El madrileño, ahora sin apoderado, pidió 600 mil euros
para ir a la tierra de la gente buena.
ZABALA DE LA SERNA
Diario El Mundo de España
MADRID.- El deseo de José Tomás de cerrar la
herida de México con su regreso a Aguascalientes tres años después de la
gravísima cornada caminaba tan firme que incluso ya se había concretado fecha y
cartel. Sería el 27 de abril el día elegido; los compañeros de terna, Eulalio
López 'El Zotoluco' y Diego Silveti;
los toros de dos ganaderías diferentes.
La negociación, que se planteó con su
apoderado, Salvador Boix, cambió de manos al abandonar el equipo de José Tomás
a los pocos días de aterrizar en México a finales de enero. Recientemente, se
confirmó la noticia del final de la relación profesional entre Boix y el torero
de Galapagar, que se mantenía desde su reaparición en Barcelona en 2007.
Joaquín Ramos, el hombre de campo y confianza
de José Tomás, y el hermano del propio matador, Andrés Román, subían escalón
para agarrar las riendas negociaciones de la carrera del matador, que "dirigiría personalmente",
según un teletipo reciente. O sea, como hasta la fecha pero con otros
intermediarios.
Cuando la Feria de Aguascalientes se
encontraba a punto de convertirse en el gran atractivo de México, también con
las actuaciones de El Juli, Sebastián Castella, Hermoso de Mendoza y las nueva
y pujante generación de toreros mexicanos, la negociación con José Tomás se
torció hasta finalmente quebrarse al profundizar en el apartado económico.
Así que por la economía -se habla de
cantidades astronómicas nunca antes cobradas por torero alguno que podrían
rondar los 100 millones de las antiguas pesetas (600.000 euros)- se rompió el entendimiento
con fecha y cartel ya preparados para lo que se convertiría en un
acontecimiento de orden mundial.
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