Tras
sufrir las consecuencias del Covid-19
Alejandro Lima “Mojito”, recuperadose del trauma de ver como su entorno tuvo que lidiar con el Covid-19 / Cortesía Lima |
El
diestro tlaxcalteca se tuvo que enfrentar al penoso fallecimiento de su
abuelita y al angustioso padecimiento superado por su hermano
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
“Mi vida comienza a hallar normalidad. Aunque no
dejé de hacer ejercicio físico, tuve que atender problemas muy serios, pues mi
hermano y mi abuelita padecieron el contagio por Covid-19. Mi hermano sanó y mi
abuelita está ahora a la vera de Dios. Es así como retomo mis diarios ensayos y
vuelvo a la carga”, de esta manera se sincera con nosotros, de forma emotiva y
abierta, el esforzado matador de toros tlaxcalteca Alejandro Lima “Mojito”
luego de padecer tan amargos pasajes en su vida.
Sin embargo, el curso de nuestra existencia
persiste y “Mojito” nos hace saber que después de vivir muy cerca el embate del
coronavirus, a través de su abuelita y hermano, luchó con ellos a brazo partido
para recuperar su salud, sin embargo, como ya lo apuntó, sólo sanó su hermano,
lamentablemente su abuelita no pudo más y ya está con Dios.
Este es el drama de la vida real por el que
transita la humanidad, lo que le hizo a Alejandro multiplicar las convicciones
que tiene y, por ello, ya retomó con mayor fuerza y ahínco su carrera taurina.
Un compromiso que tiene muy claro desde pequeño y que ahora está afrontándolo
con todo el vigor en su espíritu.
Así regresó a sus diarios e intensos ensayos, con
la disciplina que los ha mantenido desde un principio. A las cinco de la mañana
ve como su destino despierta para que a las 6 ya esté en la plaza de toros
Monumental de Apizaco estructurando los bosquejos de lo que pueden ser sus
faenas futuras.
Con el capote dibuja los lances al toro de la
ilusión y en los que meció su tauromaquia, con ese sentimiento que posee a flor
de piel. Ya con la muleta aparecen esos trazos que acarician la arena del
redondel desde el prólogo por abajo, hasta llegar a darle especial dimensión a
su inspirado ensayo con trazos largos, ralentizados y sentidos tanto con la
mano diestra, como con la siniestra, vamos con la se cobra, todo envuelto una
naturalidad que da el estar en la soledad de un ruedo pleno de intenciones y
propósitos de triunfo.
Por ello, Alejando deja fluir su sentimiento así:
“Me he vuelto a sentir libre. Sí, así me siento cuando estoy frente al toro, en
plena libertad, como que el tiempo y el espacio son sólo míos y así puedo crear
en una mágica y autodeterminada expresión. Seguramente por eso, a mí no me
resulta tan importante ni la edad, ni la catadura de los toros, sólo salgo a
torear, porque es algo tan maravilloso que me hace ser sumamente feliz. Mi
espíritu, junto con mis ilusiones, me llevan a disfrutar en verdad de la
grandeza del arte del toreo”.
Y remata el diestro con triste voz: “Sí, he vivido
muy de cerca lo que hace el coronavirus a los seres queridos. Vi como mi
hermano se infectó del Covid-19 y luego a mi abuelita. Mi hermano
venturosamente sanó, lamentablemente mi abuelita ya está con Dios. Por eso, les
pido respetuosamente a todos los amigos aficionados y a los que no lo son, que
sigan con rigor todas las medidas sanitarias, que usen el cubre bocas y si
pueden colocarse una careta mucho mejor. Y siempre lleven el gel antibacterial
para que todos y ahora con las vacunas, pronto muy pronto, nos podamos volver a
ver en una plaza de toros y pueda torear para ustedes”.
DATO
El fallecimiento de su abuelita y la recuperación de su
hermano han hecho que el espada Alejandro Lima “Mojitpo” alimente su torería
para seguir adelante
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