Aguado
cuaja sin paliativos a un gran 'Jacaranda' de vuelta al ruedo, y Serna demuestra
que quiere funcionar en esto dentro de una corrida enclasada pero con matices
de Jandilla.
PABLO LÓPEZ
RIOBOO
Este sábado, 13 de marzo, tenía lugar la penúltima
corrida de la Gira de Reconstrucción, que debió aplazarse junto a la de este
domingo debido a las restricciones sanitarias. En el cartel, un encierro de
Jandilla para los sevillanos Pablo Aguado y Rafael Serna.
Porque torear no es pegar pases, torear es un
sentimiento, no es duradero en el tiempo, pero se queda guardado en el alma de
todo aquel que la visualiza. Torear es aquello que soñamos todos, pero que está
al alcance de los elegidos. Se puede torear de muchas formas pero todas tienen
un denominador común, el alma. Ese alma que le puso Aguado a una faena sin
parangón, dulce, despaciosa, al ralentí. Reconstruyó el toreo que brota, volvió
a crujir los cimientos del toreo que allá por abril de 2019 le abrieron de par
en par las puertas de la gloria. Esa gloria que se ganó 'Jacaranda', otro
Jandilla que se encontró en el camino de un torero en ilusionante. Esa ilusión
que dejó en los aficionados un Serna que dio un toque de atención de los de
verdad. Salio sin complejos, siendo el mismo, sacando ese toreo que siempre
tuvo dentro y que hoy afloró cuando más falta le hacía. No le pudo la presión
ni se dejó llevar por esa ola llamada Aguado. Como ya dijimos un dia Serna dejó
de ser Rafa para convertirse en Rafael, pasó de ser una incognita a una
realidad. Sevilla puede marcar en abril ese paso macareno que lleva en su
corazón.
Tuvo Aguado un primer toro de Jandilla con el
denominador común de la clase pero el cual estuvo medido de poder. Un animal al
que lanceó con temple a la verónica para rematar con una media abelmontada. Una
labor en la que se vio a un Aguado un punto gris, dentro de un trateo templado
y con buenos pasajes la faena no acabo de llegar a los tendidos. Aguado
arrastra sobre su espalda la presión de la responsabilidad, esa que en ciertos
momentos atenaza y encorseta al torero. Pablo tiene la presión de torear
despacio y eso no sale siempre. Hoy le costó meterse en una tarde que acabó en
apoteosis. Pese a ello basó su primer trateo en el temple y la despaciosidad,
fue ante un astado que dejó al sevillano reducir las embestidas en una labor
sobria. Dejó buenos pasajes a derechas ante un animal que pedía sometimiento
pese a su justeza de fuerzas. Mejor fue a zurdas, Aguado lo llevo largo en
muletazos detrás de la cadera. Le dio tiempos y espacio para acrecentar las
embestidas de un astado que pedía ir siempre enganchado, cuando no lo llevabas
protestaba. Labor que pedía un pasito más, un puntito más de convicción para
cuajar en las telas a un toro con virtudes. Pese a tener nobleza y buen ritmo
le faltó al animal un puntito de transmisión y cierta entrega. Lo mató de una
estocada desprendida y fue silenciado pese a pedírsele la oreja.
El segundo fue un toro de Jandilla más despegado
del suelo, un ejemplar con cierta chispa y movilidad pero con un geniecito que
había que ir corrigiendo. Se dejó pegar en el caballo para después acudir con
galope en banderillas. Tercio en el que saludó Chacón tras una firme actuación.
Toro para estar centrado delante de el, un animal que pese a moverse nunca se
entregó. Rafa tiró de oficio para ir puliendo a un astsdo nada facil. Toro de
inercias al que nunca le sentó bien el sometimiento. Se gustó más a izquierdas
cuando acertó a torearlo de uno en uno. Dejó ahí los pasajes más vistosos ante
un toro que si la tomaba con cierta nobleza cuando no le exigías. Ejemplar este
de Jandilla con mucho que torear debido a su ásperoa condición. Tras
pasaportarlo de una estocada algo delantera cortó la primera oreja de la tarde.
Y brotó de las yemas de los dedos de Aguado ese
toreo que nunca pasa de moda. Naturalidad, sensibilidad, temple, compás. Se
durmió el sevillano en muletazos al ralentí ante un toro de una excelsa
calidad. Obra para paladares exquisitos, medida, sobria y torera. Ya de salida
el animal la tomó con temple, para más tarde acudir franco al capote de Pablo y
empujar con clase al peto. Lo llevó a media altura en el posterior quite por
chicuelinas. Antes había saludado Iván Garcia por dos importantes pares.
Comenzó por bajo Aguado para ir construyendo una labor que tuvo dos partes. Una
primera a derechas en la que acompañó con torería las enclasadas embestidas de
un animal con virtudes. Acertó en tiempos y alturas, cosió dichas embestidas a
derechas en dos series de toreo reposado. Nunca forzó la figura, todo lo hizo
medido, a su tiempo. Con la zurda vino la parte álgida, se durmió en naturales
largos y profundos. Llevó cosido a un animal que gateaba tras las telas con un
ritmo sostenido que dejo volar las muñecas de un torero inspirado. De gran
fijeza, entrega y galope fue el toro de Jandilla, un ejemplar para hacer el
torero. Acabó de cincelar su obra con una serie a pies juntos. Toreó con todo
el cuerpo, hasta con las pestañas, para regalar una serie final que abrochó una
faena de cante grande. Tras una media en buen sitio y un descabello paseó las
dos orejas de 'Jaramago', un toro que se ganó la vuelta al ruedo por su clase y
bravura, un animal que nunca rehusó una embestida. Aguado explicó con un
ramillete de naturales que torear no es pegar pases.
Le dio Serna lo que pedía a este cuarto, un animal muy medido de
fuerzas al que cuidó el sevillano en una faena en la que la suavidad y el
sentido del ritmo fueron cruciales. Le dio su tiempo, acertó en terrenos y
alturas para meter en la canasta a un toro que sacó buen fondo. Faena de torero
maduro, fresco y con la cabeza fría. Fue haciendo a un animal, muy protestado
por su escasa fortaleza, en series a media altura, siempre toreando para el
toro, sin darle un tirón, todo pausado, sin prisas. Gracias a ello el de
Jandilla fue sacando lo que llevaba dentro hasta construir una labor de gran
pulcritud y sentido del temple. Lo mejor vino a zurdas, de uno en uno, con
muletazos encajados, jugando con las alturas. Respondió el astado y brotó ese
toreo de calidad que se intuía en su toreo. Pero todo se fue al trate con la
tizona, emborronó una faena que debe servirle para abrirle nuevas puertas. Hoy
Serna fue más Serna, porque se creyó que podia sacar ese toreo que siempre
llevó dentro y que hoy pudimos disfrutar todos los aficionados. El silencio con
el que se valoró la faena no reflejó lo realizado hoy en Ubrique.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de JANDILLA. Desiguales de presentación y juego. De buena clase y
ritmo a zurdas el buen primero. Con genio el desclasado segundo. De gran
entrega y bravura el importante tercero. 'Jaramago' n°132 premiado con la
vuelta al ruedo. Con buen fondo de nobleza y clase el justo de fuerzas cuarto.
PABLO
AGUADO, silencio tras petición y
dos orejas.
RAFAEL
SERNA, oreja y silencio.
INCIDENCIAS: Saludaron en banderillas Antonio Chacón en
el segundo e Iván García en el tercero.
Plaza de toros de Ubrique, Cádiz. Penúltima
de la Gira de Reconstrucción. Corrida de toros. No hay billetes en el aforo
permitido.
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