El
sevillano comenta sus sensaciones tras su triunfo el pasado sábado en Ossa de
Montiel
El toreo comienza a despertar y a desentumecerse
tras el paso de la pandemia, y es que no queda otra, convivir o morir, pero no
por separado.
Ossa de Montiel, se convirtió el pasado sábado en
el escenario donde toreros como Esaú Fernández volverían a lucir su capote de
paseo. El diestro sevillano dio el pistoletazo de salida a su temporada con un
golpe en la mesa, cortando tres orejas en lo que sería su primera tarde de 2021
y colocándose en lo alto del escalafón. Tras diez años de alternativa, nos
encontramos ante un matador pleno, que con su regreso reafirma su momento de madurez,
además de su disposición y capacidad ante las adversidades.
Hoy Esaú cuenta como es regresar a la cara del
toro en una plaza tras un espacio en blanco dentro de su carrera, también entra
en juego el papel de la presión en estos momentos de dificultad, además de una
mirada al presente, pero también al futuro.
La tormenta pandémica apartó a Esaú y a todo aquel
que se asienta delante de un toro bravo de hacer aquello que los llena, pero al
final la luz termina venciendo a la oscuridad, y aquí siempre nos quedarán los
regresos… Pero, ¿qué siente un torero al ponerse ahí de nuevo?
‘Sé que estuve a un 5% de lo que yo tengo, yo creo que hay
mucho techo de Esaú’.
‘Siendo un año que todavía es un poco raro, las
sensaciones fueron buenas, gracias a Dios hago mucho campo, aunque bueno en la
plaza es totalmente diferente y se que estuve a un 5% de lo que yo tengo, yo
creo que hay mucho techo de Esaú. Era la primera corrida de toros, y uno tiene
la necesidad de triunfo. Aún así, las sensaciones de volver fueron muy buenas’
Cada tarde es una oportunidad caída del cielo, es
una gran ‘final’, cada paso es muy determinante, siempre lo ha sido, ahora más,
mucho más.
‘Sí, porque uno se viste de torero y no sabe
cuando va a volver enfundarse el traje, pero me preparo igual que si matara 100
corridas de toros, la preparación es la misma, mucho campo y muy intenso, la
verdad’.
- Tiempos
de espera, incertidumbre, conflictos mentales…
‘Me afectó en su día, ahora ya no, uno se
acostumbra a vivir con ello, pero si es verdad que en mi caso si hay cosas
ahora por delante, y me pilla con mucha ilusión, deseando de volver a torear y
de que me vuelvan a ver. Con ganas de demostrar la dimensión que uno lleva y lo
que se le hace al toro en el campo trasladarlo a la plaza.’
‘la necesidad de triunfo, de tener que golpear primero a
veces te atenaza o no te deja mostrar de verdad lo que uno lleva dentro’
- El torero
es aprendizaje, cambio y evolución:
‘Me encuentro en un momento de madurez, una
madurez plena, voy a hacer ya diez años de matador de toros, a pesar de mi
juventud ya que tomé la alternativa muy joven, entonces me encuentro en el
mejor momento de mi carrera. Aunque en este caso, el otro día en Ossa de
Montiel la necesidad de triunfo, de tener que golpear primero a veces te
atenaza o no te deja mostrar de verdad lo que uno lleva dentro. Aún así, lo ha
resaltado todo el mundo, la prensa, los profesionales y bueno yo se que Esaú,
todo aquel que me conoce, tiene mucho más nivel, fue una tarde bonita, pero se
que tengo mucho más que dar’.
La encerrona de Camas supuso un antes y un
después, y justo cuando todo encajaba a la perfección… el mundo quedó
paralizado por la pandemia. Rodaje, planificación, y toda una temporada llena
de ilusión, al traste.
‘Como decía Fandiño ‘con el presente te labras el futuro’ y
el futuro está sin escribir todavía’.
‘La verdad es que se pasa mal, porque si que es
verdad que el año antes en 2019 había toreado 12 corridas de toros y saliendo
en todas a hombros, 16 festivales sin caballos, 6 corridas en América y llevaba
una temporada buena. Además, el año pasado era el momento de volverme a posicionar
y comenzó muy bien con el festival de Lucena que le corté un rabo a un novillo
y con los seis toros de Camas que fue un éxito total en el resultado artístico
y en todo, los toros embistieron, se colgó en ‘No hay billetes’ y fue todo un
éxito. Al final apareció la pandemia y te desmotivas, te vienes abajo, aunque
si que es verdad que toreé tres corridas de toros más, las tres salí por la
puerta grande… Pero eso es pasado, y ahora hay que mirar hacia el presente, que
como decía Fandiño ‘con el presente te labras el futuro’ y el futuro está sin
escribir todavía.’
El futuro es incierto, pero… ‘yo creo que ahora se
me plantea un inicio de temporada bueno, según están las cosas creo que se me
presenta bien el año, al final aquí nos conocemos todos en este mundo y todos
saben en el momento en que se encuentra cada torero, pero me pilla con mucha
ilusión y deseando de enfundarme de nuevo el traje de luces y que me veáis sin
esa presión, aunque siempre se tiene la necesidad de triunfo, pero de poder
mostrarme yo como me muestro en el campo sin esa presión’.
‘Deseando de poder mostrarme como lo hago en el campo, sin
esa presión’.
La temporada correrá su curso en medida de lo
posible, las planificaciones de lucha y adapatción vendrán de la mano, ‘ahora
en abril hay previstas unas corridas de toros, también en mayo, aún no hay
carteles oficiales, pero por esas fechas volveremos a vestirnos de torero y con
más ganas que nunca de hacer lo que a uno le gusta y como lo siente’.
El mejor Esaú aún está por llegar. Hay más, mucho
más, no hay límites, los límites los ponen otros. Pronto, muy pronto volveremos
a ver a ese torero que se desentiende del peso que recae sobre sus hombros,
disfruta y hace disfrutar, como cuando rompe y se deja llevar por el alma y sus
propios sentimientos con una embestida en mitad del campo. En realidad, ya lo
hemos visto, pero claro… estos hombres hechos de no sé qué pasta, no se
conforman, para ellos las metas están para sobrepasarlas y ponerlas cada vez
más altas. Esto tan solo es un nuevo inicio, un torero en plena madurez que
continuará escribiendo su historia, porque es lo que hacen los grandes de esto,
forjar historias que otros recordarán luego. Suerte en lo que está por venir. / Álvaro Moreno - MUNDOTORO
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