El
que fuera conocido como la Muleta de Castilla, muere a los 88 años como consecuencia
del coronavirus
Redacción
APLAUSOS
Pablo Lozano, don Pablo, ha fallecido este jueves a los 88
años de edad. Quien fuera la Muleta de Castilla ha muerto como consecuencia del
coronavirus. Con él se va parte de la historia del toreo desde mediados del
pasado siglo. Nacido en la localidad toledana de Alameda de la Sagra el 29 de
agosto de 1932, tomó la alternativa el 25 de septiembre de 1951 en Barcelona,
teniendo como padrino a Luis Miguel Dominguín y de testigos a Manolo González y
José María Martorell. Aquella tarde se lidiaron toros de Samuel Flores y
Atanasio Fernández.
Al año siguiente, 1952, confirmó la alternativa en
Madrid el 18 de mayo, de manos de Antonio Bienvenida y Paco Muñoz, de testigo,
ante toros de José Ignacio Vázquez. Uno de sus mayores éxitos tuvo lugar el 14
de julio de 1957 cuando toreó como único espada en la plaza de toros de Madrid
en la corrida del Montepío de Toreros.
Junto a sus hermanos, especialmente con José Luis
y Eduardo, tuvo una importante trayectoria como apoderado de grandes figuras.
Por sus manos y sus conocimientos pasaron toreros de la talla de Palomo
Linares, Rafael Ortega, Curro Romero, Manuel Benítez “El Cordobés”, Juan
Antonio Ruiz “Espartaco”, César Rincón, José María Manzanares padre e hijo,
Manuel Caballero, Vicente Barrera, El Juli, Sebastián Castella o Eugenio de
Mora…
Durante su vida también puso su sabiduría al
servicio del toro, llevando las riendas de la ganadería de Alcurrucén, a la que
convirtieron en una de las más señeras del campo bravo, además de los otros dos
hierros de la casa: Lozano Hermanos y El Cortijillo.
Como empresarios su carrera también está llena de
éxitos. Especialmente en Madrid, plaza que gestionaron con brillantez entre
1990 y 2004. Su gestión como empresarios de la plaza más importante del mundo
la trasladaron a América durante cerca de veinte años en los que dirigieron
cosos como Bogotá, Medellín o Quito.
Desde APLAUSOS y VUELTA AL RUEDO expresamos
mediante estas líneas nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos.
D.E.P.
Las perlas de
Pablo Lozano
De entre las muchas entrevistas que Pablo Lozano
concedió a esta casa, recuperamos la realizada por José Luis Benlloch en
noviembre de 2007. Aquella conversación se publicó en dos partes, en los
números 1.573 y 1.574, y cuyas reflexiones recogemos a modo de perlas que bien
podrían ser perfectamente un tratado de tauromaquia.
SUS ESPEJOS TOREROS
“Tuve tres espejos: Domingo Ortega, Luis Miguel
Dominguín y Parrita. De Luis Miguel me atrajo su personalidad y su amor propio.
Nunca le vi rajado ante nada. Parrita era la mayor y posiblemente la mejor
aproximación al estilo de Manolete. De Domingo había que quedarse con el temple
y con la manera de andarle a los toros. Era un estudioso del toro, muy
inteligente delante de él, y creo que fuera de la plaza también”.
ESTUDIAR EL TOREO
“La profesión de torero es la que más estudio
exige. Hay que estudiar al toro, sus ideas, sus condiciones… Tienes que
estudiar hasta conocer a la perfección los terrenos, los del toro y los tuyos…
Tienes que conocer a la gente, sus gustos, sus reacciones…”.
MÁS BONITO QUE MEJOR
“Hoy se torea más bonito, no mejor. Torear es
pegarle a un toro veinticinco pases bien pegados. Que a los veinticinco pases
el toro esté dominado y en ese momento pegarle una estocada por el hoyo de las
agujas. Eso es torear y ahora veo yo que a los toreros les pegan muchos avisos.
Eso demuestra que se puede poco con los toros. Si tú a un toro lo toreas bien
de verdad, no hay toro que te aguante más de esos veinte o veinticinco pases.
Ahora bien, si lo que haces es andar por allí… de esa manera le puedes pegar
setenta u ochenta o los que quieras, pero eso no es lo mismo”.
LA MULETA DE CASTILLA
“Eso me lo puso K-Hito cuando yo ya era matador de
alternativa. Él cuando hacía las crónicas al empezar a hablar de un torero le
ponía un calificativo, una frase, cada día decía una cosa y aquel día
toreábamos en Madrid Rovira, Pablo Lalanda y yo. Me puso lo de La muleta de
Castilla, nos gustó, hicimos la propaganda y se me quedó para siempre”.
DINERO COMO TORERO
“Yo nunca vi pasta. La ganaba, pero siempre estaba
en paz. Yo sé que de novillero en el debut en Madrid me dieron nueve mil duros.
