La
Feria de San Miguel que no será, las promesas de la ministra Yolanda Díaz y los
festejos televisados que no terminan de presentarse ocupan la actualidad de
esta semana taurina
ÁLVARO R.
DEL MORAL
@ardelmoral
Diario CORREO
DE ANDALUCÍA
El verano más triste dice adiós, dejando un rastro
de dudas, preguntas, incertidumbres, desesperanza... Se marcha el estío pero la
victoria sobre este virus maldito que ha llegado para cambiarnos la vida sigue
demasiado lejos mientras la indeseable clase política sigue haciendo
merecimientos para nuestro más profundo desprecio. En ese verano que ya es
historia estuvimos a punto de posibilitar una tímida reactivación del negocio
taurino –reducido ahora a sus mínimos- que luego quedó en agua de borrajas
entre los temores de la autoridad, el ruido de los ‘anti’ y el cainismo del
propio sector. No conviene mirar demasiado atrás. El estreno del otoño –el frescor
de las mañanas, la luz amarilla de las tardes recortadas- nos tenía que haber
puesto a las puertas de la plácida Feria de San Miguel.
El ciclo septembrino tiene su propia atmósfera, su
particular afán... Después de la novillada de prólogo –mano a mano de promesas
de futuro- el abono se cerraba con dos corridas de toros de distinto argumento.
En la primera de ellas –con Ponce y Manzanares en el cartel- no faltaba la
estrella rutilante de Roca Rey, ausente de los ruedos españoles desde hace más
de catorce meses. Pero el aficionado –harto de coles- se había enamorado
especialmente del cartel dominical: Morante, Urdiales y Pablo Aguado tenían que
haber estoqueado la corrida de Juan Pedro Domecq reseñada para la ocasión.
Ahí tendría que haberse acabado el abono
presentado en el mes de febrero, antes de que el famoso bicho pusiera todo
patas arriba. Más allá, el 12 de octubre, se habrían cerrado las puertas de la
plaza hasta el año siguiente. Pero el festival organizado para la Bolsa de
Caridad del Gran Poder al cumplirse el 450 aniversario de la venerada imagen de
Juan de Mesa también ha quedado en suspenso. El destino ha querido que fuera otro
festival –el de las cofradías del Baratillo y la Esperanza de Triana- el último
espectáculo taurino que se ha celebrado hasta ahora en la plaza de la
Maestranza. ¿Cuál será el próximo? Nadie puede saberlo en este momento.
Del escrache al abordaje
La vorágine informativa –el toreo hierve aunque
casi no se torea- había ido retrasando el necesario comentario del ‘escrache’
protagonizado por un grupo de profesionales sevillanos. Ya contamos la noticia
en su momento. Fue el pasado 7 de septiembre, afeando al director del SEPE de
Sevilla, Enrique González, la denegación sistemática de las ayudas puestas en
marcha por el ministerio de Trabajo para paliar los rigores que están pasando
los actores del sector cultural. Hay que recordar que los toreros están considerados
artistas a todos los efectos desde 1985. Así lo llegó a reconocer el propio
ministro de Cultura, Rodríguez Uribes, animando al personal de coleta a agotar
todas las vías sabiendo que entraban en un andén muerto.
Los profesionales –picadores, banderilleros y
mozos de espada- llegaron a la sede del SEPE desesperados, frustrados,
evidenciando una tremenda tensión que acabó pagando, posiblemente, el que sólo
era un mandado de los de arriba. Ese ‘escrache’ taurino -medicina que ahora
afean los que cambiaron la litrona por el chalet- había tenido un precedente
contra la propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a la salida de un acto
celebrado en Toledo el pasado 25 de julio. Pero los caminos de la señora
ministra se volvieron a cruzar con los de un torero de plata que aguardó la
mejor ocasión para comunicarle con corrección, valentía, perfecta claridad y un
magnífico sentido de la oportunidad la calamitosa situación de estos hombres
que viven de torear. Hablamos de Javier Gómez Pascual, que con un solo minuto
de conversación en medio de la vorágine del antiguo Matadero de Madrid
–reconvertido en espacio cultural- arrancó a la ministra una promesa: “No os
quedaréis atrás”. Le tomamos la palabra
A vueltas con los festejos de la tele
El ciclo de corridas y novilladas organizado por
la Fundación del Toro de Lidia para la “recuperación” de la Tauromaquia ya se
daba por hecho. En realidad sólo estábamos esperando la presentación oficial de
la iniciativa después de confirmar la presencia de toreros como Pablo Aguado,
que cerrará su breve temporada en ese serial mientras sigue trabajando en la
recuperación de la molesta lesión que le ha impedido estar en el festejo de
Córdoba. Entonces... ¿Qué pasa? El diario El Mundo ya había dado pelos y
señales de la iniciativa, que tendría que encontrarse prácticamente cerrada. Y
así, mientras seguíamos esperando la puesta de largo del asunto, Sebastián
Castella se despachó ante los micrófonos de Canal Toros en el transcurso del
infumable mano a mano de Nimes declarándose “molesto” con la plataforma
televisiva. ¿Qué ha pasado entonces? El torero invocaba –es la letanía
imposible del toreo- esas demoradas conversaciones de todos los sectores
profesionales del negocio taurino que ya se antojan casi un imposible. Pues en
esas estamos...
Otras cosas que contar
Mientras tanto hay que anotar otras noticias de
esa semana taurina que se marchó. El covid no fue óbice para que Simón Casas
–como su íntimo enemigo Juan Bautista en Arlés- montara la única feria digna de
tal nombre desde que los idus de marzo nos metieran en el cubo de inmundicia en
el que seguimos chapoteando. Por cierto, se ha hablado más del juego de ciertos
toros y corridas lidiadas –apunten la ganadería de Victoriano del Río o
Garcigrande- que de los tíos que se han vestido de romanos en el bimilenario
coliseo nimeño por más que el incombustible Ponce abriera de nuevo la Puerta de
los Cónsules. La pandemia también ha servido para acentuar el olor a naftalina
que desprenden ciertos carteles y no pocos matadores de la ajada primera fila.
Posiblemente ha llegado el tiempo de ese relevo que tanto se resistía. De la
altura de miras de las empresas y la capacidad de los paladines depende;
también del veredicto del público, único y definitivo juez del asunto. Por
cierto, y ya que estamos: Simón ha podido dar su feria de la Vendimia vendiendo
un 75% del billetaje, tal y como le permitía la normativa francesa. Es un dato
para felicitarse. Pero no veo a nadie hiperventilando. Qué tropa... Nos
marchamos ya hasta dentro de una semana y lo hacemos felicitando al prometeor
novillero Jaime González-Écija. Se ha hecho un hueco en la final del Circuito
de Novilladas de Andalucía que se celebrará el próximo 4 de octubre en Úbeda.
Las vibraciones son muy buenas. ¡Adelante!
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