El
torero de Albacete cuaja una gran tarde y pasea cuatro orejas y un rabo, dando
un nuevo toque de atención; meritoria actuación de Curro Díaz, volteado de fea
manera, premiado con un trofeo al igual que Ponce; de la corrida de Las Monjas
destacó el sexto, Soñador, premiado con la vuelta al ruedo
JULIO CÉSAR SÁNCHEZ
Redacción APLAUSOS
Enrique
Ponce paseó una oreja del primero de la tarde, un ejemplar tan noble como justo
de fuelle. Faena medida y elegante del valenciano, sin apretar al toro, basada
en el pitón derecho y rematada decorosamente con la espada. El cuarto fue un
toro muy parado ante el que no sirvieron ni toques firmes ni ningún otro
recurso técnico, en un breve trasteo mal rubricado con una estocada baja.
El
mayor brillo en la lidia del segundo llegó en el inspirado recibo a la verónica
de Curro Díaz, rematado con una magnífica y ajustada media. Ahí se acabó la
acometividad del de Las Monjas. El torero de Linares se puso por los dos
pitones y abrevió ante la falta de transmisión de su oponente.
Muy
meritoria fue la faena de Curro Díaz al quinto, un toro rebrincado y sin ritmo.
Después de probar por el pitón derecho, vacío de entrega, le robó una magnífica
tanda de naturales, resultando muy feamente volteado por ese lado a
continuación. Se levantó con la taleguilla rota y el ánimo encendido para
acabar con el de Las Monjas de una estocada entera desprendida, siéndole
concedida una oreja.
La
faena de Sergio Serrano al tercero de la tarde fue de una entrega absoluta,
desde el recibo a la verónica, pasando por el quite por chicuelinas, y el
colofón de una faena de muleta vibrante, arrebatada y ligada a un encastado
toro que tuvo emoción, aunque venido a menos. Mató a la primera y cortó dos
orejas.
Con
los ánimos más templados en el sexto, Sergio Serrano anduvo igual de encajado
pero más templado, sintiendo las embestidas en su muleta por los dos pitones,
sobre todo en algunos naturales aprovechando la boyante condición del toro que,
codicioso, agradeció el espacio que el de Albacete le dio entre pase y pase
para que se viniera. La faena caló de tal manera en los tendidos que,
encendidos, pidieron el indulto, no concedido con acierto. El premio para el
toro quedó en vuelta al ruedo y en dos orejas y rabo para el torero. Toque de
atención de Sergio Serrano, que no desaprovechó la oportunidad y demostró que
es otro de los que sabe torear.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Las Monjas, bien presentados. Primero, noble y justo de fuelle;
segundo, descastado; tercero, encastado, ovacionado en el arrastre; muy parado
el cuarto; complicado el quinto; el sexto, encastado, «Soñador» de nombre,
número 21, castaño, nacido en 12/15, de 525 kilos, fue premiado con la vuelta
al ruedo.
Enrique
Ponce, oreja y silencio.
Curro
Díaz, ovación con saludos y oreja.
Sergio
Serrano, dos orejas y dos orejas y rabo.
Entrada:
menos de un tercio.
Óscar
Castellanos saludó tras banderillear al segundo y
también destacó en la brega del quinto. Diego
Valladar se lució al parear a tercero y sexto.
Manzanares, sábado 5 de septiembre de
2020.
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