martes, 12 de marzo de 2013

¿QUIEN ES ALBERTO BAILLERES? - Alberto Bailleres: Un torero en los negocios


La publicación especializada Prensa económica, que se edita en Argentina –país donde también tiene negocios Bailleres-- y que dirige el periodista Jorge Amorín, en su sección titulada "Empresarios top", trazó hace en 2007 un detallado perfil del presidente del Grupo Bal. (Entre paréntesis, a esta revista pertenece la caricatura que se ha publicado en España del empresario Bailleres). El texto entonces publicado, con el título de "Un torero de los negocios" es el siguiente:
El empresario mexicano está a la cabeza del exitoso Grupo Bal, conformado por la empresa de explotación de minas de plata Peñoles, de la compañía de seguros GNP, de las famosas tiendas El Palacio de Hierro y de la distribuidora de gaseosas y cervezas FEMSA -con presencia en la Argentina-. González es hoy el segundo hombre más rico del país del guacamole, con una fortuna valuada en 5000 millones de dólares según Forbes.
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“Don Alberto” Baillères González, como lo llaman en su México natal, es fanático de los toros, pasión que lo llevó a comprar la Plaza de Toros “Alberto Balderas” de Ciudad Juárez, en México. También es aficionado a los caballos, por lo que cuenta con un establecimiento de cría llamado “Begoña”; y suele participar de distintos torneos de golf.

Pero más allá de gustos personales, lo cierto es que este mexicano de 74 años es conocido por “tomar el toro por las astas” en cuanto a negocios se refiere, al liderar la segunda corporación empresaria más fuerte de México. Se trata del Grupo Bal, que factura más de U$S 9.000 millones en ventas al año y emplea al menos a 28.000 personas.

Las principales empresas que la integran son Peñoles, la mayor productora de plata del mundo -entre otros metales; la compañía de seguros Grupo Nacional Provincial (GNP); las tiendas de muebles, electrodomésticos y vestimenta Palacio de Hierro; y las acciones de la más importante productora de gaseosas y cerveza en Latinoamérica, FEMSA (responsable, por ejemplo, del embotellamiento y distribución de la marca Coca Cola en la Argentina).

Baillères es el segundo hombre más rico de México después de Carlos Slim, con una fortuna personal valuada en 5.000 millones de dólares. Por eso ocupa el puesto 158 entre los mayores millonarios del mundo, según el listado de Forbes editado en 2007.

La historia “Don Alberto” comienza, como en la mayoría de las empresas exitosas del continente, con un legado familiar. Su padre, Raúl Baillères Chávez, había sido pionero en la puesta en marcha de distintos emprendimientos vinculados a la industria y las finanzas a principios del siglo XX.

FINANZAS Y BURBUJAS

Raúl Baillères Chávez, que vivió entre 1895 y 1967, es conocido en México por haber sido banquero y empresario. Comenzó desde muy joven en los negocios de su padre, quien se dedicaba al comercio de semillas, conservas y legumbres.

Cuando tenía 20 años probó suerte en Ciudad de México, donde consiguió un primer trabajo en los negocios de una familia conocida, los Lacaud. Su habilidad para los números le permitió luego emplearse en el Chase Manhattan Bank y obtener más tarde la representación del Equitable Trust Co., desde donde aprendió y se empapó en los secretos de la industria minera, sobre todo en la exportación de plata, oro y otros metales.

Allí vio una oportunidad. Por eso, en 1919 se asoció con el estadounidense John B. Glen para financiar la actividad de pequeños mineros y buscadores de oro, a quienes además les compraban los metales. Luego nació Metalúrgica Mexicana Peñoles, a través de la fusión en 1961 de dos antiguas empresas: la Compañía Minera de Peñoles, S.A. y la Compañía Metalúrgica Peñoles, S.A. Esta gestión financiera fue motorizada por Raúl Baillères, quien quedó a cargo de la presidencia de la compañía.

Paralelamente, en esos tiempos se fundó el Banco de México y más tarde el Banco de Crédito Minero y Mercantil (luego rebautizado como Banca Cremi), al que se le otorgó la primera concesión financiera especializada en minería.

