lunes, 31 de marzo de 2014

FERIA DE SAN JOSE - ULTIMA CORRIDA: “El Califa” salva la tarde de cierre en Maracay

Indulto de «Imperialista» de Los Ramírez por parte del diestro de Maracay
Así mismo se llevaría el premio Tacarigua Taurino como triunfador del ciclo sanjosefino.

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

Ambiente grande el que tuvo como marco la segunda y última función de la Feria de San José, donde los toros del ganadero Ricardo Ramírez han ofrecido espectáculo, que no del todo se tradujo en apéndices auriculares cortados. El fallo con el uso del acero privó de un triunfo mayor a los diestros anunciados, contando en este caso el coleta local “El Califa de Aragua” la suerte de encontrarse al bravo «Imperialista», quienes protagonizaron el momento estelar del festejo.

El encierro hubo de ser remendado por un toro de Los Aranguez, que abrió plaza y correspondió al veterano y fornido espada tachirense César Vanegas, el cual desarrollo áspero comportamiento en la muleta, no prodigándose de florituras el mencionado espada. Su segundo, quinto de lidia, uno de los toros destacados del envío de Los Ramírez, permitió explayarse con mayor naturalidad, en especial por la diestra donde a «Imperial» Nº 205 se le aprovechó a placer en embestidas largas y templadas a ras de piso. Una pena que con la espada emborronara dicho trasteo, incluso sufriendo el corte de la palma de la mano izquierda, para ser ovacionado tras escuchar un aviso.

Gabriel Picazo no tendría posibilidades de lucimiento con el mansurrón y aquerenciado que pecho en primer lugar de su lote, donde la voluntad y tesón por agradar no quedaron en duda. Tras varios viajes con el acero y el verduguillo, fue silenciado tras aviso, como de la misma manera se repetiría ante el sexto de la función, donde la sosa y brusca intenciones con las telas del burel no le permitieron resquicio alguno a lucirse al diestro ibérico.

El sevillano Esaú Fernández volvía al ruedo de Calicanto tras el triunfo del año pasado con esta misma ganadería, sacando provecho a un animal de embestida cambiante por ambos pitones, donde la firmeza del espigado coleta hizo ver mucho mejo de lo que en realidad pudo haber sido en otras manos, donde la variedad y la improvisación fueron la tónica. Al segundo viaje con la espada le envió a las mulillas sin puntilla, para cortar una oreja. Su otra labor ante el séptimo, gozaría de altibajos, frente a un toro que no del todo se entregó a los engaños, lo que hizo que por momentos su trasteo perdiera intensidad ante el tendido.

Un vendaval de entrega y ambición, a veces atropelladas, las que expuso ante su público y afición “El Califa de Aragua”, para quien en su primer acto de la dilatada tarde, los mejores momentos se le vieron en banderillas, tras compartir tercio con Vanegas. Luego su faena muleteril bajaría enteros tras el ambiguo son en la embestida del astado, venciéndosele por el pitón derecho en más de una ocasión. Sigue pendiente el mal uso de los aceros de este torero, para terminar escuchando palmas tras un aviso.

Pero la suerte quiso que Ricardo Ramírez dejara de cierre de festejo el bravo ímpetu de «Imperialista» Nº 207 de 435 kilos, un rosario de bravura de principio a fin, que en la muleta del “acelerado” torero iba a más tanto por la diestra como por la zocata, colocando unánimemente de acuerdo a todo el conclave presente. La pañolada pidiendo su indulto no se hizo esperar así como el dictamen del palco presidencial, para de nuevo volver a los potreros de La Porqueras y con ello las dos orejas simbólicas a su lidiador.

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