Son
muchas las expresiones que se escuchan hoy inspiradas en la tauromaquia tras el
vendaval político
Tenerlos bien puestos: «Se refiere, naturalmente, a los cuernos de un toro y se generaliza para aplicársela a quien se enfrenta con seguridad y valor a una circunstancia peligrosa» |
ROSARIO
PÉREZ
Diario ABC
de Madrid
En este tsunami político del 10 de marzo de 2021
son muchas las expresiones taurinas que suenan en la calle y en las redes. Son
muchos los dichos inspirados en el lenguaje 'taurómaco', tan de plena
actualidad hoy, porque, como sentenció Ignacio Sánchez Mejías, «el mundo entero
es una enorme plaza de toros donde el que no torea, embiste». Desde «entrar al
trapo» a «coger el toro por los cuernos», porque hay que ser valiente y echar
la pata p'alante ante lo imprevisto y la adversidad. O «más cornás da el
hambre». No pocas cornadas hubo hoy entre un grupo político y otro, algunas,
como ocurre ante el toro, por las aviesas intenciones del enemigo, por
mansedumbre de alguno («es un manso pregonado», se oye) o por la listeza del
bravo (o brava). Sobre tal expresión, atribuida a distintos toreros, El Cossío
afirma que fue El Espartero el primero en pronunciarla.
Así lo cuenta en su anecdotario: «Se nos ha
transmitido como ejemplar del estoicismo de los toreros una frase impresionante
de Manuel García Espartero que, aunque repetidísima, no puede faltar en este
anecdotario. Se ponderaban en su presencia los trabajos, sustos y riesgos de la
profesión, que debía hacerla indeseable. Ante aquella evocación de los peligros
y de la experiencia de las cornadas, comentó sobriamente el diestro: 'Más
cornás da el hambre'».
Y de aquella mítica frase a otras como atarse bien
los machos, escurrir el bulto, entrar al quite, tirarse un farol o morir
matando. O, a veces, casi mejor, ver los toros desde la barrera... José María
Esteban recogía en el 'Libro de la Tauromaquia' muchas de estas expresiones.
Aquí van algunas:
Acudir
(o entrar) al trapo: «Lanzarse a la acción a la más mínima
insinuación».
Atarse
bien los machos: «Se aplica al que se dispone a emprender una tarea
complicada que requiere toda su atención».
Cada
toro tiene su lidia: «Sabia expresión que, extrapolada al lenguaje
normal, quiere decir que cada persona, cada asunto, cada complicación o cada
situación es distinta de las demás y requiere un tratamiento diferenciado».
¡Ciertos
eran los toros!: «Exclamación que indica la confirmación de una mala
noticia temida».
Darle
cornadas al viento: «Realizar acciones o emitir expresiones totalmente
inútiles, ineficaces, fútiles y banales, sin sustancia».
Descabellado:
«Algo carente de sentido y de fundamento».
Ser un
descastado: «No demuestras apego ni arraigo para con los tuyos, no
tienes casta».
Escurrir
el bulto: «Escaparse disimuladamente de una situación complicada».
Estar al
quite: «Pendiente para intervenir en la resolución de una situación
complicada».
Mantenerse
en la querencia: «Aguantar en la posición que uno considera favorable».
Meter
bien los riñones: «Acometer una acción con fe y fuerza».
Pinchar
en hueso: «No obtener el resultado apetecido en alguna acción».
Te va a
pillar el toro: «Estás jugando con fuego y te vas a quemar».
Tirarse
un farol: «Realizar un envite desproporcionado a la jugada que uno
lleva, en el juego o en la vida».
Tomar el
olivo: «Equivale a quitarse de en medio, remedando la frase taurina que
indica saltar la barrera para guarecerse de la embestida del toro».
Torear a
alguien: «Darle largas y excusas a alguien, sin ánimo de satisfacer sus
deseos».
Torear
al alimón: «Realizar algo en estrecha colaboración con otras personas».
Tener
las intenciones de un miura: «Malas intenciones parece que trae ese
sujeto».
Tenerlos
bien puestos: «Se refiere, naturalmente, a los cuernos de un toro y se
generaliza para aplicársela a quien se enfrenta con seguridad y valor a una
circunstancia peligrosa».
Tiene
más sentido que un toro: «Es cauto, receloso, desconfiado, las ve
venir».
No hay comentarios:
Publicar un comentario