SEVILLA (España).-
El juicio contra el torero español José Ortega Cano por un accidente
mortal de tráfico ocurrido en 2011 en el que murió otro conductor comenzó hoy
en la ciudad de Sevilla (sur), y en él el matador aseguró que no iba bebido en
el momento del suceso.
Al iniciarse la vista, el matador se declaró
inocente y su defensa pidió la nulidad de la prueba de alcoholemia que se le
realizó tras el accidente y que arrojó un valor de alcohol en sangre triple de
lo autorizado. El torero, que se enfrenta a una petición de cuatro años de
cárcel, juró en la sala que "no
bebió una gota de alcohol" y que solo se mojó los labios en una
copa de cava, por lo que dijo no comprender cómo el test de alcoholemia arrojó
ese valor.
El accidente ocurrió en la noche del 28 de
mayo de 2011, cuando el torero, viudo de la famosa cantante Rocío Jurado,
había dejado a su hija en un pueblo cercano a Sevilla y se dirigía a su finca "Yerbabuena". En un tramo
curvo de visibilidad reducida, según el fiscal, el coche de Ortega Cano
colisionó de frente con el vehículo que conducía Carlos Parra, de 38
años, que falleció al instante.
La Fiscalía sostiene que Ortega Cano no
se encontraba "en condiciones
apropiadas para conducir" debido a la "previa ingestión excesiva de bebidas alcohólicas que le mermaban
los reflejos", lo que le hacía conducir de manera "irregular,
realizando maniobras arriesgadas para él mismo y los demás usuarios". Según
la Guardia Civil, el choque se produjo debido a una "invasión clara del carril contrario" por parte de Ortega
Cano, que conducía un todoterreno.
Ortega aseguró
ante el juez que el alcohol "es
un veneno" para él porque no es un "hombre de bares" sino amante "del campo, el deporte y la vida sana". Y señaló que
solo bebió cava en su boda con la cantante Rocío Jurado, aunque
reconoció que cuando ella murió en 2006 se sintió "muerto en vida" y se refugió en la bebida durante
unos meses.
Pese al peritaje que sitúa la velocidad de su
vehículo en 125 kilómetros por hora y los tres testigos que denunciaron su
conducción peligrosa, el imputado aseguró que en ningún momento circuló a más
de 80 kilómetros por hora. Sobre el momento del choque con el vehículo que
conducía Carlos Parra, el torero dijo que no recuerda haberlo visto pues
se hubiera tirado "por un
barranco con tal de no impactar contra otro coche".
Agregó que la muerte de Parra es algo
que siempre llevará sobre su espalda y explicó que durante mucho tiempo tras el
accidente estuvo en tratamiento psicológico porque no le dolían "las heridas sino la pérdida de otra
persona".
También opinó que se le ha "tergiversado por ser un hombre
público" y por ello se siente víctima de "una injusticia enorme", aunque añadió que acude al
tribunal "para decir la verdad y
con confianza en la justicia y en Dios". El juicio, que ha
provocado una gran atención mediática, se desarrolla en una sala con 40 medios
informativos acreditados y poco público, la mayor parte vecinos del fallecido. El
torero resultó herido muy grave en el accidente y permaneció hospitalizado
cerca de dos meses. / EFE
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