lunes, 25 de marzo de 2013

TEMPORADA EN MADRID - Gallo y Nazaré ponen argumento artístico en Las Ventas



Antonio Nazaré
JAVIER LÓPEZ
Foto: EFE

Madrid.- Los diestros Eduardo Gallo y Antonio Nazaré hicieron lo más destacado del festejo con el que se inauguró hoy la temporada en Las Ventas, aunque perdieron sendas orejas por el mal uso de los aceros.

Había ganas de que llegara el Domingo de Ramos para arrancar la temporada en Las Ventas. Ganas y expectación, pues el cartel de hoy despertada interés por las cualidades y el momento que atraviesan los tres toreros que trenzaron el paseíllo en la Monumental madrileña.

Y la tarde, aunque desapacible por lluvia y frío, no defraudó, pues a pesar de que no hubo orejas por culpa de las espadas de Gallo y Nazaré, hubo cosas interesantes, fundamentalmente por parte de estos dos espadas, además también del comportamiento de tres toros. Por tanto, esperanzador inicio.

Abrió el año en Las Ventas un "jabonero" que blandeó a la salida del primer puyazo y desarrolló mal estilo en el último tercio: correoso y con la cara suelta. Urdiales trató de hacerse con la situación a base de muletazos de uno en uno, pero el animal nunca se empleó y aquello careció de trascendencia.

El cuarto fue toro grandón y con muchos pies de salida, y con "carbón" en el último tercio. Aquí se vio un Urdiales más decidido, logrando pases de cierta consistencia por los dos pitones a base de querer y no dejarse ganar la pelea por un animal serio y exigente. Pero, al igual que en el anterior, no anduvo fino con la tizona.

Gallo recibió a su primero con unas templadas verónicas a pies juntos, y galleó posteriormente por chicuelinas para poner en suerte. El toro, todo sea dicho, cumplió en varas, aunque en banderillas parecía que iba a empezar a quedarse pronto.

Sin embargo, no fue así y se dejó "dar fiesta" en la muleta por un Gallo muy firme y asentado en tres tandas a derechas de mucho temple y largura, muleta adelantada y encajada la figura, todo muy compacto e hilvanado, y con notable mando. Al natural no hubo tanta continuidad, pero aún así surgieron varios pases sueltos reseñables.

Pero a partir de ahí el animal empezó a apagarse y el salmantino tuvo que suplir ese hándicap con valor y recursos, como los circulares y un improvisado desplante. Importante actuación, emborronada por su fallo a espadas.

El quinto apuntó cosas buenas de salida, mas fue un espejismo, porque en el último tercio enseguida "cantó" su falta de clase y poca raza, apagándose además según avanzaba el trasteo de un Gallo que nada más que pudo mostrar voluntad. Y lo que son las cosas, aquí si funcionó la espada.

El primero de Nazaré fue toro "cariavacado" y vareado, que además evidenció poco celo y escasa transmisión, pero con el que el sevillano anduvo sobrado con un gran toreo al natural, de pases de uno en uno pero con mucho temple y mayor sabor. Toda la faena estuvo basada por ese pitón, el único por donde se desplazó el astado.

Muy bien Nazaré, sobreponiéndose a las adversidades, sobre todo a la lluvia que arreció durante toda la faena y que provocó que la gente abandonara masivamente sus localidades. Por eso, tras la estocada, no hubo petición suficiente y tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo.

El sexto fue un toro muy deslucido por escaso recorrido y malas ideas. Aquí Nazaré, aunque tesonero, no pasó de discreto. / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Cuatro toros de Torrestrella y dos -cuarto y sexto- de Torrealta, bien presentados, excepto el escurrido tercero, y de juego desigual. El mejor, el segundo; y fueron interesantes el tercero por el izquierdo, y el cuarto, por encastado y exigente.
Diego Urdiales: dos pinchazos, otro hondo y dos descabellos (silencio tras aviso); y media y tres descabellos (silencio tras dos avisos).
Eduardo Gallo: pinchazo, casi entera tendida y atravesada, y dos descabellos (ovación tras aviso); y estocada (silencio).
Antonio Nazaré: estocada (vuelta tras petición); y dos pinchazos, media y tres descabellos (silencio).
La plaza tuvo casi media entrada en tarde desapacible y lluviosa, lo que propició que al final del festejo quedara ocupado solo un quinto del aforo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario