Buena novillada de Sánchez Herrero en Madrid.
ISMAEL DEL PRADO
Madrid
«Milagroso» abrió la cuenta. El colorado de Hermanos Sánchez Herrero
–que mandaron un encierro de «toritos»,
bien presentado, parejo y a un mes de dejar de ser novillos– levantó el telón de la temporada 2014 en Las Ventas. Nueve
largos meses por delante cargados de
ilusiones, esperanzas, nervios, alegrías, decepciones... Mil y una sensaciones en busca de esa bendita gloria. El
díficil y precioso misterio del toreo.
Con este «Milagroso», sangre Aldeanueva, regresó Luis Gerpe a ese Cónclave de los sueños, que
ya le había visto pasear sendas orejas
de novillos de Villamarta y El Montecillo en los dos veranos anteriores.
Sin embargo, hubo dos sin tres. Gerpe
demostró oficio con un abanto que se templó en
la muleta, muy noble el utrero. Le dejó buenos derechazos, bien ligados
como todo el conjunto, pero faltó esa
pizca de arrebato para que el tendido se enganchara. Tan sólo logró esa comunión en las ajustadísimas
bernadinas del epílogo.
En el cuarto, manejable y sin maldad, tras el sainete de su cuadrilla en
el tercio de banderillas planteó otra
labor sobria y bien estructurada, pero al guiso le volvió a faltar pimienta. Muy efectivo, eso sí, toda
la tarde con la espada.
Curro de la Casa, que se había hecho presente en el primero con un
ceñido quite por gaoneras, sorteó
primero un castaño noblón pero muy rebrincado, que se acostaba en el viaje y se quedaba muy corto.
Le avisó en el segundo estatuario con
una colada de quitar el hipo, que le hizo desistir y echarse la pañosa a
la izquierda. Hubo buenos muletazos
sueltos, especialmente uno largo y profundo de pecho, pero faltó rotundidad. Pese a todo, firmeza y
tesón del alcarreño, que aguantó los
parones a mitad de arrancada de su rival. Lo despachó dignamente con
premura y escuchó tibias palmas desde el
callejón.
Ante el quinto, se gustó a pies juntos en los de recibo. Hubo un par de
delantales llenos de gusto. La bondad y
movilidad del astifino novillo nos hizo concebir esperanzas. Podía ser. Pero, entre
enganchones y desarmes, el asentado trasteo
tuvo demasiados altibajos.
Javier de Prado no tuvo demasiada opción ante el flojo tercero. En el
último tercio, no remontó el utrero y
claudicó repetidas veces. Era una quimera, pero el cacereño, poco rodado, tampoco acertó a poner lo que le
faltaba a su rival. Insípido.
Todo lo contrario, en el excelente y bravo sexto, novillo de nota. Un
«Escritor» ideal para poner en órbita
una carrera. Pronto, bravo y con transmisión. De Prado tomó bríos en las banderillas, que le pidieron sus
partidarios desde el tendido, abusó de
sus ganas y cayó en el excesivo populismo. Alardes, desplantes y
gestos constantes para granjearse la complicidad
del respetable, justo en las Antípodas de
lo que gusta en Madrid. Mucho empeño y poco brillo. Silenciado de nuevo,
quedó claro que era el más nuevo de una
terna que dejó escapar una oportunidad de oro
para catapultar sus carreras. / Diario La Razón de Madrid
FICHA DEL FESTEJO
Las Ventas (Madrid). Primer festejo de la temporada 2014. Se lidiaron
novillos de Hermanos Sánchez Herrero,
bien presentados, cuajados, parejos y de buenas
hechuras. Destacaron 1º, 5º y 6º, los tres con opciones. El 1º, abanto
de salida pero muy noble en la muleta;
el 2º, rebrincado y con poco recorrido; el 3º, sin fuerzas; el 4º, manejable; el 5º, noble y con buen fondo;
y el 6º, bravo, con movilidad y clase en
la muleta, gran novillo. Más de un tercio de entrada.
Luis Gerpe, de azul rey y oro, estocada (saludos); estocada, aviso,
descabello (silencio).
Curro de la Casa, de burdeos y oro, estocada contraria, aviso (palmas); bajonazo, aviso, dos descabellos (silencio).
Javier de Prado, de nazareno y oro, estocada
trasera y caída (silencio); pinchazo, estocada casi entera, aviso (silencio).
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