miércoles, 7 de octubre de 2020

De la ‘Gira’, el ‘Circuito’ y las opciones de Roca Rey

El arranque de las corridas organizadas por la Fundación del Toro de Lidia ha coincidido con la finalización del ciclo de novilladas auspiciadas por la misma entidad
 
ÁLVARO R. DEL MORAL
@ardelmoral
Diario CORREO DE ANDALUCÍA
 
Los vericuetos informativos de la última semana han desplazado este Observatorio al mediodía del martes. No importa. Sigue habiendo chicha que cortar en esta temporada de la pandemia que arroja las mismas o más noticias que si el motor del negocio anduviera a pleno rendimiento. Ya hemos hablado largo y tendido de la decisión de Roca Rey, que anda rumiando por los campos de Gerena –en la finca que compró a la heredera de Ciudadano Kane- el futuro inmediato de su carrera, severamente frenada por la suma de los efectos del covid y la lesión que le obligó a parar la marcha en la yema de la temporada 2019.
 
A raíz de su ruptura con Valencia y Campuzano, en la última edición de este Observatorio , habíamos hablado de la aparición del nombre de Enrique Martín Arranz en la órbita del paladín limeño, dejándose regalar los oídos por las preguntas de la prensa. Su hijo adoptivo y eterno poderdante, Joselito Arroyo, también ha entrado en danza y se deja querer en torno a ese hipotético apoderamiento que, quién sabe, Andrés ha podido volver a rumiar en la maravillosa soledad del Camino de Santiago, que finalizó hace muy poco.
 
Pero nos interesan las declaraciones de Joselito, transcritas por el compañero Pedro Toledano en Aplausos. El diestro retirado –actual apoderado de Alejandro Talavante- afirma no saber nada del asunto pero admite algunos contactos anteriores que darían verosimilitud a aquel pretendido encuentro campero entre Roca y el ‘Tala’ –puesto negro sobre blanco por Rosario Pérez en ABC- que, si llegó a celebrarse, quedó en agua de borrajas. “Alejandro y Andrés sería una combinación explosiva para volver a llenar las plazas” declara Joselito. “Nosotros ya lo intentamos pero la otra parte lo abortó” afirma clara y meridianamente el prestigioso diestro aludiendo –o eso queremos entender- a que los anteriores apoderados del diestro peruano no quisieron entrar en esa alianza que ahora vuelve a ponerse encima de la mesa. “No sé si a partir del cambio será posible”, remacha Arroyo volviendo a tender una mano que podría modificar el mapa de operaciones del toreo en un futuro inmediato. Si el covid nos deja, claro.
 
De la ‘Gira’ al ‘Circuito’
 
Mientras tanto, la llamada ‘Gira de Reconstrucción’ alentada por la Fundación del Toro de Lidia y sostenida por las retransmisiones del canal Toros de Movistar Plus continúa su camino, posibilitando la apertura de ciertas plazas, la lidia de reses que habrían acabado en el matadero y la actuación de toreros de distintos galones para consuelo del aficionado y, ojo, la financiación de un proyecto de mayor calado y perspectiva de futuro. Hay que hacer un alto en el camino para remachar un dato fundamental: el toreo no puede estar esperando ningún maná que venga del cielo; ninguna mano mágica que venga a resolver sus problemas más recurrentes, agravados con la expansión de la dichosa pandemia. Lo que el sector no haga –hagamos- por sí mismo no vendrán otros a hacerlo. Desde esa premisa, los movimientos de la Fundación del Toro son de los pocos que dan trigo –con los matices que queramos poner y las mejoras que se quieran demandar- en estos tiempos de tantas prédicas en el desierto. Hasta ahora se han organizado cuatro festejos de los 21 previstos: los dos de Cabra y otros dos en Úbeda donde, sin solución de continuidad, se celebró la final del llamado ‘Circuito de Novilladas de Andalucía’, otra iniciativa en la que la FTL se ha arremangado por completo en estrecha colaboración con la Junta de Andalucía y otros patrocinios como el de la muy taurina Caja Rural del Sur que preside José Luis García-Palacios y la Diputación Provincial de Málaga.
 
Poder de convocatoria y algunos matices
 
Ya que nos hemos detenido en Úbeda es justo y necesario resaltar un dato revelador. Ese festejo final del llamado ‘Circuito de Novilladas’ vendió más entradas que la corrida de la ‘Gira’ en la que estaba anunciado El Juli a pesar del drástico recorte del aforo del coqueto coso ubetense obligado por la separación mínima de metro y medio de espectador a espectador decretada por la Junta de Andalucía. El dato, insistimos, admite muchas reflexiones sobre el poder de convocatoria de un senado taurino desgastado y que ha incrementado el olor a naftalina en torno a la pandemia...
 
Pero hay que ir al turrón de ese miniciclo de novilladas que ha salvado los muebles de un certamen mucho más ambicioso que, como tantas cosas, quedó engullido por el tsunami de la pandemia. Los 15 festejos previstos, con final anunciada en la plaza de la Maestranza, quedaron reducidos a cuatro: tres novilladas clasificatorias y esa final televisada –ganada con toda justicia por Jaime González-Écija- que dejó algunos sabores agridulces. Hay que felicitar, una vez más, a la Fundación por enfangarse en este empeño, que no estaba libre de sinsabores e incomprensiones. Pero la FTL no puede dejar flecos sueltos. El sistema de clasificación –no tiene sentido salvar a un aspirante por festejo sin esperar al desarrollo global del ciclo-, de puntuación y hasta de elección de los jurados debe cambiar para ediciones venideras. También se debe contar con algún sistema de captación –a modo de cazadores de talentos- para llevar a estos festejos a chicos con verdadera proyección por encima de historias, historietas, localismos y politiqueos taurinos. Nos va el futuro en ello.
 
Se nos quedan muchas cosas en el tintero. Las dejamos para la semana que viene si no pierden vigencia. Sólo un último asunto: la Policía Autonómica ha certificado que Lances de Futuro, la empresa que comanda José María Garzón, cumplió escrupulosamente todas las medidas de seguridad decretadas hasta ese momento por la Junta de Andalucía. Ya lo dijo San Juan: “veritas vos liberabit...”

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