Juan José Padilla,
uno de los triunfadores del festejo de hoy en Valencia, manifestaba en el
callejón al término de su actuación: "He
puesto toda la voluntad y entrega que el público se merece. No me podía ir de
vacío de ninguna manera y pese a las inclemencias del tiempo había que
demostrar todas las ganas del mundo. Estoy contento por mi actitud, pero dolido
por no abrir la puerta grande. He sentido al público entregado y ha habido
momentos muy intensos".
El jerezano, sobre la decisión del presidente
de no conceder la segunda oreja del cuarto, confesaba: "Los profesionales ponemos todo de nuestra parte y en una tarde
con una climatología muy dificultosa no nos hemos venido abajo y eso parece que
se le ha escapado a la persona que está presidiendo. No se entiende, pero como
dijo el otro día un compañero, la oreja que no me ha dado el presidente me la
ha dado el público, que se ha divertido conmigo y eso es lo importante. El
pero, es cierto, es no haber matado por todo lo alto y de primeras. No habría
habido discusión".
Tras lidiar al primero, expresaba: "Ya picaba por dentro con el capote y
se le veía el carácter suyo, pero como esta ganadería tiene un gran fondo
pensaba que me regalaría algún muletazo más y tendría más entrega. El toro ha
venido a menos y lo que más me ha mosqueado es que ha agachado mucho la cara,
escarbaba y se mostraba reservón. No ha terminado de romper para adelante. Ha
tenido nobleza, sin maldad, pero no ha transmitido".
El otro gran triunfador, Miguel Ángel
Perera, expresaba antes de abandonar el coso: "He estado muy a gusto toda la tarde, muy motivado, muy suelto y
con mucha seguridad que al fin y al cabo es lo que uno quiere en una plaza. No
me puedo ir satisfecho porque uno cuando se viste de luces lo que quiere es
salir de la plaza en hombros, pero también es verdad que hay tardes en las que
el resultado no refleja las sensaciones vividas y esta sin duda va a ser una de
ellas".
Una vez lidió al tercero del festejo, señaló: "El viento es el peor enemigo de los
toreros. El toro ha tenido muchas complicaciones y se han agravado más porque
era muy difícil dominar la muleta. Ha habido que tragarle mucho, a veces venía
un poquito por dentro, soltando la cara y sin rebozarse, pero creo que he
estado muy dispuesto, queriendo mucho e intentando conducir las embestidas que
no eran fáciles. Y lo he matado sensacional, por arriba".
Ese primer ejemplar de su lote a punto estuvo
de herirle: "El susto ha quedado
en eso, en un susto, pero me ha metido el pitón por el pecho y ha podido ser
fatal. Afortunadamente me he podido escapar".
El
Cid, que completaba la terna, matizaba tras acabar
con el quinto: "Le tenía cortada
la oreja pero he cogido hueso y he pinchado. El toro se ha dejado, ha sido
pronto, lo he dejado entero con el caballo porque sabía que se me podía parar
porque embestía más con genio que con bravura, y así ha sido: en cuanto le he
pegado dos o tres tandas por el pitón derecho y una por el izquierdo ya se ha
parado, pero también me ha servido para hacer un toreo más de cercanías que ha
conectado bien con el público".
Antes, tras finiquitar al segundo, lamentaba: "Es muy difícil dominar los vuelos de
la muleta con este viento porque la muleta me pegaba toques por todos lados. El
toro se ha movido y de no haber hecho viento creo que le hubiese cortado las
orejas porque ha transmitido, lo que pasa que era un toro para engancharlo
adelante y traerlo toreado pero no con la muleta hecha un trapo".
Ahondando en el juego del animal, decía: "Venía muchas veces arrollando,
ha tenido movilidad pero le ha faltado clase, con la cara a media altura, pero
sin viento era un toro orejero".
Por su parte, el ganadero de Jandilla, Borja Domecq,
resumía así el festejo: "Ha sido
una corrida buena lidiada en un día muy difícil por lo que ha molestado el
viento. Me voy con una satisfacción tremenda porque con un toro malo, este
sexto, Perera ha estado tremendo. Después me llena de satisfacción el gran
triunfo de Padilla, que es jerezano".
Sobre los toros que, a su juicio, más
gustaron, expresa: "Me quedo con
el cuarto y con un toro, el segundo, que no se ha podido ver porque ha sido el
momento en el que más ha molestado el viento, pero que pienso que por el lado
izquierdo ha sido un grandioso. Lástima que fuera imposible cuajarlo porque en
vez de una muleta el torero parecía tener un pañuelo". Ángel
Berlanga / Redacción APLAUSOS
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