lunes, 15 de marzo de 2021

ULTIMA CORRIDA GIRA DE LA RECONSTRUCCIÓN - David de Miranda, "natural" mente una realidad

David de Miranda pasea dos orejas, una en cada toro, y sella una gran faena al extraordinario, "Feriante" de Cuvillo, premiado con la vuelta al ruedo. Diego Urdiales deja detalles con el peor lote
 
PABLO LÓPEZ RIOBOO
Fotos: Eva Morales
www.cultoro.com
 
Diego Urdiales y David de Miranda se enfrentaban a un encierro de Núñez del Cuvillo este 14 de marzo en el Cierre de la Gira de Reconstrucción. A las 16:30 horas arrancaba el paseíllo.
 
El futuro está en nuestras manos, ese que hoy se vio en Ubrique. David de Miranda sellaba con una puerta grande una tarde de gran madurez. La oreja que paseó en cada uno de su lote dejó claro que no venía a pasearse, sino a abrirse paso a base de capacidad. Le dio a cada uno de sus animales lo que estos pedían, siempre a favor de obra y sin que el agua le llegara al cuello. Una tarde de torero capaz que debe servirle para pasar de ser un proyecto a empezar a ser una realidad en un circuito que debe contar con el como torero de futuro. Ese futuro que se escribe con la mano izquierda, esa que hoy sacó a relucir de forma excelsa ante un lote con la clase como condición. Ese futuro que ya se viene labrando un Urdiales que pechó con un mal lote de Cuvillo, dos toros a contra estilo en los que el de Arnedo solo puedo estar dispuesto en dos trasteos con aristas. Hoy solo se pudo ver en contadas ocasiones ese toreo encajado y personal al que nos tiene acostrumbrado, ese que no para de hacer adeptos. La moneda esta vez no cayó de su lado.
 
El primero de la tarde fue un mansito animal que no dejó al riojano abrir el tarro de las esencias. Un ejemplar que ya desde salida evidenció su falta de clase y entrega. El de Cuvillo con tendencia a irse suelto se dejó pegar en un puyazo largo. Toro poco agradecido, siempre con la cara alta y embistiendo por dentro. Urdiales nunca se confió, toreando en línea, no abusando de las tandas largas para así intentar que al menos el astado no perdiera su movilidad. Dejó eso sí muletazos de buen corte a derechas con el toro hacia tablas, pero estos brotaron sin ligazón y enganchados en ocasiones. No estuvo a gusto Diego a derechas, sin embargo ya en las postrimerías de la faena le robó algún natural a favor de querencia. Cerró su actuación, ya en tercio, con muletazos que calaron en la afición de Ubrique los cuales tuvieron cierto empaque y torería. Lo mejor de un trasteo desigual en el que no consiguió pulir los defectos de un toro incierto. Un Cuvillo complicado para estar delante. Falló a espadas y fue ovacionado desde el tercio tras sonar un aviso.
 
Tuvo buena clase el segundo de la tarde un castaño de Cuvillo que embistió de más a menos en el capote del onubense. Se dolió en dos volteretas que le mermaron su capacidad de entrega. A penas se le castigó en varas por su justeza de poder, esa que le mermó durante toda la lidia. Empezó Miranda por estatuarios para más tarde ir sacándose al animal hacia el tercio con muletazos a favor de obra. Faena limpia y pulcra en la que fue sobando a un astado con tendencia a embestir a media altura. Porfió David a derechas con un toreo muy en corto, ahí el toro se descomponía, pidiendo la media distancia. Esa que le dio a zurdas, por ahí si se desplazó con clase y humillación. Había que llevarlo muy pulseado y siempre cosido a la muleta. Se acopló por ese pitón en dos series de toreo relajado, zapatillas asentadas y suavidad en las muñecas. Esos fueron los mejores pasajes antes de que el toro bajara la persiana. Un Cuvillo que no quería tirones, todo había que hacérselo con la máxima suavidad. Acabó su labor en los terrenos del toro antes de dejar una buena estocada. El toro tardó en caer, sonó un aviso, lo que no fue óbice para que paseara la oreja del noble ejemplar.
 
No pudo lucirse Urdiales de salida ante el colorao que hizo tercero, un toro bonito de hechuras que acabó defendiéndose. Se sacó toreramente por ayudados por alto al ejemplar de Cuvillo, todo lo hizo en torero, buscando la templanza y la hondura como sello. Dejó posteriormente una serie de buen trazo, siempre con el toro toreado. Cosió a la franela a un toro que se movió con cierta emotividad y que quiso buscar las telas por abajo. Crujió la plaza en un comienzo de faena de gran inspiración, pero todo duró un suspiro, se afligió el animal en cuanto se le exigió, acusando los muletazos hondos y poderosos de Diego. Y así fue, se dolió el toros, a partir de ahí todo fueron medias arrancadas, embestidas a media altura sin salirse de la muleta. La movilidad fue tornando en genio, el toro se quedaba en los tobillos y reponía, no habiendo opción de levantar la faena. Le intentó ganar un paso entre cada muletazo y citar en corto con la muletita retrasada para no exigirle lo más mínimo, pero ni por esas, el toro ya había decidido tirar la toalla. Se atascó en la suerte suprema, sonó un aviso, saludando finalmente desde el tercio.
 
Cerró la tarde un gran toro de Cuvillo con el que David de Miranda hizo la faena de la tarde. Un completo ejemplar venido del Grullo que hizo honor a su divisa. Salió con pies de salida, derribó al caballo y llego con celo a la muleta del onubense. Antes había dejado un ajustado quite capote a la espalda de gran exposición. Comenzó su labor sacándose al toro por bajo abriéndol los caminos hasta llegar al tercio. Allí cuajó por ambos pitones al interesante ejemplar de Cuvillo. Tuvo nobleza, clase y recorrido a derechas, pero mayor humillación y entrega a zurdas. Faena vertical, de torero cuajado y con la cabeza en su sitio. Acertó en terrenos y alturas, las distancias y el sentido del temple también fueron cruciales para que la faena tomara definitivamente vuelo. Llevó siempre cosido a la muleta al boyante animal, un toro que siempre quiso irse tras los vuelos, haciendo el avión y empujando con los riñones. Se entendieron ambos en una faena de gran calado. Ya en las postrimerías de la faena dejo un cambio de mano unido al de pecho que hicieron crujir la plaza. Mató al segundo encentro, paseando finalmente una oreja que se antojó como poco premio tras lo realizado de un toro de vuelta al ruedo. 'Feriante' y David de Miranda cerraron de forma triunfal la tarde en Ubrique.
 
FICHA DEL FESTEJO
 
Toros de NÚÑEZ DEL CUVILLO. Correctos de presentación y juego desigual. Con genio y aspereza el agrio primero. Con clase y buen ritmo a zurdas el mermado segundo. A menos el desclasado tercero. De gran clase, ritmo y prontitud el bravo cuarto. 'Feriante' nº 208 premiado con la vuelta al ruedo.
 
DIEGO URDIALES: Ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos.
DAVID DE MIRANDA: Oreja tras aviso y oreja
 
Plaza de toros de Ubrique, Cádiz. Cierre de la Gira de Reconstrucción.
 
PREMIOS
Mejor puyazo: Manuel Burgos
Mejor par de banderillas: Pedro Muriel
Mejor brega: Fernando Pereira
Mejor toro: Feriante, cuarto de la tarde

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