El
singular astado pertenecía a la ganadería de Antonio Jiménez, de la localidad
madrileña de Cenicientos
‘Chiquitín’, el toro bravo más pequeño del mundo,
ha muerto en la localidad madrileña de Cenicientos a los 10 años de edad. El
singular astado pertenecía a la ganadería de Antonio Jiménez -encaste Núñez– y
desde que nació fue la estrella de la vacada.
Las curiosidades de la vida provocaron que el toro
más pequeño del mundo estuviera en una de esas localidades que son reconocidas
por el trapío de los astados que lidian en su feria. Además, desde primer
momento, ‘Chiquitín’ concentró las miradas de todo un pueblo y muchos
visitantes, que acudían a la finca de la casa ganadera para ver al animal.
En estos 10 años de edad, ‘Chiquitín’ -como joya
de la vacada- vivió siempre rodeado de una punta de vacas en su cercado. De tal
manera, que llegó a provocar algún que otro susto a los curiosos que por su
tamaño no le «tomaban en serio»,
demostrando así su bravura.
‘«Chiquitín» era muy bravo’, asegura su ganadero
Antonio Jiménez. ‘Incluso, cuando las vacas estaban en celo, tenía algún que
otro susto por su estatura, pero era el rey de la finca’, sostiene. Por su
finca de «Las Posturas» han pasado numerosas personas y medios de comunicación
a lo largo de todo estos años. ‘Estoy seguro de que han podido venir más de
5.000 personas a ver el toro. Incluso, llegaron a venir dos matrimonios desde
París exclusivamente para verlo. «Chiquitín» ha sido algo histórico’, concluye.
El astado será naturalizado y pasará a formar
parte del «Museo de Castas y Encastes», ubicado en la plaza de toros de Las
Ventas. De esta manera, este regalo de la naturaleza y la genética -que nació
en las vísperas de los Reyes Magos- quedará para su contemplación por parte de
todos los aficionados. / MUNDOTORO
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