martes, 2 de marzo de 2021

EDITORIAL - ANOET y el SOS en una botella

En el año 2014, los empresarios de ANOET (Asociación nacional de organizadores de espectáculos Taurinos) hacían público un comunicado con tintes tan dramáticos como reales. Era un SOS,  un mensaje en una botella que se echa al mar sabiendo el náufrago de su necesidad, pero sin saber que buque, barco u orilla va a recoger la botella. En el mensaje se decía que el toreo estaba en quiebra, que no se podían soportar los costes a pagar para dar toros. Cargas fiscales, organizativas y concursales. En ese año España salía oficialmente de la crisis financiera, mientras la Tauromaquia reglada parecía quedarse en ella para siempre. Siete años después y durante esos años, el toreo hizo su crisis más profunda y afronta un presente y futuro de extrema problemática.
 
Este miércoles, ANOET tiene una Asamblea. Más allá de ella, y después de un año en el que han dado una poco gratificante imagen de tensión interna, esta Asamblea no es una más. Es ‘la asamblea‘. O de ella sale reforzada, unida, con un plan, hombro con hombro todos, o ANOET no sale hacia parte alguna. No es un absoluto, es la constatación de que es ahora o no es. Es ahora, porque el que toreo necesita a los empresarios más que nunca. Siempre han sido necesarios, imprescindibles, pero ahora, o se unen y se comportan y lanzan un mensaje de serlo, empresarios, o deberán escribir otro SOS en una botella.
 
Si no hemos aprendido de lo mal que se hizo a la salida de la crisis del 2008, perdiendo más del 50% de la productividad del toreo, es que jamás aprenderemos nada. Y no se salió por una razón: no se varió un solo paso en los modelos de relaciones económicas, convenios, costes, comunicación, recuperación de masa social…. Salimos como los caballos de picar, ojos vendados y actuando por inercia y doma.
 
¿Es tan difícil que apenas unas 30 o 40 personas se pongan de acuerdo cuando el toreo reclama acuerdo? Creemos que es posible. Estas 30 o 40 personas organizan la gran mayoría de los festejos en España. Los necesitamos. Pero en una misma dirección. No puede haber en ANOET un Caín frente a un Abel. No puede ANOET seguir siendo una organización a espaldas de sus clientes, del público, de la Fiesta desde ningún punto de vista, pero sobre todo desde el punto de vista de comunicar, trasladar con transparencia, unidad y esperanza.
 
‘No puede ANOET seguir siendo una organización a espaldas de sus clientes, del público, de la Fiesta desde ningún punto de vista, pero sobre todo desde el punto de vista de comunicar, trasladar con transparencia, unidad y esperanza’
 
Mañana se da la talla o se da. Y cada cual presente en la Asamblea sabrá si la da o no la da. No hay razones particulares que le sirvan al toreo en un presente y futuro en el que nadie, excepto nosotros, podemos hacerlo sobrevivir. Nadie es nadie. Nosotros. ANOET. Qué más da quien sea presidente, vocal, o cargo que sea si estos y todos han de remar a compás frente a pliegos de condiciones que ellos mismos han ido admitiendo por décadas, en jugadas de emboscadas. Impuestos, convenios obsoletos… Qué más da si todos y cada uno de los miembros de ANOET coinciden en describir un panorama que sólo no lo vería el ciego más estúpido.
 
Necesitamos, más que nunca, de forma urgente, la unidad de los que organizan toros. Si se unen y lanzan ese mensaje, tienen detrás a un ejército de apoyo. Lo que se ha visto, oído, leído, escuchado en 2020 es una vergüenza. Y aun la tenemos, la vergüenza. Un fracaso de ANOET es el fracaso certificado de la Tauromaquia porque no existe sector alguno que prescinda de una asociación empresarial fuerte y unida. Busquen luego talento, trabajo, operatividad, busquen mesas de estudios, de propuestas,…Unidad y trabajo pueden llegar a ser el principio del talento.
 
Les toca ahora decirnos que ya no habrá más Caín y Abel. Les toca salir de la Asamblea unidos y con un mismo mensaje de esperanza para los aficionados, el público y la sociedad. No hay más botellas en las que escribir más mensajes de SOS como náufragos. No hay ya ni papel. Y aunque lo hubiera, cada una de esas botellas jamás llegaría a otro destinatario que la dejación, el olvido, la ignorancia y el trato injusto de quien desea que el náufrago jamás salga de su isla de olvido. / MUNDOTORO

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