Los españoles David Fandila "El Fandi" y
Jose María Manzanares salieron triunfadores este sábado tras enfrentarse mano a
mano con una plaza llena hasta la bandera en la feria "San Isidro
Labrador", de la cuidad de Latacunga, en el centro andino de Ecuador.
Al sonar de clarines y timbales se realizó el
paseillo en la plaza de toros de manera exitosa, y antes de dar salida al
primer toro de la tarde los monosabios de la plaza junto a la afición hicieron
un grito de protesta para pedir el regreso de la tradicional corridas de toros
en la capital ecuatoriana. Tras una consulta popular, las corridas de toros con
muerte del animal están prohibidas desde 2011 en Quito.
Salió el primero de la tarde, un toro
perteneciente al hierro de "Huagrahuasi", al que El Fandi recibió con
dos largas cambiadas, seguidas de verónicas ceñidas de gran manufactura y continuó
en un quite por delantales. En banderilla el matador ibérico realizó una
celebre labor: dos pares al natural y uno al violín, sello de la casa. Con
muleta El Fandi demostró ser un torero de técnica, con una mano derecha
privilegiada que le permitió ligar varias tandas y dejó ver las buenas
cualidades del astado. Se adornó con molinetes y manoletinas. La transmisión en
los tendidos no podía estar más a flor de piel, con grito de "olé"
que salía desde lo más profundo del respetable. Un pinchazo, sin soltar, y una
estocada certera lo hicieron acreedor de una oreja.
El segundo de la tarde fue para Jose María
Manzanares, quien recibió a su antagonista con verónicas a pies juntos de
impresionante técnica y poderío. Dejando ver un estilo más clásico, Manzanares
empezó el tercio de la suerte suprema con pases por alto, e intentando ligar la
faena. Fue de menos a más pues logró dar tandas por ambos pitones de una
elegante actitud torera que cautivó al respetable, que por primera vez lo veía
torear en esta plaza. De un estilo clásico y una técnica pulida, el diestro
realizó una faena memorable que, sumada a la estocada en sitio, lo hizo
merecedor de dos orejas.
La sorpresa estuvo cuando en medio de los tendidos
durante la lidia un aficionado tocó música de trompeta como regalo al maestro
Manzanares y obtuvo las palmas del respetable por su talento.
En el tercero repitió El Fandi, que presentó su
amplio repertorio de capote al realizar verónicas de temple y torería
acompañadas de quite por chicuelinas que volvieron la plaza en un manicomio de
aplausos y gritos de olé. En banderillas refrendó lo realizado en su primer
antagonista, pues con gran técnica colocó los tres pares de rehiletes incluido
el denominado sello de la casa. En muleta lució una faena de tandas bien
ligadas con una técnica pulida que hacían notar su habilidad por el pitón
derecho. Empezó con pases por alto de rodillas, para construir una variada
faena de naturales, toreo en redondo y quite por manoletinas. Lo suelto del
toro al momento de matar complicó la labor del granadino, que realizó un viaje
en balde y otro en el que colocó una estocada fulminante. Una oreja y bronca al
palco por la segunda.
Manzanares cerró la tarde con el cuarto astado, de
forma excepcional, sobrio en su torero de capote con verónicas de buena
manufactura a pies juntos y el quite por chicuelinas. En muleta, el maestro
dejó ver su madurez como torero con una faena completa que cautivó al
respetable por su arte. Tandas por ambas manos de gran transmisión y los
adornos variados hacían vibrar a los tendidos que veían un derroche de arte en
la arena. Una estocada fulminante a volapie lo hicieron acreedor a una oreja.
La Prefectura de la provincia de Cotopaxi, donde
se ubica Latacunga, entregó el premio al triunfador de la feria y mejor faena a
Jose María Manzanares, en medio de palmas, pero el cariño de la afición estaba
con el torero de Granada que incansablemente coreó a gritos "Fandi,
Fandi", dando su respaldo a la labor de Fandila. / EFE
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