El
empresario reclama a la propiedad más de seis millones de euros en concepto de
IVA
ANTONIO
LORCA
@elpais_toros
Diario EL
PAÍS de Madrid
“Tenemos una firme y unívoca voluntad de que se
celebren toros en La Maestranza en la forma que sea posible. Nos da igual el
formato, pero la tauromaquia tiene que estar presente este año en Sevilla”.
Quien así se expresa es Luis Manuel Halcón,
miembro de la Real Maestranza de Caballería, propietaria de la plaza, una
corporación que recibe en torno al 22 por ciento de la facturación bruta de
cada festejo y dedica el 84 por ciento de esa cantidad anual –entre un millón y
medio y dos millones de euros, según la media de los últimos seis años- a una
ingente y reconocida obra benéfica, social y cultural.
“Estamos encantados de que el empresario haya
puesto tanta ilusión en el abono y estime que solo se podrá celebrar si se le
permite el 50 por ciento del aforo”, continúa; “el empresario es libre de
actuar en la forma que considere conveniente, pero existe un contrato que
recoge la organización de un determinado número de festejos, y estipula que,
salvo que la autoridad competente los prohíban o lo impidan las condiciones
meteorológicas, se deben celebrar”.
“La Real Maestranza forma parte de la esencia de
la tauromaquia e impactamos en su historia, queramos o no”, insiste. “Por esa
razón, el pasado año, mantuvimos hasta el último instante la esperanza de que
hubiera algún festejo, y así se lo hicimos saber al empresario cada vez que nos
preguntó”.
Luis Manuel Halcón es el maestrante responsable de
la plaza -diputado en el argot de la corporación- y habla en nombre de una
junta de gobierno que preside el teniente de hermano mayor, Santiago León
Domecq, quien, a su vez, actúa por delegación del rey Felipe VI, hermano mayor.
El año 2020 fue muy especial para la Real
Maestranza: se celebró el 350 aniversario de su fundación por el rey Carlos II,
y el propio Felipe VI acudió a Sevilla el 20 de febrero para entregar los
premios taurinos y universitarios que concede la institución. Y la corporación
tenía, además, un empeño especial: que la temporada no se quedara en blanco, lo
que no había sucedido en los últimos 160 años.
Volcada con los toros y su labor benéfico-social, la Real
Maestranza muestra su estupor con Ramón Valencia
Pero la Real Maestranza sufrió un doble desengaño.
Por un lado, una notabilísima reducción de ingresos al permanecer cerradas las
puertas de la plaza, y, por otro, se encontró con la muy desagradable sorpresa
de que la empresa Pagés le reclamó en los tribunales algo más de seis millones
de euros al considerar el empresario Ramón Valencia que el IVA debe estar
excluido del canon que paga a la Real Maestranza desde 2002, fecha en la que se
redactó un nuevo contrato tras la finalización del existente hasta entonces,
rubricado el 16 de diciembre de 1932 por Eduardo Pagés, abuelo de la esposa de
Ramón Valencia.
- Más de
seis millones de euros son palabras mayores…
- “Muy mayores”, responde Halcón. “No tenemos ese
dinero; poseemos un activo, pero no liquidez, porque todo lo que ingresamos lo
dedicamos a nuestra obra social. De hecho, el año pasado acudimos a
financiación externa para que no se vieran afectadas las personas e
instituciones que reciben ayuda de nuestra parte”.
- Ese
pleito podría enrarecer la buena relación que tradicionalmente han mantenido
las dos entidades…
- “Muy pocos maestrantes entienden que intentemos
mantener una relación cordial a pesar de ello. Es muy duro, pero no podemos
responder y actuar de forma visceral, sino racional. No entendemos, sin
embargo, la decisión de la empresa de exigir el desembolso de una cantidad que
figura en un contrato que el empresario firmó en 2002, -sin que nadie le
obligara a ello-cuando ya existía el IVA, y que se renovó en 2011. Cuando la
otra parte pide una suma de dinero que la Real Maestranza no tiene y que, en
todo caso, debería detraer de su obra social, nuestro deber es defendernos en
los tribunales”.
- La
situación es complicada.
- “Complicadísima, pero, a pesar de todo, desde el
pasado mes de noviembre mantenemos conversaciones con el empresario tendentes a
que se celebren festejos. Con un pleito en los juzgados -aún no se ha producido
ninguna vista al respecto- lo que te pide el cuerpo no es apoyar, sino exigir
el cumplimiento del contrato”.
- ¿Y
ustedes están ayudando?
- “Claro que sí; tenemos la certeza absoluta de
que, entre las entidades que participan en un festejo, somos la que más ha
rebajado su retribución en aras de la celebración de espectáculos. Le digo más:
hemos renunciado al canon de las dos novilladas anunciadas en el abono de este
año”.
- En 2025
finaliza el contrato actual con la empresa Pagés. ¿Podría plantearse la Real
Maestranza un cambio de modelo en la gestión de la plaza?
