MANOLO
MOLÉS
Redacción APLAUSOS
Seamos sensatos dentro de este sunami que ha
desbaratado toda la temporada. Por muchos parches de buena voluntad que
queramos ponerle, este es el año más amargo que hemos vivido. Claro que se
agradece que dar algo es mejor que nada, pero faltan demasiadas cosas. Faltan
las plazas grandes, todas las de primera menos una, Córdoba, y faltan los
carteles de figuras. Y ojo: a mí me gusta desde siempre un cartel con dos
figuras y uno que venga arreando. No me agradan los compartimentos o los grupos
según categoría. Eso de los pobres con los pobres y los ricos con los ricos es
nefasto. Siempre tiene que haber en un cartel de figuras uno que venga
arreando, pidiendo paso, que esté dispuesto a amargarle la tarde al más
pintado. Eso es lo bueno. Lo malo son los grupitos. La competencia está en
meter siempre junto a dos figuras uno que quiere serlo y tiene condiciones para
ello. Otra cosa es que lo logre o no.
Yo quiero que cuando esto escampe, las figuras, los toreros
nuevos y los locales vuelvan a verse las caras con esa mezcla histórica. En el
toreo está todo escrito en el libro de la historia
A falta de pan buenas son tortas dice el refrán.
Claro que a falta de ferias vale esta “resistencia”. Son tardes de dos toreros,
normalmente uno figura, o casi, y otro de los que torean poco por la razón que
sea. Pero el número tres es fundamental en la Fiesta y su historia. Tres
toreros, tres lotes de toros, tres cuadrillas, tres tercios, tres puyazos, etc.
Los carteles de dos tienen sentido cuando es un cara a cara, un mano a mano, un
reto entre dos toreros. Ahí tiene que haber picante. Si son dos y cada uno
cumple con lo suyo, pues bueno, ahí se queda la cosa. Dos toreros frente a
frente o mano a mano tiene que ser un desafío con algún fundamento.
Claro que más vale algo que nada. Mejor que
estemos a media luz que a oscuras. Pero lo he dicho desde que empezó esta
parálisis: las plazas de primera no han respondido al reto. Bienvenidas las
plazas de segunda y tercera (a ver si cuando acabe esto se siguen dando buenos
carteles en esos cosos poco frecuentados por las figuras), pero mal cerradas
las de primera. Córdoba se salva siendo menor a otras. Pero no abre ni Madrid
con Las Ventas, no la Maestranza de Sevilla, ni las telarañas de Barcelona
(pena de plaza), no el sol de Valencia, ni la bruma de Bilbao, no el Pilar de
Zaragoza, no la luz de Illumbe, ni una plaza de primera…
De momento se hace lo que se puede. Vale. Pero, joder, ves a
Talavante torear a plaza cerrada en Valdemorillo y dices: “Coño, éste sí es la
reconstrucción”; pero te conformas con verlo en una foto. En 2021 o normalidad
u oscuridad
Miremos el espejo galo. Ahí está Nimes, feria
cumplida, Arles, feria atractiva, Dax… todo lo que se ha podido dar ha sucedido
en las plazas de primera. Poco y de primera. Yo quiero que cuando esto escampe,
las figuras, los toreros nuevos y los locales vuelvan a verse las caras con esa
mezcla histórica. En el toreo está todo escrito en el libro de la historia. De
momento se hace lo que se puede. Vale. Pero, joder, ves a Talavante torear a
plaza cerrada en Valdemorillo y dices: “Coño, éste sí es la reconstrucción”;
pero te conformas con verlo en una foto. En 2021 o normalidad u oscuridad.
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