Dos mil los dedicamos a mejorar la novillada. Quiero decir que se compró una
mejor de la que tenía prevista la empresa, en este caso de Montalvo, y la
diferencia, esos dos mil duros los pagábamos nosotros, pero al acabar, en la
liquidación, la empresa le dijo al apoderado que los dos mil duros los pagaban
ellos y además le dieron mil duros más para que me comprase un reloj. Le dijeron
cómprale un reloj para que se acuerde toda su vida de la hora en que debutó en
Madrid. Aún lo conservo. Es un Omega que funciona de maravilla”.
SUS MEJORES FAENAS
“Yo la situaría en Madrid, a un novillo de Benítez
Cubero. Después de cuatro pinchazos me dieron una oreja y como no me dieron la
otra me hicieron dar dos vueltas al ruedo. Y de matador de toros también
rescataría una faena de Madrid, con una de Escudero Calvo la tarde en la que me
bautizó K-Hito con lo de la Muleta de Castilla. Ese día corté dos orejas y pude
cortar otra más a cada toro pero fallé a espadas o no cayeron los toros. Otro
día maté seis toros de Cobaleda y corté cuatro orejas. Me acuerdo de ese día
con gran satisfacción”.
CASI FIGURA
“No logré ser máxima figura del toreo. Me faltó
ambición e inteligencia. Luego tuve mala suerte, me pegaron alguna cornada a
destiempo, pasé las fiebres tifoideas… pero yo no creo en la mala suerte, si
uno es como debe ser eso lo tiene que vencer. Eso me da fuerza moral para
hablarles a los chicos que apoderamos. Les puedo decir lo que hice yo que no se
debe hacer. ¿Que cómo hay que ser…? Hay que ser sacrificado, constante y muy
tío para llegar a ser figura del toreo”.
EL TORO
“Ahora el toro es más bravo que nunca, de eso no
hay duda a pesar de que hay muchas cosas en contra de él, pero aun así, por la
raza que se le ha dado y por la casta que se le ha seleccionado, se mueve.
Cuando yo comenzaba en los años cuarenta, todo sucedía a favor del toro: el
caballo era muy chico, el toro pesaba poco, era muy joven… Ahora todo va en
contra, el caballo es muy grande, el toro pesa mucho, tiene edad… y a pesar de
eso embiste”.
BORRACHERAS… DE SATISFACCIÓN
“Para emborracharse no hace falta vino ni otras
cosas. Te emborrachas delante de una obra grande. Yo me emborraché cuando vi
cortar el rabo a Palomo en Madrid o en la tarde de la despedida de César Rincón
en Barcelona. Fue una borrachera de satisfacción y seguramente mejor que una
borrachera de alcohol”.
COBRAR, CON SANGRE
“Me llevé mi parte. Trece cornadas, una de ellas,
la de Figueras, fue gravísima. Me partió la safena y me dañó la femoral. Echaba
un chorro de sangre que no veas. Tuve la suerte de que me cogiese un médico
fenomenal y me salvó la vida. Al mes ya andaba por casa, pero luego tardé seis meses
en poder reaparecer porque el riesgo de la pierna no acababa de ser bueno”.
HOMBRE DE CAMPO
“Es verdad que yo fui más hombre de campo, pero el
campo es muy importante para la empresa. Yo era el complemento de mis hermanos.
Cada uno tenía su función y la mía era el toro”.
APODERADOS DE LUJO
“Nosotros hemos tenido la suerte de que hemos
llevado unos toreros fuera de lo normal. Ese privilegio nos lo dio Dios y lo
hemos gozado mucho. Me permitieron volver a vivir mi época de torero y me
compenetré mucho con ellos. Está Palomo pero también estuvo Espartaco, estuvo
César, estuvo mi hijo que también tuvo su momento… Casi todos o todos a
excepción de Vicente Barrera han salido por la puerta grande de Madrid. Y la
tuvo abierta con un toro de Samuel. La abrió con la muleta y se la cerró con la
espada”.
EMPRESARIOS AVENTUREROS
“Éramos empresarios, pero fuimos también muy
aventureros. Gracias a Dios nos salió bien. Si nos sale mal nos tenemos que
tirar al mar. Nosotros transportábamos en avión todos los años de cincuenta a
sesenta toros y, aunque no estábamos mal económicamente, seguro que no teníamos
dinero para tanto. Un año fuimos empresarios de Bogotá, de Quito, de Medellín,
Cartagena de Indias y esa misma temporada dimos toros en Caracas, Valencia de
Venezuela… Dimos como cincuenta y seis corridas de toros o alguna más”.
…Y MADRID
“Llegar a ser empresario de Madrid es como en la
religión llegar a ser Papa. Eso seguro. La fiesta de toros siempre giró
alrededor de Madrid. Madrid siempre mandó”.
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