- “No puedo apuntar nada porque todo es tan
cambiante… ¿Querrá la empresa renovar el contrato en esa fecha o estará en otro
objetivo vital? ¿Querrá la Real Maestranza seguir con este modelo después de
esta experiencia tan dura con una familia que nos ha demandado después de haber
mostrado reiteradamente su satisfacción durante 88 años?”
No es frecuente que la Real Maestranza abra las
puertas de su casa para mostrar las intimidades de su quehacer o manifestar sus
opiniones y sentimientos. Ha sido hasta ahora una institución tan tradicional
como discreta. El propio Luis Manuel Halcón rechaza cualquier protagonismo y
prefiere no ser fotografiado.
“En 2020 mantuvimos hasta el último momento la esperanza de
que se celebrara algún festejo”, (Luis Manuel Halcón)
“No nos gusta alardear de nuestra labor, y siempre
hemos pretendido que la mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha”,
apunta el diputado de plaza, pero es evidente que la política de comunicación
ha cambiado.
Ser español, católico, apostólico y romano,
monárquico, de ascendencia nobiliaria y persona ejemplar son las condiciones no
escritas para ser miembro de la Real Maestranza, expuestas hace años por el
exteniente de hermano mayor Alfonso Guajardo-Fajardo, y que Luis Manuel Halcón
ratifica.
-“Ser maestrante es un honor que implica deberes.
Somos una institución eminentemente monárquica, católica, que nos obliga a ser
personas ejemplares, y sus miembros y familias deben pertenecer al estamento
nobiliario, lo que no implica que se deba poseer un título”.
La Real Maestranza fue fundada por Carlos II, el
último rey de la Casa de Austria, en 1670, y ratificada en el año 1730 por el
primer monarca Borbón, Felipe V, durante su larga estancia en Sevilla, quien le
concede el privilegio de celebrar festejos taurinos para financiar sus
celebraciones, y que hoy es su principal fuente de financiación.
Nació la corporación para el adiestramiento en el
arte ecuestre y la preparación para la guerra, siempre al servicio de la
corona. El devenir de los tiempos ha modificado sus fines y, aunque permanece
su intachable fidelidad a la monarquía -el rey es su hermano mayor desde los
tiempos de Fernando VII-, la cuestión bélica se ha tornado en una labor
benéfica, social y cultural que en 2020 fue reconocida con la Medalla de
Andalucía y la de Bellas Artes del Ministerio de Cultura.
“Que sea nobiliaria no debe etiquetar las acciones
de nuestra corporación”, explica Luis Manuel Halcón. “Ese adjetivo no implica
más que cercanía a la corona, pero somos una fundación y una asociación sin
ánimo de lucro, que no recibe subvención alguna, y que canaliza los ingresos
derivados de la plaza hacia la sociedad”.
La Real Maestranza la forman actualmente 272
personas, de las cuales solo 14 son mujeres, llamadas ‘damas’ en el argot de la
casa.
-“Ya sé que no cumplimos la paridad, pero no
existe ningún criterio que impida la presencia de mujeres en la institución. Mi
propia madre es dama. Pero ha sido secularmente una corporación de hombres por
su propio objeto fundacional”.
Halcón cuenta orgulloso que el rey Felipe VI les
ha pedido que se centren en su labor benéfica, social y cultural, y a ello
dedican todo su esfuerzo, cifrado entre uno y medio y dos millones de euros
anuales, que los invierten en colectivos necesitados -las Cocinas Económicas de
Triana, fundadas por la Maestranza con motivo de la mayoría de edad de Alfonso
XIII, atienden cada día a más de 200 comensales-, órdenes religiosas, ONG, la
restauración de bienes artísticos de Sevilla, el patrocinio de la Fundación de
Estudios Taurinos y la Escuela Taurina de Sevilla, premios universitarios a los
mejores expedientes académicos, premios de investigación y el fomento de
actividades y campeonatos ecuestres.
Y todas estas actividades se financian,
básicamente, con el canon de la plaza, aunque la Real Maestranza cuenta también
con el alquiler de locales pertenecientes al edificio del coso y las entradas
del museo, que dedica al mantenimiento de su sede y su estructura
administrativa.
“Esta es la motivación fundamental por la que
estamos dispuestos a ayudar para que se celebren espectáculos taurinos. De
hecho, ya hemos procedido al mantenimiento y remodelación anual de la plaza,
cuyo presupuesto no baja de los 300.000 euros”, afirma Luis Manuel Halcón.
- Pues el
empresario no deja de quejarse del alquiler, y asegura que es el más alto de
España.
- “Habría que preguntarle, entonces, que por qué
lo paga. Creo que la Real Maestranza es un casero muy cómodo desde el momento
en que no interviene en la gestión y esta es la plaza de temporada más rentable
de cuantas existen…”.
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