ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Después
del triunfo teórico debe venir su explotación pragmática: a la sentencia del
Tribunal Constitucional que tumba la Ley de toros a la Balear, que suena a
especialidad gastronómica, debe seguir la organización de espectáculos
taurinos.
Toros
a la Balear, por cierto, no se dieron nunca y, por tanto, decir o escribir que
el TC "recupera" la lidia íntegra, las corridas con muerte, puede dar
a entender que alguna vez se dieron festejos incruentos. Sucedió en el
telediario de Antena 3.
Como
el texto constitucional impusiese uno sobre otro cuando sólo protege lo que la
Constitución blinda. Y no hubo ni habrá otro modo.
Como
todo el mundo conoce, el Coliseo Balear es propiedad de la familia Balañá. La
misma que es dueña de la Monumental de Barcelona. En Barcelona se pueden dar
toros y no se dan. Es verdad que cuando el TC dictó que la abolición catalana
era inconstitucional dejó sibilinas puertas abiertas a las administraciones
locales, al Ayuntamiento de Colau, en definitiva. Pero también es verdad es que
los hijos de don Pedro Balañá no se siente el menor indicio de voluntad.
El
terrible ambiente hostil contra todo lo español, los CDR campando a sus anchas,
el independentismo venido arriba por los timoratos y erráticos Gobiernos de
España... Con dos plazas amparadas por ley ahora para dar toros sería un
terrorífico error no intentarlo, no tratar de hacerlo, no mover un dedo para
que no te corten los otros cuatro de la mano puesta en otros negocios
amenazados: de los salas a, sobre todo, los inmobiliarios.
Toño
Matilla, hombre de Balañá, gestor interpuesto de los últimos años de Barcelona,
y también de Palma, debe empujar.
Díselo
a Pedro, Matilla. No podemos permitirnos otra derrota en la victoria.
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