miércoles, 17 de junio de 2020

LA PÁGINA DE MANOLO MOLÉS - Ahora es cuando hay que hacerlo bien

MANOLO MOLÉS
@ManoloMoles
Redacción APLAUSOS

Poco a poco sale el sol tibio de la pandemia con el verano ya ardiendo e invitando al descanso, al sol, a la playa y a los toros. Digamos la verdad. Hace un par de meses no dábamos un euro por que volvieran los toros a su actividad. Casi nos conformábamos con pequeñas gotas para paliar la sequedad del desastre mayor para la Fiesta que hemos vivido. Pero de momento ya se van dibujando en el mapa español y también en el francés tardes de toros e intentos de que esto vaya a más. El primero en apuntarse es un chaval hambiento de vestirse de luces apellidado Ponce. Ya tiene paseíllos en España y en Francia. Aunque hemos perdido ferias como Madrid, como Valencia, como Alicante, como los Sanfermines -yo recuerdo aquel año que taparon el vacío con una miniferia, creo que era en septiembre, no estoy seguro, pero hubo toros-, que doblaron rápido la rodilla.

Las comunidades abren las puertas de la Fiesta. Menos Cataluña y Baleares, el resto vuelve a la normalidad y permitirán que la temporada, si el virus no lo jode todo, sea más esperanzadora de lo que temíamos hasta ahora

Ahora despierta España, apunta Francia y se apuntarán más si la pandemia se va de vacaciones a hacer puñetas a la China o donde más lejos mejor. Aquí ha cambiado algo fundamental. Por supuesto, gracias a las civilizadas manifestaciones de toreros y aficionados dando un ejemplo de educación y civismo. Pero la madre del cordero, lo que cambia todo, lo que nos quita las cadenas, lo que nos abre las soluciones tengo el honor de haberlo vivido junto a Eneko Andueza, un socialista de peso con cargo importante en sus dominios. Eneko nunca ha escondido su bandera taurina. Se lo aguantan los antis del partido porque políticamente solo da alegrías. Lo vi claro. Y no perdió el tiempo. Si los toros siguen dependiendo de los políticos del gobierno actual no nos comemos una rosca. Y eso va a misa. Teníamos todos los problemas, leyes, políticos, ambiente y un viento nada favorable en el partido. El futuro era más oscuro que una película de Alfred Hitchcock. Hablamos. Y Eneko tenía su as en su corazón de aficionado. La clave está en quitarle el marrón al gobierno donde había más antitoros que a favor. Y el punto de la solución era este: “Hay que pasar los espectáculos taurinos a las Comunidades Autónomas”. Y salió el sol.

Las Comunidades tienen una visión más taurina que política. O también política, porque los presidentes de casi todas saben que a sus paganos les encanta ver toros. Y ahí mejoró el futuro. El PSOE se quita la responsabilidad. Y las Comunidades abren las puertas de la Fiesta. Menos Cataluña y Baleares, el resto vuelve a la normalidad y permitirán que la temporada, si el virus no lo jode todo, que esperemos que no, sea más esperanzadora de lo que temíamos hasta ahora.

No será un año completo, ni mucho menos. Pero tampoco será un año perdido. Ahora solo dependemos de la meteorología y de la salud. No de la política en general. Y yo que lo he vivido nunca le negaré a Eneko lo mucho que hizo en silencio por la Fiesta.

Tengo sacado el billete de la ilusión para cinco plazas que si no pasa nada grave me anuncian que darán toros. Cinco tardes en Francia ya están signadas. Pero ojo, porque además Simón y Bautista son ahora en las Galias lo que el Real Madrid y el Barça en España. Son los dos grandes, las locomotoras de la tauromaquia en las Galias. Simón reina durante años desde su cuartel general de Nimes y Juan Bautista es la juventud experta en el otro rincón del ring. Dos gallos galos. Y válidos. A parte de las grandes ferias, Francia es un gustazo en los casos más pequeños, aparentemente de segunda. Esa parte catalana de las Galias es una bendición y un ejemplo para la canallada de la prohibición de aquel tripartito nefasto que la prohibió y cobarde por esconder las orejas Mister Balañá, el que más cines tiene en propiedad en esa capital de los líos. Y le dan medallitas por pasar al catalán los diálogos de las pelis. Al catalán, solo al catalán. Y la plaza de toros y la historia y las grandes tardes de don Pedro, ahí está, como la Puerta de Alcalá, envejeciendo sin saber qué coño pinta tan sola, tan olvidada, con su enorme historia borrada por el interés de “las pelas”. Aquel tripartito, que en paz descanse, marcó el apocalipsis taurino en toda, toda, la Cataluña perdida. Y el contagio llegó a las Baleares. En las dos tierras el silencio bovino tenía Balañá en sus imperios y sueños rotos.

Los taurinos, todos o casi todos, han estado de diez, con categoría, seriedad, verdad y sin bobadas ni meteduras de pata. Se manifestaron pacífica y justamente. Todo correcto y sin tonterías políticas

Este país mío y tuyo ha mejorado. Los taurinos, todos o casi todos, han estado de diez, con categoría, seriedad, verdad y sin bobadas ni meteduras de pata. Se manifestaron pacífica y justamente. Pero todo correcto y sin tonterías políticas. Si la pandemia mengua, si el tiempo aguanta, en las Comunidades de este país veremos toros. Ahí es donde estamos bien. Lo que no sé es si habrá para todos el dinero habitual. Pero si hubiera que apretarse el cinturón con tal de no perjudicar este retorno necesario de la Fiesta deberían todos tener paciencia y medida. Y si hay que apretarse los machos del dinero para que haya muchas novilladas, háganlo. Se les reconocerá. Los toros que se den y veamos tienen que ser espectáculos limpios y de verdad. Nada de parodias. Y si hay que apretarse el cinturón por un año, mejor eso que ahogarte sin torear ni cobrar. Sí me gustaría una cosa. Una positiva: los banderilleros han aumentado su torería y su espectáculo. Bien. Los picadores, a los que respeto tanto, están luciendo menos por falta de toro. Eso es peligroso. Y no les conviene. Mejor darle brillo a la Fiesta como en Francia y todos felices. Pero un puyacito y me voy, es poco para quienes tienen en su chaquetilla el oro que ganaron sus antepasados. Revisad esto, que es por el bien de todos. Vamos a pasar juntos el trago de la pandemia y desear que pronto salga el sol.

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