La actuacion más completa de la funcion corrió a cargo del rejoneado potosino Hernandez Garate ante el cuarto de la tarde. Foto: EFE |
BORJA ILIÁN
Los rejoneadores mexicanos Jorge
Hernandez Gárate y Emiliano Gamero cortaron este domingouna oreja cada uno en
la última corrida del año de la temporada grande de la Plaza México en la que
se presentó el colombiano Andrés Rozo.
Algo menos de cuarto de entrada
convocó la corrida de rejones con la que La Plaza México cerró el año 2018, con
un encierro de la ganadería de Enrique Fraga que sobresalió por su
presentación y brilló por la casta de alguno de los toros.
Hernandez Gárate y Gamero cortaron
sendas orejas, el colombiano Rozo debutó y las pegas de los forcados de Amores
de Montemar de Portugal y los Mazatlecos de México fueron muy celebradas por el
público.
Los toros de Fraga no decepcionaron
en su vuelta a La Plaza México tras el indulto de «Fantasma» en noviembre, burel del mismo hierro que libró de la
muerte el rejoneador Diego Ventura. Toros con trapío y casta que dieron juego a
los caballeros.
«Lucio» fue el primer toro de la
tarde, el juez le otorgó arrastre lento. Su rival fue Hernandez Gárate que a
pesar de la embestida fija y noble del animal se dejó tocar varias veces. Hernández
Gárate ejecutó quiebros de mérito pero el tendido dividió sus opiniones
entendiendo parte de éste que el jinete no aprovechó lo que ofrecía el animal.
«Canto Claro» se llamó el segundo toro. Algo
más descastado que el anterior pero con un remate al final de la embestida con
mucha transmisión. Gamero no estuvo regular con los castigos y tragó con varios
derrotes en sus caballos y terminó entre pitos y con un aviso.
La primera vuelta de la tarde fue
para Rozo. Estuvo mejor en el adorno y descabelló a la primera a «Copetón».
Hernández Garate logró su apéndice
de premio con «Cantante», que mostró
una embestida codiciosa hasta que se desfondó a mitad de lidia. El rejoneador
estuvo bien con las banderillas cortas, especialmente unas puestas al violín.
También tuvo que descabellar y a pesar de ello y varias cogidas del toro a sus
caballos fue premiado con una oreja.
«Cariñoso» fue el quinto de la tarde y el
primero por presentación. Toro negro de mucho trapío y descarado de pitones. Gamero
cabalgó con acierto sus caballos dejando buenos lances como unas banderillas
sin brida.
«Mambo» fue el que cerró plaza y se fue
arrastrado entre aplausos mientras el rejoneador responsable de su lidia, Rozo,
se fue en silencio.
Todos los toros fueron alegres al
capote y alguno mostró indiferencia al caballo. Esta fijeza con la tela
permitió al sobresaliente, Pablo Cantero, torear con pases ajustados que
arrancaron los aplausos de los asistentes al evento.
También conectó con el público el
espectáculo de forcados aunque supuso un sobre esfuerzo para unos toros que por
casta y presentación merecían otra suerte.
Las dos agrupaciones, Amadores de
Montemar y Mazatlecos, dieron vueltas al ruedo. / EFE
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