JORGE
ARTURO DÍAZ REYES
@jadir45
Como Jacob sobre su piedra soñando: “es la puerta
del cielo”. Como Shakespeare en su noche de verano, soñando que todos se amaban
con todos. Como soñó Martin Luther King que todos éramos en verdad iguales ante
Dios y ante la Ley, sin saber que un cobarde francotirador (valga la
redundancia) se lo cobraría pronto en Menfis.
Como ellos y como cualquiera, yo también tuve
sueños anoche. Menos grandiosos, claro, pero quizá igualmente utópicos. Soñé
que con vacunas para todos habíamos alcanzado la inmunidad mundial de rebaño,
derrotado la pandemia y cesado la mortandad. Que brillaba el sol. Que todo era,
no como antes, sino mucho mejor.
Que la fiesta salía de su decadencia crónica. Que
el tiempo, la autoridad y… el 50% permitían no solo las ferias de Sevilla.
Madrid, Pamplona sino todas… Que volvían el toro-toro, el torero-torero; el
toreo-toreo y el empresario-empresario. Que se llenaban todas las plazas,
incluida La México. Qué José Escolar decía que las figuras sí estaban
capacitadas para lidiar sus toros.
Que yo que estaba feliz en La Maestranza viendo a
Morante honrar su voto por el toreo romántico, no solo en las formas sino en la
esencia, y qué cumpliendo su anuncio, lidiaba bellamente los miuras, tal como
hacían las viejas figuras que imita… más bellamente aún. Soñé que había
tolerancia, que los políticos respetaban el derecho de ir o no a los toros, que
era verdad que los victorinos venían a Cali y que a todos les parecía
estupendo. Soñé que tantos amigos muertos el último año estaban vivos y los
veía…
Soñaba todavía cuando desperté. Me revolví, Ruby
roncaba, miré la ventana, llovía, estaba oscuro, se había ido la luz.
Apesadumbrado reentré a la realidad. Recordé lo perdido, el miedo por los míos,
el triste panorama de la fiesta, las tantas promesas incumplidas y lo contrario
que era el mundo a los soñados por mí, por Jacob, Shakeapeare, Luther King… y
deseé volver a dormir.
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