martes, 18 de marzo de 2014

FERIA DE FALLAS EN VALENCIA - Novena de abono Castella gana a puro pulso

El torero francés, fino y muy templado, corta la única oreja del mano a mano con el  lote menos malo de la corrida de Zalduendo; Miguel Ángel Perera se estrella al  ataque con tres toros sin opción alguna.

ZABALA DE LA SERNA
Valencia

Sebastián Castella se llevó el mano a mano con Miguel Ángel Perera a puro pulso  de muñecas. Fino y fresco el elegante galo con el lote menos malo de la cinqueña  corrida de Zalduendo. El duelo se había promocionado como de alta tensión y se  notó en el ambiente que se respiraba entre los dos toreros, en la manera de atacar  de Perera, que se estrelló contra los 'zalcuentos' de final, y principio, ingrato. Dicen  que Fernando Domecq anda en negociaciones para vender la ganadería al  todopoderoso empresario mexicano Alberto Bailleres. Aligere el trato antes de lidiar la próxima, don Fernando. 

La suavidad con que Castella lanceó con el capote al toro que estrenaba la tarde se  extendería con la muleta. Apenas se sangró al terciado y armado domecq en el  caballo. Miguel Ángel de Extremadura presentó sus cartas en un quite por  chicuelinas, como avisando que no perdonaría uno. 'Le Coq' prologó faena con tacto  a media altura en el tercio antes de irse a los medios. Mucha serenidad y pausa  para dibujarle el camino sin forzar la embestida sobre la mano derecha. La  siguiente tanda desprendería un tacto privilegiado. Como otra más en redondos  despaciosos. Y, entre ellas, la administración del tiempo para el toro. La zurda que  renació evolucionada en aquella corrida de Victoriano del Río el pasado mayo volvió  a mostrar su crecimiento muy, muy despacio, abrochada con un molinete  enroscado. La templadísima caligrafía de vuelos límpidos de la faena se enfrió entre  el gentío resacoso de rebanás por un solo pinchazo. Quizá porque la pastueña  embestida decía poco tan cerca todavía de las lorquianas cinco de la tarde, quizá  porque no había 'polvaera'...

El capítulo más intenso de rivalidad en quites se vivió con el montado tercero, alto  de cruz y más levantado del piso, largo y estrecho de sienes. Castella había echado  las dos rodillas por tierra en la salutación a la verónica, resuelta con una larga  cambiada y apurada. Lo del caballo fue el mismo trámite de toda la feria. Unas  chicuelinas de algodonadas provocaron a Perera una intervención ajustidísima por  gaoneras, previo farol. El gallo de Francia afiló espolones, se colocó el capote a la  espalda y sorprendió por saltilleras inmaculadas y una revolera volada. La gente se  calentó de veras ahora. Santiago Ambel majó dos pares extraordinarios de  banderillas. También entre las excelentes cuadrillas habría su agarrón, como dicen  por México: Joselito Gutiérrez en su toro sacó los brazos desde abajo en sendas  reuniones de categoría.

Castella puso todo de su parte y todo lo que no puso el de 'Zalcuento' desde el  arranque pendular de faena, cosido a un desmayado pase del desprecio. Por el  pitón derecho el toro reponía en sus parcos viajes y el matador de las Galias perdía  pasos o le daba sitio para hallarle el punto. De nuevo destelló su izquierda curvada y  ya podía haber seguido al natural, pero alternó las manos hasta el arrimón final.  Exprimió todo del toro. Las manoletinas de despedida y un estoconazo letal le  izaron con una oreja real.

Aquel trofeo se quedaría solitario en el marcador: el caballazo y manso quinto no  quiso saber nada de capotes y acometió y se estrelló con violencia y poder contra el  caballo. Dos puyazos así no se han dado en todas las Fallas. Castella se sentó en el  estribo para doblarse a continuación. Y le propuso la izquierda: dos series de pulso  sereno dejaron ojipláticos a unos tendidos que no esperaban nada del morlaco, que  a derechas le tiró un recado antes de desfondarse a plomo. Buena imagen de Le  Coq en su primera salida en 2014.

No cabe peor suerte que la de Miguel Ángel Perera. De tres, ninguno. Y por  hechuras había motivos. Con una larga cambiada de rodillas y un farol recibió al  apretado y malandado segundo, que se quedaba por debajo del capote. La  ofensiva de Perera fue firme, fuerte y por abajo, no sé si incluso demasiado.  Opciones cero le ofreció otro zalduendo que embestía a taponazos, frenado y  apoyado en las manos, siempre por delante. A portagayola se plantó con el último  cartucho. Ni gota de bravura; genio y la cara muy suelta. En MAP se acumularon la  ansiedad y la sensación embrutecida de frustación, cuando ya no te sale nada.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valencia. Lunes, 17 de marzo de 2014. Novena de feria. Tres  cuartos de entrada.
Toros de Zalduendo, cinqueños los seis, desiguales de  hechuras y remates en la seriedad de la edad; pastueño y justo de fuerza el terciado  y armado 1º; malandado, bruto y sin fondo el apretado 2º; noble de escaso viaje el  montado 3º; el bajo 4º se frenó a taponazos; manso y con poder el altísimo y largo 5º  se vino abajo; el astifino 6º soltó mucho la cara con genio
Sebastián Castella, de caña y oro. Pinchazo y estocada corta (saludos). En el  tercero, gran estocada. Aviso (oreja). En el quinto, pinchazo, media estocada  atravesada y descabello. Aviso (saludos).
Miguel Ángel Perera, de habano y oro. Estocada desprendida (ovación). En el  cuarto, estocada fulminante (silencio). En el sexto, pinchazo, media estocada  pasada y cuatro descabellos (silencio).

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