A las figuras del toreo que
actuaron en Mérida 2016
Me da escalofríos.
Directamente no es de recibo. Ni la Fundación del Toro a toda máquina, tampoco
las manifestaciones, la presión social, la unión gremial de todos los profesionales
del toreo, el que llenemos las plazas, el agarrar una pancarta y ponerse
delante, inundar la red de contraataques, soportar insultos en la calle y en
los medios, nada valdrá para nada y hablo de futuro, si tras los ecos de los
triunfos en América y sus grandilocuentes crónicas llegan los vídeos con la
cruda realidad.
Lo de Méjico ya se
sabía, en realidad lo enseñan domingo a domingo por la Televisión sin recato,
pero lo de Mérida (Venezuela) ha sido novedad para muchos y supera todo lo
imaginable.
Me da escalofríos.
Entiéndase como impresión personal si quieren, pero les aseguro que es
impresión muy generalizada y paralizante. Se puede aceptar que no haya toros,
que la situación en aquel país es la que es, que por aquellas latitudes las
vacas sólo críen becerrotes valga la ironía, que me digan que todos los
matadores acuden en igualdad de condiciones que no lo sé, que la pasta es la
pasta, que los gustos de aquella afición caminan al margen de conceptos como el
trapío o los mínimos de la dignidad torista española, comulgo con todas las
ruedas de molino que me quieran largar todos los jefes de prensa del mundo
mundial, que por cierto no son pocos, pero nadie me impide que vea esos vídeos
y se me atraganten semejantes triunfos en tan importantes toreros, se me nuble
la fe en el futuro y hasta tenga tentaciones de pedir la baja taurina.
Si lo hacen,
disimúlenlo, tápense. No olviden su orgullo de toreros, que seguro que lo
tienen. Y si además tienen capacidad para llenar la plaza, que la llenaron, aún
me parece más nocivo. Y sí, el público se lo pasó fenomenal, compro excusa como
animal de compañía, pero no olvido que también se divierten en los festivales.
Eso es pan para hoy y hambre para ya. O peor.
No malbaraten su
bien ganado prestigio, que al fin y al cabo es el prestigio de todos. / José Luis Benlloch – Director de la Revista Taurina española
Aplausos
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