JORGE ARTURO DÍAZ REYES
@jadr45
La revista norteamericana Vanity Fair destaca las fortunas
de algunas de las figuras, la forma empresarial como las gestionan, y la
supervisión que el gobierno español hace de ellas junto a las de artistas y
deportistas en una época de crisis económica para el país y la fiesta. El
artículo publicado hace casi tres años no ha perdido vigencia.
En Plena Feria de Abril (Sevilla), Hacienda está mirando con
lupa las cuentas de los toreros. Ya el año pasado el ministerio de Cristóbal
Montoro lanzó un plan específico para inspeccionar a deportistas y artistas, un
colectivo que mueve cifras millonarias a través de sus sociedades y donde
estarían incluidos los matadores.
La Agencia Tributaria tiene una ardua tarea por delante
porque existen cientos de empresas administradas por toreros y sus familias.
Hoy en día, el Registro Mercantil está plagado de compañías con nombre de
figuras como Enrique Ponce S.A., Morante de la Puebla S.L. o Talavante S.L.
Están diseñadas para pagar menos impuestos y ganar dinero con los derechos de
imagen. La mayoría tiene como objeto social la explotación de los festejos
taurinos donde se incluye la posibilidad de contratar a cuadrillas. Cuando el representante de un torero cierra
una corrida en una determinada plaza, estas sociedades gestionan los viajes,
pagan los hoteles, alquilan las furgonetas, etc.
"Los toreros son en sí mismos empresarios", dice
Félix Plaza, socio del despacho de abogados Garrigues, que dirige el
departamento 'Sports & Entertainment' especializado en tratar con este tipo
de clientes. No puede revelar sus nombres, pero cuentan en su cartera con
importantes toreros. "Es un colectivo muy especial. Se dejan asesorar y no
suelen poner ninguna objeción porque prefieren estar centrados en su carrera
profesional que como las de los futbolistas no es muy larga", afirma
Plaza.
Negocios inmobiliarios
Las empresas de los toreros están relacionadas con
frecuencia con el negocio inmobiliario. Si analizamos los primeros puestos del
escalafón, El Juli, Morante, Salvador Cortés, El Fandi, Talavante y Ponce
tienen intereses en la construcción y compraventa de fincas. El Cid y Juan José
Padilla gestionan actividades relacionadas con la hostelería. Otros como Miguel
Ángel Perera, José María Manzanares, Iván Fandiño, David Mora, Daniel Luque o
Sebastián Castella prefieren que las empresas en las que aparecen como
administradores estén diseñadas sólo para asuntos taurinos.
Para Félix Plaza los toreros no se mueven por intereses
especuladores, sino que pretenden invertir en negocios que les aporten riqueza
de forma constante durante varios años.
Julián López Escobar, El Juli, es posiblemente la figura
número uno del momento y se disputa con José Tomás el caché más caro de la
fiesta nacional. Como inversor también lidera el conocido como G10 de la
profesión. Es el único que cuenta con una SICAV, Rodeo de Inversiones, para
gestionar su abultado patrimonio. Esta Sociedad de Inversión de Capital
Variable, donde están metidos los padres del torero, se beneficia de un
importante ahorro fiscal ya que sólo tributa un 1% en vez del 35%.
Hay que tener mucho dinero para poder crearla, como mínimo
2.400.000 euros. El último balance de cuentas correspondiente a esta SICAV
gestionada por el Banco de Santander refleja que cuenta con un capital de más
de 3 millones de euros. Además, el nombre de El Juli aparece en el Registro
Mercantil como administrador de otras dos sociedades: Explotaciónes ganaderas
Feligres e Inver Loes, que lo sitúan a bastante distancia en cuanto a
inversiones del resto del compañeros de profesión.
Entre estas dos empresas hay una inversión de capital de
casi 6 millones de euros. Sólo Enrique Ponce mueve esos dígitos millonarios. En
Enrique Ponce S.A tiene más de 90.000 euros y en Cetrina, 3 millones y medio de
euros. El resto de la terna tiene como desembolso una media de 3.000 euros, la
cantidad mínima para montar una S.L.
Dentro de los toreros de relumbrón no podía faltar la saga
de los Rivera Ordoñez, que en la actualidad se encuentran retirados de los
ruedos. Francisco que cuenta con múltiples negocios y explota varias plazas de
toros. También administra Yel Nat, S.L, dedicada al espectáculo, la cultura y
los derechos de imagen, y está involucrado en Tazdevil S.L., que aglutina
espectáculos públicos y contratación de artistas junto a la explotación y
enajenación de toda clase de bienes y valores mobiliarios e inmobiliarios.
Su hermano Cayetano ha invertido en Mitraditi S.L, dedicada
a la prestación de toda clase de servicios artísticos y que figura como socio
único de Inteel Trade, sociedad dedicada al comercio al por mayor de chatarra y
productos de deshecho y cuyo administrador único es el torero, imagen de marcas
de lujo como Armani y Loewe.
Mención especial merece el torero jerezano Juan José
Padilla, “el Pirata”, que perdió la visión de un ojo en una grave cornada. Su
sueño era volver a vestirse de luces y lo ha conseguido. Además, hace unos años
se embarcó junto al cantante David de María y el bailaor Antonio “El Pipa” en un importante proyecto cultural donde han
desembolsado 186.000 euros mediante la empresa Lalola Teatro, que gestiona una
especie de café teatro para espectáculos musicales en el centro de Jerez.
Los toreros están hechos de otra pasta. Quieren administrar
bien lo que se ganan en la plaza jugándose la vida. Se convierten en
empresarios por necesidad y buscan fórmulas para pagar menos a Hacienda y así
hacer frente, en está época de crisis, de la importante subida del IVA que han
aplicado a la fiesta nacional. Y por lo que lo parece, se les da de perlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario