entre diestros peninsulares y aztecas desde el año de 1936.
Nuestro mundillo taurino estuvo pendiente de las
diligencias de don Antonio, confiando en que su habilidad y diplomacia lo
llevarían a un arreglo feliz.
Y así fue, pues en su primer cable (telegrama)
daba cuenta a la afición mexicana sobre el resultado de su embajada en los
siguientes términos:
‘Felicitémonos. Asunto toreros prácticamente
resuelto. Cablegrafiaré pormenores. Arruza llegará a Madrid lunes 26 de mayo
toreando próximamente. Saluden afición mexicana. Saludos cariñosos. Antonio
Algara’.
Días después recibió el diestro David Liceaga,
secretario general de la Unión Mexicana de Matadores de Toros y Novillos, el
pliego con la proposición de los diestros españoles. Dicho documento, en el que
se fijaban las bases que normarían el intercambio hispano mexicano y después de
ser discutido por nuestras agrupaciones taurinas llegaron al acuerdo de qué,
para la aceptación de las proposiciones y a fin de que la dignidad taurina
mexicana quedase a flote, se exigía que fuera primero un diestro mexicano quien
actuara en una plaza española y luego un español en un ruedo de México.
El 1 de julio, el torero retirado madrileño
Marcial Lalanda enviaba de Madrid a México un cablegrama a su amigo don Enrique
Pría, confirmándole la solución del pleito. El mensaje decía:
‘Algara solucionó asunto taurino. Desconozco bases
profesionales en estudio. Contento solución. Enhorabuena. Marcial Lalanda’.
Como se recordará, Lalanda había sido uno de los
principales promotores del boicot contra nuestros toreros en 1936, por lo que
su mensaje fue tomado aquí como una confirmación sobre el arreglo del susodicho
pleito.
El 11 de julio, por medio de otro mensaje, don
Antonio Algara daba a conocer a la afición mexicana las bases y condiciones
sobre las que iba a firmarse el convenio que pondría punto final al enojoso
caso. El cable rezaba así:
‘Junta hoy resolvió favorablemente arreglo libre
contratación matadores y novilleros. Sólo exigen, toreros vengan ésta, tengan
tres corridas firmadas e igual cosa piden para toreros vayan ésa. Arreglo
unánime, amistoso, equitativo ambas partes. Arruza torea este día 18 de julio
según exigencias toreros ésa, como base de arreglo. Felicítoles. Procedo firmar
contratos. Salgo próxima semana. Saludos. Antonio Algara’.
En efecto, la tarde del martes 18 de julio de
1944, en medio de una enorme expectación y para que las exigencias de nuestros
toreros quedasen satisfechas, el mexicano Carlos Arruza hacía el paseíllo en la
plaza Monumental de Madrid para confirmar su alternativa. Actuaba como padrino
Antonio ‘Bienvenida’ y de testigo Emiliano de la Casa ‘Morenito de Talavera’.
Los toros procedieron de la divisa de don Vicente Muriel.
‘Avilés’ se llamó el burel de la confirmación, con
el que nuestro torero alcanzó un triunfo apoteósico que lo consagró como una
primerísima figura del toreo y de paso abrió de par en par las puertas de las
plazas españolas a los toreros mexicanos”.
Se cuenta igualmente que el siguiente 16 de
septiembre de 1944, en el restaurante Torino de la Ciudad de México tuvo lugar
un banquete en homenaje a don Antonio Algara por su trascendente gestión en
España y al cual asistieron toreros, ganaderos, empresarios, periodistas y
aficionados.
Más adelante, según lo registra el historiador don
Heriberto Lanfranchi, en su obra “Fiesta Brava en México y en España”, el
domingo 3 de diciembre de ese 1944, en la tercera corrida de la Temporada
1944-1945, en El Toreo de la Condesa, el diestro andaluz Joaquín Rodríguez
“Cagancho” fue el primer espada español en volver a torear en ruedos
nacionales.
En tan significativa ocasión, el diestro gitano
alternó con Carlos Arruza y Luis Briones, en la lidia de un encierro de La
Laguna, para reanudar así las relaciones taurinas hispano mexicanas. Así qué,
ante un lleno a reventar, “Cagancho” nada hizo en su lote, pero en el tercero,
que lidió por Briones, dio vuelta al ruedo. Arruza le cortó una oreja al
segundo, “Rondinero”. Y Briones al intentar un quite al mismo segundo,
echándose el capote a la espalda, recibió tremendo pitonazo cerca del ojo
derecho, por lo que con la cara bañada en sangre fue llevado violentamente a la
enfermería, donde le apreciaron una gravísima fractura de la base del cráneo
con salida de líquido cefalorraquídeo. Así se escribe la historia.
DATO
El 18 de julio en Madrid y el 3 de diciembre de 1944 en
México se dieron las corridas de toros para reanudar las relaciones taurinas
hispano mexicanas.
Junto con el
concurso de pintura: Vuelve la Feria Nacional del Novillero
Así
lo hizo saber el conocido taurino José San Martín, por lo que ya trabaja en
ambas promociones
José San Martín, director de “Promociones Fiesta
Futura”, recuerda que “estos años veintes que iniciaron ya su correr en el
tiempo, nos llevan a celebrar cinco siglos de que se torea en México.
Al llegar a estas tierras el toro bravo y el
caballo tuvo su origen y desarrollo la Fiesta Brava. Por ello, en ‘Promociones
Fiesta Futura’ hemos dado el paso inicial para esta conmemoración.
En nuestro concurso de dibujo y pintura llamado
‘La Fiesta que Quiero’ se vienen recibiendo decenas de interesantes trabajos para
participar en él y también muchos bosquejos como anticipo a las obras que
habrán de concursar.
De Baja California a Yucatán ha despertado el
interés en niños y jóvenes de ambos sexos por tener presencia con su obra.
Asimismo, toreros retirados y aficionados mayores nos apoyan con su opinión y
participación.
Y precisamente ellos nos piden y nos motivan a que
vuelva la Feria Nacional del Novillero y ¿por qué no?
De tal suerte que ya medimos el terreno y se
avizora poderla realizar como fue en sus orígenes, a partir de noviembre de
1976, con vacas imponentes que dieron oportunidad de mostrarse a jóvenes
aspirantes con afición de la buena y habiendo logrado magníficos resultados.
La brecha está abierta y calculamos que la fusión
de las dos promociones logrará cultivar nuevos aficionados y valores de
autenticidad para el futuro de la tauromaquia en México. ¡Ya lo demostramos!”.
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