El joven matador galo corta dos orejas a su lote dando una solvente imagen; destaca el toro de Santiago Domecq que fue el vencedor de Concurso de Ganaderías. El picador Carlos Pérez fue premiado por el mejor puyazo.
Paco Ureña
GONZALO I.
BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Diario EL MUNDO de Madrid
La corrida concurso de ganaderías abrió el telón de la primera división de la Francia taurina. El precioso circo de Arles se llenó hasta donde permite la normativa gala, el 25% del aforo, unos 4.000 espectadores. Afluencia amplificada por Movistar + que retransmite la Feria del Arroz y la de la Vendimia de Nimes.
Seis pinturas fueron los toros escogidos por los ganaderos para concursar. Serios en su conjunto, cada uno en la hechura propia. Juan Bautista -empresario de la plaza- tuvo el detalle de preparar un sobrero de cada hierro. No hicieron falta.
Las Corridas Concurso tienen un halo viejo. Quizá la obligada generosidad de los toreros para con los toros en el primer tercio. Se llevó el concurso de calle el tercero de la tarde, de Santiago Domecq. Un precioso colorao al que recibió entregado Adrien Salenc con dos largas cambiadas de rodillas pegado a tablas. En el caballo se empleó el de Domecq arrancándose de largo y con alegría, la última vez desde el tercio contrario con un tranco fantástico. Fue picado por Caros Pérez que fue premiado por el mejor puyazo de la tarde, además toreó a caballo. Salenc citó pegado a tablas con la muleta plegada y cambió la embestida abriendo la franela en el embroque. La faena rompió por la senda de la emoción, con la buena condición del toro y la enfibrada faena del francés. Aprovechó la humillación rítmica del buen toro con los sones de la marcha sevillana 'Callejuela de la O'. La oreja premió la obra pese a que la espada cayó algo caída.
A excepción del toro de Alcurrucén lidiado en quinto lugar todos los toros fueron del encaste Domecq. También el grandón sexto de la divisa francesa de Pagés, origen Fuente Ymbro. Un toro que humilló mucho de salida, que propició buen espectáculo en el caballo pero que se afligió pronto y sin clase en la muleta de Salenc. Digna actuación del torero galo que brindó al fenómeno precoz Marco Pérez. Destacó la cuadrilla completa en este toro, saludaron Gómez Escorial y Diego Valladar por sus grandes pares en banderillas.
El Juli cortó una oreja del toro de Garcigrande que hizo cuarto. Un toro que no se empleó demasiado en los primeros tercios. La figura madrileña lo ahormó en un exigente y armónico inicio rodilla en tierra. El toro mostró buena clase en los primeros muletazos de cada tanda pero después se frenaba sin poder. Juli administró tiempos y distancias. La oreja llegó tras una estocada a su modo y un aviso. No logró llegar a los tendidos con el ejemplar de Victoriano del Río, un toro que embistió con franqueza al caballo y se arrancó de largo. No tuvo esa alegría en el último tercio, tampoco la tuvo su matador en una faena de sota, caballo y rey. A la falta de transmisión se le unió la falta de humillación en algunos momentos (saludos).
No fue el estreno soñado de Paco Ureña con la Casa Lozano. El murciano mostró una actitud encomiable. Primero con el reservón toro de Jandilla, que cuando no cambió el ritmo se metió por dentro (saludos tras aviso). Después, con el altote quinto, el de Alcurrucén que embistió a taponazos. Ureña desplegó más verdad que técnica, logrando momentos de mérito, apostando por un toro que no fue nada claro pero que en su fondo de humillación guardaba una entrega que sólo había visto el torero de Lorca. La emoción fue producto de verle algunas veces a merced y otras totalmente sereno ante el preligro. La primera estocada quedó suelta tras salir de milagro de entre los pitones, lo mató en el según envite y se premió con una oreja la actuación del murciano (oreja tras aviso).
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