El segundo gran negocio llegó en 1941, cuando Pedro Baillères -junto a otros inversionistas- adquirió la Cervecería Moctezuma, conocida, por ejemplo, por la burbujeante cerveza Carta Blanca. Más tarde la firma pasó a manos del grupo FEMSA, donde la familia Baillères conserva sus acciones, y desde donde se maneja para Latinoamérica no sólo el mercado de cervezas sino también el de gaseosas, entre ellas Coca Cola.

También en su tren de compras, Don Raúl adquirió junto a sus socios las famosas tiendas El Palacio de Hierro, donde se vendían productos para el hogar y ropa de marcas conocidas para los sectores medios y altos de la población.

INESPERADA TRANSICIÓN

Luego de la muerte del patriarca del Grupo Bal, el mayor de los herederos tomó el curso del negocio, pero murió muy pronto. Su hermano Alberto Baillères, quien seguía en la línea de sucesión, asumió la presidencia del Grupo Bal.

Alberto había estudiado en Estados Unidos, y posteriormente en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), creado por su padre y otros empresarios. A mediados de los 50 Alberto ingresó al Banco de Comercio, hoy conocido como Bancomer; y también ocupó cargos en Cervecería Moctezuma, donde empezó como vendedor.

Sin embargo, como presidente del Grupo Bal, la primera dificultad que debió afrontar Alberto fue la entonces estatización del sistema bancario por el presidente José López Portillo, en 1982. Baillères y los accionistas perdieron Banca Cremi, una de las principales entidades de México. Sin embargo, pese a este escollo no abandonó el país, sino que siguió invirtiendo en el resto de los negocios.

Con una personalidad de más bajo perfil que su padre, Alberto incursionó también en otras ramas financieras, como los seguros. Así adquirió otra empresa histórica de México, el Grupo Nacional Provincial (GNP). Hoy esta firma está diversificada en primas para vida, retiro, salud, patrimonio, prendarios, etc.

Por su amor hacia los toros y la actividad ganadera, el empresario incorporó nuevas ramas al conglomerado: entre ellas se destacan la producción lechera y de productos derivados, la cría de ganado de engorde, el desarrollo de ejemplares equinos, la cría de toros, así como también la producción y comercialización de productos forrajeros y hortalizas. El ganado en pie, además, se exporta hacia Estados Unidos.

ÚLTIMOS AVANCES

El 2007 fue sido un muy buen año para el Grupo Bal. Sobre todo por los resultados de la minera Peñoles, que sigue recibiendo los beneficios del incremento internacional del precio de metales como plomo, plata y zinc. De hecho, ante la mayor demanda, la empresa aumentará la producción a niveles históricos: se invertirán unos 350 millones de dólares en la termoeléctrica Peñoles de San Luis Potosí para pasar, en cinco años, de una producción anual de 75 a 100 millones de onzas de plata.

En contraste, GNP decidió desprenderse de algunas actividades, como la cobertura de riesgos por huracanes, y disminuir su exposición en la cobertura automotriz, lo que implicó el cese de una quinta parte de su personal.

Otra de las empresas que sigue creciendo es El Palacio de Hierro, que ya cuenta con 10 sucursales, y que acaba de firmar un acuerdo con los chilenos de Ripley para llegar al segmento medio y bajo de la población, tanto con productos como con servicios financieros (préstamos personales y tarjetas de crédito).

Ambas planean invertir 400 millones de dólares en cuatro años a través de una nueva cadena minorista, que será en un 52,5 % de la familia Baillères; y el resto de los Calderón, dueños de Ripley.

Las primeras inversiones apuntarán a la compra de terrenos y espacios para establecer sus tiendas, las cuales se ubicarán en principio en la zona metropolitana y el Distrito Federal, para posteriormente incursionar en ciudades como Puebla, Cuernavaca y Querétaro.

La era Alberto Baillères frente al Grupo Bal ha sido caracterizada por el fortalecimiento de los negocios históricos de la compañía (metales, retail y bebidas); y la incorporación de pocos pero rentables actividades: agro y seguros.

A los 74 años, Don Alberto sigue al frente de su incansable tarea, y asegura que sus siete hijos compiten por la sucesión al igual que el resto de los directivos no familiares de la compañía.

Sin embargo, Alejandro Baillères es el que, hasta ahora, se perfila con más posibilidades: ya ocupa la gerencia general de GNP y está casado con Sofía Aspe, la hija del ex secretario de Hacienda de México Pedro Aspe.

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