CARLOS RUIZ
VILLASUSO
@CRuizVillasuso
Redacción APLAUSOS
Toda reivindicación que se siente a ser negociada
ha de contar con un músculo social que incomode a la otra parte que negocia. El
toreo, hasta ahora, había ido a las mesas de negociación política sin otra cosa
que su palabra y su derecho. Pero la calle ha sido necesaria, será necesaria
siempre. Cuando digo la calle, no hablo de los adoquines que pisamos, que
también, sino de las redes sociales, tan en reinos de taifas, dispersas en
mensajes y, a veces, mensajes cainitas entre nosotros.
Dar compás y estructura a esa “calle” que es el
pueblo, lo social del toreo, y ponerla a caminar como herramienta útil para las
negociaciones es nuestra asignatura pendiente. Dar una forma, una estructura
campo, la que tiene desde hace tanto tiempo el enemigo. Se pude pensar que el
toreo o la tauromaquia no tiene músculo social. Es falso. Tiene el que tiene y
tiene mucho más del que se suponía. Sólo de forma manufacturada, sin un euro,
se van a movilizar en unas cuarenta ciudades alrededor de 35.000 personas y
dentro de un estado de alarma.
Se pude pensar que el toreo o la tauromaquia no tiene músculo
social. Es falso. Tiene el que tiene y tiene mucho más del que se suponía
Micro manifestaciones constantes, ordenadas, que,
se crea o no, han lanzado un mensaje al que negocia del otro lado, al político
de turno. Pero sólo es el principio, porque la Tauromaquia es la prolongación
de un lugar social fuerte aún. La de lo rural, la del campo, la de la España
Abandonada. Y tengo razones fundadas e información suficiente como para decir
que varias administraciones están deseosas de que la unidad social entre campo,
ruralidad y tauromaquia, no se lleve a cabo.
Juntos, en una manifestación en Madrid, pondrían a
este país a cavilar sobre lo que nos sucede. Juntos y visuales, los españoles
se detendrían a pensar qué está pasando. Por qué nos unimos. Quiénes somos. La
estructura de la Tauromaquia pasa por estas cuestiones que ya no son humo ni un
platónico deseo. Nuevos negociadores, la calle en su aspecto más útil, rápido y
moderno, y la unidad con las gentes de lo rural. No trabajar en este sentido de
una estructura de músculo social sería otro gran error.
Hace pocos días los cazadores, como colectivo, han
iniciado los trámites para que se reformen los códigos Civil y Penal respecto
al Delito de Odio. Algo que llevo pidiendo al sector taurino desde hace más de
diez años. Y lo han pedido también para incluir a la insultada gente del toreo.
Estoy absolutamente convencido de que esta unidad es la que dará fuerza a la
Tauromaquia. Tenemos el camino abierto. Fuera egos. Vamos a dejar de mirarnos
el ombligo y a tirar para adelante dando valor a todo lo que tenemos, que es
mucho.
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