Los efectos económicos de la crisis, la prohibición de celebrar corridas en Cataluña y las posteriores reacciones de los profesionales y de los aficionados, dominaron el ambiente durante una campaña que transcurrió entre altibajos de toros y toreros.
José Antonio DEL MORAL
Por lo que respecta a la primera y la segunda filas del toreo, El Juli cuajó la mejor temporada de su vida; José María Manzanares se consolidó definitivamente como figura; El Fandi continuó siendo el líder con notables progresos como muletero; Enrique Ponce completó el XXI año de su alternativa con más de 2000 corridas toreadas sin abandonar el sitio de privilegio, ya histórico, que ostenta, aunque en éste tuvo afrontar una pertinaz mala suerte con los toros; Morante de la Puebla volvió a ser el gran artista con más valor y mejor técnica de todos los tiempos; El Cid superó meritoriamente el larguísimo bache que venía sufriendo; Sebastián Castella bajó demasiados enteros por no estar a la altura de los buenos toros que le correspondieron en casi todas las ferias; Miguel Ángel Perera sumó más percances a los muchos que lleva padecidos por lo que no pudo redondear una campaña en la que, cuando pudo, volvió a ser el que fue en su mejor año; Alejandro Talavante continuó guadianeando entre periodos álgidos y de eclipse; Daniel Luque se situó entre los matadores más encopetados tras el bache que padeció como consecuencia de su precipitado intento de comerse el mundo; y, un año más, Cayetano tampoco en éste logró consolidarse como torero en la misma medida que como máximo galán de la moda, ni completar una campaña en la que, pese a los muy criticados cuidados con que lo llevan, volvió a quedar fuera de combate por su falta de oficio y de sitio profesional.
Cabe añadir los nombres de otros toreros de menor categoría y pretensiones que también han figurado este año en casi todas las ferias. Y entre ellos, los más destacados fueron Juan Bautista, Rubén Pinar, Miguel Tendero, Rafaelillo, César Jiménez, Curro Díaz, Francisco Rivera Ordóñez, Antonio Ferrera, Miguel Abellán, Morenito de Aranda, Fandiño y Diego Urdiales.
Cada uno de los nombrados en sus respectivas categorías y situaciones, fueron la base de la mayoría de los carteles más o menos importantes que se anunciaron en las principales ferias de España y de Francia, ciclos que transcurrieron con no pocos problemas económicos por falta de público, después de las muchas temporadas de bonanza que venían gozando. De tal modo y como no pocas empresas continuaron programando el mismo número de festejos que en los buenos tiempos, los públicos dieron la espalda a las corridas en las que actuaron diestros de menor o ínfimo nivel. De ahí que, a partir del próximo año, las ferias deberán reducir drásticamente el número de corridas y confeccionar casi todas con los toreros más atractivos.
Con las excepciones de la plaza de Las Ventas de Madrid en donde los abonos feriales continuaron atrayendo a un gran número de espectadores pese a la poca o nula calidad de la mayor parte de las corridas que se ofrecen desde hace ya muchos años, así como en la de San Fermín en Pamplona donde tampoco abundan los carteles de lujo sino todo lo contrario sin que ello afecte a la taquilla, en las corridas sin figuras de las demás ferias, el público no acudió como venía sucediendo e incluso en muchas con presencia de los toreros más señeros no se agotaron las entradas y en muchas no se pasó de dos tercios o de medias entradas.
Con todo y con ello, los que más han notado el bajón tanto en las plazas que aparentemente no hubo problemas como en las que sí los padecieron, fueron los reventas porque en todas las plazas se han podido comprar entradas en las taquillas oficiales hasta el mismo instante del inicio de las corridas.
Los empresarios se han quejado más que nunca de los emolumentos de las figuras más caras y la mayoría se proponen abordar este asunto sin más dilecciones por que las pérdidas han sido cuantiosas en varios casos.
También debido a la crisis, la temporada 2010 ha vivido la práctica desaparición de infinidad de festejos taurinos en la mayoría de los pueblos o en pequeñas ciudades donde, gracias a las subvenciones de los ayuntamientos, venían organizándose un tanto protegidos. Esto ha hecho descender notablemente el número de corridas y novilladas con respecto a las que venían celebrándose.
Los novilleros más prometedores fueron de mayor a menor rendimiento, el ya cuajado y más importante Juan del Álamo seguido a gran distancia por Víctor Barrio, Alberto López, Esaú Fernández, Jiménez Fortes y David Galván.
Con respecto al ganado de lidia, 2010 fue un año de mucha irregularidad y casi general falta de casta y fuerza. Pero hubo cinco ganaderías que sobresalieron sobre las demás: Núñez del Cuvillo, Victoriano del Río, Garcigrande, El Pilar y Daniel Ruiz. Curioso fue el mayor o menor decadencia de las ganaderías tenidas por toristas, incluyendo a la más prestigiosa de Victorino Martín.
Entre los heridos más famosos, contó mucho José Tomás que, tras su gravísima cornada en Aguascalientes (México), apenas pudo iniciar su temporada. Famosísimas por su espectacular dramatismo, las cornadas que sufrieron Julio Aparicio y Sergio Aguilar y las terribles de los banderilleros sevillanos Luís Mariscal y Jesús Márquez que por poco salvaron la vida.
Por lo demás, en el 2010 pesaron mucho las intromisiones de la política en el mundo taurino. Sobre todo a raíz de la prohibición del Parlamento Catalán que provocó la por fin activa unión de los profesionales y, especialmente, la de las figuras del toreo que estos mismos días continúan entrevistándose con parlamentarios y miembros del Gobierno Socialista y de la Oposición en su intento, prácticamente logrado, de traspasar a ministerio de Cultura las competencias que taurinamente incumben al de Interior. Sin embargo, los socialistas se han contradicho al actuar en dos direcciones opuestas: dando salida al pretendido traspaso a Cultura después de negarse a votar en bloque contra la prohibición de celebrar corridas en Cataluña y no apoyar unánimemente la moción de los populares en el Senado para declarar a la Fiesta Brava Bien de Interés Cultural en toda España.
De todo esto continuaremos escribiendo más detalladamente en próximos análisis sobre la temporada que acaba de terminar.
El Juli, sin duda alguna el torero más regular en cuanto a triunfos y presencia en plazas ibéricas, no dejando duda su gran nivel, en el año donde mejor se le ha visto por los ruedos. Foto: EFE |
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