El
veterano torero cordobés firma dos faenas para el recuerdo e indulta un buen
toro de Zalduendo en Antequera
GONZALO I.
BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Antequera
(Málaga)
La tarde parecía predispuesta al toreo. Ni una
'gota de aire' como dicen los antiguos, la temperatura perfecta, la luz clara
de la tarde sobre Antequera. Finito llegó a Antequera a hacer el toreo. Sabía
que su inclusión a última hora en el cartel había suscitado disconformidad. La
única opción era contestar con su concepto eterno. En las declaraciones
posteriores a su actuación mostró su disconformidad por no estar anunciado en
Córdoba el próximo lunes. Otra polémica, que se sumó a la despertada por el
exagerado indulto al tercer toro.
La triada de medias verónicas al primer toro de
Zalduendo hizo constatar su gran predisposición. La faena de muleta tuvo un
punto técnico y, al mismo tiempo, el alma para llegar a los tendidos. Se dobló
con él empujándolo hacia delante y en seguida surgió el torero erguido de
Finito. Elegante, sutil, acompasado. Una faena medida, con buen temple y gran
armonía. Como en sus mejores tiempos pero con la suma del poso que sólo da el
paso de los años. Los ayudados por alto, los pases de la firma, una
trincherilla... todo con mucho gusto. Remató con una buena estocada y las dos
orejas premiaron la obra ante el noble toro.
Explotó la torería de Finito ante el segundo de su
lote, dos detalles preciosos con el capote, una media y una larga cordobesa. El
inicio andando hacia delante tuvo su sello, con todo el gusto del mundo en
trincherazos y pases por bajo. El toreo en movimiento. La faena tuvo detalles
de muchos quilates pero el toreo más rotundo llegó cuando empezaron las
peticiones de indulto. Finito lo apretó en tandas exigentes, con la figura
compuesta y el trazo autoritario. La gente se volvía loca mientras Finito
sonreía. El gran defecto del toro fue que escarbaba. La gran virtud, la
colocación de la cara a la hora de coger los trastos. La petición se
materializó en concesión. Finito se entretuvo en un precioso toreo a dos manos.
El indulto es la anécdota dentro de la buena corrida de Zalduendo.
Luis Bolívar pudo demostrar el torero que es, el
que conoce la afición de Colombia pero que en España apenas se ha podido
vislumbrar por las ganaderías con las que se suele anunciar. En el saludo con
el capote meció los brazos con suavidad, con buen embroque. El puyazo de
Alberto Sandoval fue perfecto como el par de Fernando Sánchez arriesgando mucho
con el toro parado. Luis Bolívar inició la faena en los medios con el cartucho
de pescao, bonito homenaje a Pepe Luis Vázquez. Muy pronto vio la calidad del
pitón izquierdo con un punto mayor de codicia que el toro anterior. Por el
derecho, sin embargo, le faltó un tranco. Al natural brotaron tandas largas,
pulseadas y limpias. Se pasó de faena y la espada no viajó certera (saludos).
Una oreja cortó Luis Bolívar al que cerró la
enclasada corrida de Zalduendo que tuvo la mácula de una presentación demasiada
justa. Correcta para esta plaza pero, como alguna otra lidiada anteriormente,
al límite para emitirse por televisión.
El jurado de la Fundación Toro de Lidia se decantó
por 'Doctor', lidiado e indultado en tercer lugar, como el mejor toro de la
tarde. El mejor puyazo fue el de Alberto Sandoval mientras que se premió la
brega de Álvaro Oliver al primero y el par de banderillas de Lipi al mismo
toro.
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