JOSÉ LUIS VADILLO
Foto: EFE
Es singular que la muerte de un toro bravo sea
noticia. Tenía nombre artístico, Ratón,
y era el morlaco más conocido de las últimas décadas.
El animal se dedicó a viajar de feria en feria
por los pueblos de la Comunidad Valenciana, donde el Reglamento de festejos
populares permite la suelta del astado las veces que haga falta. Tampoco hay
límite en la edad: nada impide que un toro de ocho años se convierta en un bou
al carrer para que los mozos corran delante de él o intenten recortarlo, como
tan bien hacen por esas tierras.
Como cuenta Sergio Moreno desde
Valencia, Ratón tuvo una vida
singular: saltó al estrellato por acabar con la vida de dos personas. Desde
entonces, fue reclamado en numerosos pueblos. El público quería ver las
andanzas de ese toro con fama de asesino y de paso comprobar si era capaz de
atravesar de nuevo el cuerpo de alguno de esos jóvenes que disfrutan de la
forma más antigua que hay de retar a la muerte con un toro delante: los
quiebros, los recortes, los saltos. De eso en Creta ya sabían bastante.
Por definición, no hay toro asesino. Está en
su naturaleza defender su territorio y atacar a quien se le ponga delante. Ya
se lo dijo el escorpión a la rana. Por definición, tampoco hay recortadores
suicidas. Son jóvenes preparados física y mentalmente para enfrentarse al
riesgo y, si llega, a la cornada.
Hechas las presentaciones, cabe deducir que Ratón sólo tenía morbo para el
público. Para los espectadores que lo abucheaban cuando no había revolcones,
para aquellos que animaban con palmas y gritos a quien iba con dos copas encima
que le hacían ver al toro un poco menos peligroso de lo que era.
En esta historia de Ratón y hombres sólo llorarán la muerte del famoso toro los
buitres, los malditos buitres que tildan de aburrida una tarde de recortes o de
capea cuando no han visto un revolcón. También su ganadero, el hombre que crió
un animal al que unos cuantos convirtieron en monstruo y sacó tajada económica
del disparate.
Descansa, Ratón. / La Cuadrilla - Diario El Mundo
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