BORJA ILIÁN
Una faena que permitió abrir la puerta grande al
diestro español Antonio Ferrera, tras cortar dos orejas, y otra sin trofeos a
cargo del mexicano Juan Pablo Sánchez fueron lo más destacado hoy en la Plaza
México.
Los astados del hierro de Santa Barbara y uno de
Lebrijas (2º) resultaron desiguales en casta y presentación en la quinta
corrida de la Temporada Grande, que congregó menos de un cuarto de entrada.
Ferrera cortó ambos apéndices al segundo de su
lote, un toro de Santa Bárbara que obtuvo arrastre lento. Sánchez cuajó dos
tandas en el centro del ruedo a su primero, cargando la suerte y llevando al
animal muy ceñido a la cintura, con temple y siempre hacia dentro. Jerónimo no
logró aprovechar la bravura y transmisión de su segundo.
La corrida se inició con la protesta del público
por la pobre presentación del primero de la tarde, que lidió Ferrera como pudo.
No es la de la capital mexicana plaza que eche muchos toros atrás, ni que lo
pida. Éste se ganó una considerable bronca por su falta de trapío y dudosas
defensas. Peor fue el comportamiento del animal, sin fuerza ni casta.
Antonio Ferrera lo toreó muy cruzado al principio
para lograr robarle unos pases de mérito. Luego estiró la faena
innecesariamente con el toro muy parado. Una estocada caída acabó con la vida
del animal y el juez de plaza no concedió acertadamente la oreja que pidió
parte del público. Ferrera dio una vuelta al ruedo.
Con el que abrió la puerta grande el torero
español empezó con una tanda ligada pero con distancia y pico. Tras ésta basó
su faena en pases sueltos aprovechando la embestida eléctrica del animal y su
mucho recorrido.
El toro iba por momentos con la cara a media
altura más por la renuncia del español a un toreo profundo que por las
capacidades del astado. Su lidia muy teatral y de adornos heterodoxos caló en
el gusto del público que tras una estocada caída pidió las dos orejas de un
toro que daba para más. Ferrera paseó los trofeos junto con Javier Borrego
Estrada, propietario de la ganadería de Santa Bárbara.
Juan Pablo Sánchez volvía tras sus prometedoras
dos tardes del ciclo pasado. El torero mexicano no defraudó con un concepto del
toreo muy puro. Tuvo en suerte los dos peores bureles de la tarde.
Al manso y parado primero lo llevó con mucho gusto
y cabeza al centro de la plaza. Allí, con la zapatilla fija en la arena y
citando de frente al pitón contrario, ejecutó las dos mejores tandas en lo que
va de Temporada Grande. La muleta de Sánchez se inventó al animal. Sorprendió
en sus dos toros el mucho sitio de este joven torero que en 2018 tan solo ha
comparecido 13 veces en los ruedos. Su faena fue perfecta en temple y
colocación, dejando siempre la muleta puesta y llevando hacia dentro al animal.
Con mucha ortodoxia lo probó por la izquierda. El toro no daba más de sí y Juan
Pablo entró a matar. Pinchó y tuvo que recurrir al descabello con acierto tras
una segunda media estocada.
El que cerró plaza no dio opción al de
Aguascalientes, que aun así siempre estuvo cruzado con el de Santa Bárbara.
El público afeó la lidia de Jerónimo al segundo de
la tarde, un toro muy encastado y complicado que el torero no supo en ningún
momento hacer entrar a la muleta, al igual que no llevó a buen puerto su
propuesta de toreo arremolinado al quinto.
La estadística fue para Antonio Ferrera en un
encierro que permite seguir albergando esperanzas en la muleta de Juan Pablo
Sánchez.
Este miércoles tendrá lugar la sexta corrida de la
temporada, la Corrida Guadalupana en horario nocturno en la que estarán lidiándose
toros de los hierros de Barralva, Campo Hermoso, Jaral de Peñas, Los Encinos,
Santa Bárbara, Teófilo Gómez, Villa Carmela y Xajay, en el que se anuncian como
espadas Morante de la Puebla, Joselito Adame, Sergio Flores y Andrés Roca Rey,
cartel que no será televisado para México, pero si para España a través del
Canal Toros de Movistar, en la voz y comentarios del periodista Fernando Fernández
Román. / EFE
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