El torero francés, fino y muy templado, corta la única oreja del mano a
mano con el lote menos malo de la
corrida de Zalduendo; Miguel Ángel Perera se estrella al ataque con tres toros sin opción alguna.
ZABALA DE LA SERNA
Valencia
Sebastián Castella se llevó el mano a mano con Miguel Ángel Perera a
puro pulso de muñecas. Fino y fresco el
elegante galo con el lote menos malo de la cinqueña corrida de Zalduendo. El duelo se había
promocionado como de alta tensión y se
notó en el ambiente que se respiraba entre los dos toreros, en la manera
de atacar de Perera, que se estrelló contra
los 'zalcuentos' de final, y principio, ingrato. Dicen que Fernando Domecq anda en negociaciones
para vender la ganadería al todopoderoso
empresario mexicano Alberto Bailleres. Aligere el trato antes de lidiar la próxima, don Fernando.
La suavidad con que Castella lanceó con el capote al toro que estrenaba
la tarde se extendería con la muleta.
Apenas se sangró al terciado y armado domecq en el caballo. Miguel Ángel de Extremadura presentó
sus cartas en un quite por chicuelinas,
como avisando que no perdonaría uno. 'Le Coq' prologó faena con tacto a media altura en el tercio antes de irse a
los medios. Mucha serenidad y pausa para
dibujarle el camino sin forzar la embestida sobre la mano derecha. La siguiente tanda desprendería un tacto privilegiado.
Como otra más en redondos despaciosos.
Y, entre ellas, la administración del tiempo para el toro. La zurda que renació evolucionada en aquella corrida de
Victoriano del Río el pasado mayo volvió
a mostrar su crecimiento muy, muy despacio, abrochada con un
molinete enroscado. La templadísima
caligrafía de vuelos límpidos de la faena se enfrió entre el gentío resacoso de rebanás por un solo
pinchazo. Quizá porque la pastueña
embestida decía poco tan cerca todavía de las lorquianas cinco de la tarde,
quizá porque no había 'polvaera'...
El capítulo más intenso de rivalidad en quites se vivió con el montado
tercero, alto de cruz y más levantado
del piso, largo y estrecho de sienes. Castella había echado las dos rodillas por tierra en la salutación
a la verónica, resuelta con una larga
cambiada y apurada. Lo del caballo fue el mismo trámite de toda la
feria. Unas chicuelinas de algodonadas
provocaron a Perera una intervención ajustidísima por gaoneras, previo farol. El gallo de Francia
afiló espolones, se colocó el capote a la
espalda y sorprendió por saltilleras inmaculadas y una revolera volada.
La gente se calentó de veras ahora.
Santiago Ambel majó dos pares extraordinarios de banderillas. También entre las excelentes
cuadrillas habría su agarrón, como dicen
por México: Joselito Gutiérrez en su toro sacó los brazos desde abajo en
sendas reuniones de categoría.
Castella puso todo de su parte y todo lo que no puso el de 'Zalcuento'
desde el arranque pendular de faena,
cosido a un desmayado pase del desprecio. Por el pitón derecho el toro reponía en sus parcos
viajes y el matador de las Galias perdía
pasos o le daba sitio para hallarle el punto. De nuevo destelló su
izquierda curvada y ya podía haber
seguido al natural, pero alternó las manos hasta el arrimón final. Exprimió todo del toro. Las manoletinas de
despedida y un estoconazo letal le
izaron con una oreja real.
Aquel trofeo se quedaría solitario en el marcador: el caballazo y manso
quinto no quiso saber nada de capotes y
acometió y se estrelló con violencia y poder contra el caballo. Dos puyazos así no se han dado en
todas las Fallas. Castella se sentó en el
estribo para doblarse a continuación. Y le propuso la izquierda: dos
series de pulso sereno dejaron
ojipláticos a unos tendidos que no esperaban nada del morlaco, que a derechas le tiró un recado antes de
desfondarse a plomo. Buena imagen de Le
Coq en su primera salida en 2014.
No cabe peor suerte que la de Miguel Ángel Perera. De tres, ninguno. Y
por hechuras había motivos. Con una
larga cambiada de rodillas y un farol recibió al apretado y malandado segundo, que se quedaba
por debajo del capote. La ofensiva de
Perera fue firme, fuerte y por abajo, no sé si incluso demasiado. Opciones cero le ofreció otro zalduendo que
embestía a taponazos, frenado y apoyado
en las manos, siempre por delante. A portagayola se plantó con el último cartucho. Ni gota de bravura; genio y la cara
muy suelta. En MAP se acumularon la
ansiedad y la sensación embrutecida de frustación, cuando ya no te sale
nada.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valencia. Lunes, 17 de marzo de 2014. Novena de feria.
Tres cuartos de entrada.
Toros de Zalduendo, cinqueños los seis, desiguales de hechuras y remates en la seriedad de la edad;
pastueño y justo de fuerza el terciado y
armado 1º; malandado, bruto y sin fondo el apretado 2º; noble de escaso viaje
el montado 3º; el bajo 4º se frenó a taponazos;
manso y con poder el altísimo y largo 5º
se vino abajo; el astifino 6º soltó mucho la cara con genio
Sebastián Castella, de caña y oro. Pinchazo y estocada corta (saludos). En el tercero, gran estocada. Aviso (oreja). En el
quinto, pinchazo, media estocada
atravesada y descabello. Aviso (saludos).
Miguel Ángel Perera, de habano y oro. Estocada desprendida (ovación). En el cuarto, estocada fulminante (silencio). En el
sexto, pinchazo, media estocada pasada y
cuatro descabellos (silencio).
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