CIUDAD RODRIGO.- El matador de toros salmantino Javier Valverde ha decidido retirarse después de su última actuación en la pasada Feria del Pilar de la ciudad de Zaragoza, debido al desgaste físico y moral tras nueve temporadas como matador.
Sin haber cumplido sus aspiraciones y sin saber si volverá a los ruedos, Valverde, de 32 años, dice adiós. Su "abatimiento" le ha hecho "perder intensidad y motivación", por eso se marcha, porque cree que a estas alturas de su carrera es "lo conveniente" y, además, porque le apetecía, ha explicado hoy el diestro en una entrevista con Efe.
Desde que se convirtió en matador de toros, tras tomar la alternativa el 12 de junio de 2002 en Salamanca (oeste español), a Javier Valverde siempre le ha tocado lidiar el ganado más duro: el de Adolfo Martín, los Miura, los Victorino o los Palha, y esto es "lo que produce mella", ya que "no es lo mismo que lidiar toros menos agresivos", dice.
Ahora se centrará en asuntos mucho más personales, relacionados con su familia, aunque insiste en que lo único claro que tiene es que será matador de toros toda su vida hasta que se "vaya para el otro lado".
Confiesa, entre risas, que hace tres días le llamaron para ver si estaba interesado en apoderar a alguien, pero revela que él no se ve dentro de esa faceta de momento. Sobre sus expectativas como torero, Valverde es rotundo: "si dijera que he cumplido todas mis expectativas sería idiota y no realista".
Reconoce que en el mundo del toro actual, "sobrevivir como profesional y salir indemne como persona es muy difícil porque hay mucha presión, resquemor y contradicción". Aunque, en general, se siente feliz y orgulloso de su trayectoria, que siempre ha estado marcada por metas posibles, lejos de las utopías.
En su opinión, desde que se iniciara en el oficio, el mundo del toro sigue igual, "el sistema taurino lleva así toda la vida: o te acoplas o de desacoplan", precisa. Entiende que la "fiesta" de los toros es el reflejo de la sociedad actual y que si "la sociedad tiene catarro, el mundo del toro tiene neumonía, que es lo que está pasando ahora".
Javier Valverde, nacido el 22 de diciembre de 1977, recuerda a su apoderado como novillero, José María Cerezo, y a sus dos apoderados como torero, Ángel Castro y Nacho Matilla, con los que ha aguantado fielmente durante sus nueve temporadas de matador, algo que en su opinión "es muy complicado en el mundo del toro".
Su peores recuerdos, cuando empezaba a ser torero y creía que tenía que estar en el cartel de alguna feria y su nombre no aparecía, "entonces sí que se pasaba mal", concluye. / EFE
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