CARLOS RUIZ VILLASUSO
@CRuizVillasuso
Me
dicen amigos progresistas que mal asunto si la derecha abraza en exclusiva a la
Tauromaquia. Insisten en la transversalidad político social de una verónica y
de una vaca en el campo. Eso dicen mis amigos progresistas y eso dicen y
piensan y hacen los taurinos institucionales, a los que un tal Abalos, mozo de
espadas de Sánchez (el Presidente, no el doctor) y por razones de talento,
Ministro de Fomento, afirmó en un mitin cosas sobre toros y caza que van desde
lo grosero a lo patético, pasando por lo tonto. Escribo lo de tonto usando la
definición de Forrest Gump: tonto es el que dice tonterías. Siendo además, un
tonto a las tres, que, como se sabe, es un tonto que también lo era a las dos y
media.
“Por
eso tenemos una visión que no tiene porque coincidir con esa (visión) casposa,
esa visión donde en España todos tenemos que ser toreros y cazadores”. Eso dijo Abalos, queriendo decir lo
que dijo Gil de Biedma: “este país de cabreros intratables”, pero como Abalos
no lee ni se le espera al lado de un libro, su civilidad retórica sólo le da
para lo de la “España casposa”, que sería la de su señor padre, al que usa
malamente para reafirmar su autoridad en la materia. Su padre no fue matador de
toros, como el gritó, sino honroso novillero. Pero ya se sabe que los políticos
inflan el currículum con doctorados mangados y titulaciones de regalo,
siguiendo el guión de la verdadera España casposa. La de una política en donde
en el encaje la transversal del toreo es imposible.
Eso
les digo a mis amigos progresistas y a los taurinos instalados en el postureo
filosófico de lo políticamente correcto. Hace muchos años, el toreo podía ser
transversal en lo social porque la clase política no era la casta de la caspa.
Las líneas rojas del discurso político quedaban marcadas por el código moral
que daba una cultura sólida en donde convicciones e ideario se mostraban sin la
necesidad de la violencia verbal, la tontería, la estupidez, la imposición o el
insulto. Tierno Galván decía que cuando llega el insulto se termina el debate
político. Recuerdo que el profesor era socialista y aficionado. Sin duda alguna
entre Abalos y Tierno hay una tierra de caspa que los separa.
La
izquierda como imaginario o como ideario, mucho mas las izquierdas como
partido, son las que han ido metiendo al toreo en la manga que hoy está. Y como
el toreo no quiere manga sino querencia propia, se tira al monte, como muy
brillantemente afirmó David Gistau en El Mundo. Esta conceptual transversalidad
del toreo lo era con comunistas y socialistas, con Alberti y con Lorca, cuando
los políticos de izquierdas abrazaban el hecho cultural de Lorca y de Alberti.
Una izquierda humanista, culta y progresista, que nada tiene que ver con la de
ahora, zafia, grotesca, contracultural y totalitaria, echada a perder hacia el
populismo del animalismo y cuyo Santo Grial no es la cultura sino el poder
adquirido mediante las artes del correctismo.
No
necesitó Alberti ni tampoco Lorca ampararse en cuestiones de lenguaje y sus
géneros o en el bienestar de la paloma o el perro para dotar al toreo de una
transversalidad popular vital. Entre otras cosas porque su cultura jamás fue
aquello que demanda, exige y dicta de forma totalitaria esa corrección que nos
ha llevado a una España de autocensura expositiva, en donde uno, antes de
hablar, se miden palabras y géneros no vaya a ser que lo dicho sea reo de
homófono, machista o fascista. Y les digo a mis amigos progresistas y a quienes
andan en la preocupación de toros igual a derecha, que el toreo es lo que jamás
será políticamente correcto. Y eso lo sabe esta nueva izquierda.
La
transversalidad política del toreo es imposible hoy. Lo es desde el punto de
vista de partido (no de personas) pues entre un voto y una bolsa de votos y una
ideología cultural tolerante, prima lo primero. Y hoy el voto y el aliado está
en las posiciones animalistas, en las posiciones de lo bien pensado y hecho que
se llama la política de la corrección. Pero que no nos engañen en el discurso:
nos han expulsado de lo transversal. Ellos han sido quienes han ido metiendo al
toreo en la España de la caverna.
Porque
cultura, toreo, ruralidad, Alberti y Lorca, no forman arte de su contracultural
visión de una política correcta basada en los neos feminismos, neos
animalismos, y el nuevo lenguaje. El PSOE en la época de Tierno jamás habría
dado libertad de voto a sus diputados a la hora de votar toros si o no en
Barcelona. Jamás. Este grupo sólo ha dado libertad de voto una vez en su
historia, con los toros, en una hipocresía contable con la que trataba de
salvar su imagen, y al mismo, tiempo, dar el gusto a sus aliados politiconas
“abolicionistas” en la primera escenificación del separatismo.
Un
suceso sustancial que no recuerda la progresía y los políticamente correctos lo
silencian de forma correctamente interesada, como si no hubiera sucedido. Un
suceso que tuvo un antecedente con el socialista catalán David Pérez, tratado como
rey por la entonces Mesa del Toro, quien mintió al toreo la víspera de la
votación afirmando que no habría libertad del voto en el PSC. ¿Acaso eso no es
poner fin a la transversalidad del toreo y usarlo de forma políticamente
correcta e interesada para el poder?.
No
creo que a mis amigos progresistas les quepa duda alguna sobre la actual
realidad política, fragmentada y en modo correcto, rellenada con la generación
de políticos más incultos y apegados al poder que jamás hayamos tenido, en la
que el carro siempre va delante de los bueyes. Primero es el voto (carro),
luego la idea o los principios (el buey). Si el voto viene de postulados
correctistas, hasta Albert Rivera salido en hombros de La Monumental, redactará
una ley animalista y anti caza, pesca y toros. Lo mismo reza para PSOE y para
el resto de la izquierda. ¿Esa es la transversalidad del toreo?
Y lo
peor de todo, es que, Abalos, hombre de voz licorera con ademanes que podemos
encontrar en la barra de un bar a la hora del carajillo, habla falsariamente de
“imponer gustos” cuando es a la gente de lo rural a la que se le está
imponiendo el modo correcto urbanita. Habla de Constitución falsariamente, pues
para toros, caza y pesca se violan los artículos 44, 45 y 46 de la misma y la
Ley 18/2103. ¿De verdad que el toreo puede ser transversal en esta forma de
decir y hacer política?. ¿ De verdad que necesitamos aun mas a otros David Sánchez?. Consintiendo que ahora PP se
lanza a lo rural pendiente de las captaciones de VOX, y conscientes de que solo
les interesamos porque votamos, la realidad no es peor para nosotros. Porque,
al menos, saben que la gente de lo rural, vota. Hasta ahora, no éramos mas que
esos a los que se les daba una plaza a dedo para mayor gloria de los roneos en
los callejones.
No,
no somos la España de la caspa, ni la de que “inventen ellos”, ni la España de
“abajo la inteligencia”. Pero tampoco fuimos la España de los palcos del
Bernabéu, ni la del pelotazo, ni la España de la corrupción porque en la tierra
solo cuenta el doctorado de la lluvia y el sol a sol de día trabajado. Somos la
España que dio de comer a España, comer en lo espiritual también, pues fuimos
la España de poesía y la pintura, de la escarcha y el fuego de cada casa.
Fuimos y somos la España casposa de Lorca y Alberti. Y si eso es caspa.
¡Que
viva la caspa, coño! / MUNDOTORO.COM
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