VALLADOLID.- Desde el tendido, como mera
espectadora de la fiesta brava, hasta su presencia en la arena, como torera de
a pie o a caballo, la muestra abierta hoy en Valladolid "Mujeres y Tauromaquia. Presencias y Ausencias en la
Historia" glosa el esfuerzo femenino por compartir con el hombre el
papel lidiador.
La exposición, impulsada por el Ayuntamiento
de Valladolid e inscrita en el programa de actividades del Día Internacional de
la Mujer Trabajadora (8 de marzo), testimonia el tortuoso camino de
prohibiciones y levantamientos que en el siglo XX inició el ministro Juan de la
Cierva (1908) para tratar de impedir la dedicación profesional de la mujer.
A las mujeres que lo han intentado "casi siempre las han segado la hierba
bajo los pies" porque el mundo del toreo "es un tanto machista", ha reconocido el alcalde de
Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, durante la apertura de esta muestra
en el Museo del Toro, que ha coordinado María José Saénz y que podrá verse
hasta el 7 de abril.
Incluso José María Cossío, promotor y
coordinador del célebre tratado enciclopédico de "Los Toros", relegó el protagonismo femenino de luces a
simples juegos o espectáculos curiosos en el Tomo I de esa magna obra que, con
el paso de los años, sí llegó a reflejar los meritorios esfuerzos de toreras
que rompieron moldes
La II República derogó la norma promulgada por
de la Cierva en 1934 pero, tras la Guerra Civil (1936-1939) y el inicio de la
dictadura de Franco, regresó la prohibición en 1961 y obligó a la mujer a
desplegar sus carreras en los países hispanoamericanos de tradición taurina.
La igualdad plena fue un logro personal de la
novillera alicantina Ángela Hernández, quien en 1972 emprendió una batalla
legal con reclamaciones al Sindicato Nacional de Espectáculos y a los
ministerios de Trabajo y de Gobernación, que finalmente fructificó en 1974 con
la revocación legal de ese veto.
Esta victoria legal posibilitó la aparición de
lidiadoras como la albaceteña Maribel Atiénzar, primera matadora de alternativa
en España, en los años ochenta del siglo XX, y más recientemente Cristina
Sánchez, doctorada en 1996, Mari Paz Vega, en 1997, y Sandra Moscoso, en 2010.
De todo ello da cuenta esta exposición que ha
coordinado el Museo del Toro, dirigido por el exmatador Jorge Manrique, con
referencias a figuras de otros países como la colombiana Berta Trujillo "Morenita del Quindío" (1928-2011),
primera mujer hispanoamericana en alcanzar el doctorado, en 1981, y la mexicana
Raquel Martínez, primera matadora en la historia de su país.
Entre las pioneras, la muestra también recuerda
a Nicolasa Escamilla "La
Pajuelera", picadora, lidiadora de a pie y que fue retratada por Goya
en unos de sus aguafuertes de temática taurina, y María Salomé "La Reverte", ya en el siglo
XX.
La presencia femenina en el orbe taurino,
desde el último tercio del siglo XX, discurre con aparente normalidad en todos
los ámbitos, desde el periodismo, hasta el ganadero, artístico y estrictamente
profesional en el ruedo. / EFE
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