Alcobendas82 director del blog Banderillas Negras he hecho
una entrevista al matador de toros venezolano José Nelo “Morenito de Maracay”
que vale la pena que muchos y que aficionados de Venezuela, deberían leer.
¿Por qué torero?.
Mi papa era matarife en las plazas. Me llevó de pequeño y de
allí me vino la afición. Toreaba perros y no les perdonaba ni un muletazo.
De los perros al
toro...
Después de tanto torear perros alguien me llevó a la plaza
donde daba clases Pedro Pineda era profesor de los Girón. Yo fui con un amigo
que había sido más osado y había ido antes. Al pisar esa plaza me sentí torero.
Pedro Pineda fue mi maestro y de ahí (del toro) ya no me sacó nada. Tenía 14-15
años.
No dejaba de ir a los toros ningún día, era una fiebre que
me llevaba por la locura del toreo. Él me enseñó a torear, a banderillear… Yo
era el primerito de los alumnos de la escuela al que llamaban a torear. Buscaba
huecos, le limpiaba el coche, me cogió cariño y me llevaba incluso a comer a su
casa.
¿Cómo eran los
novillos de esos inicios?
Eran toros criollos los que se lidiaban y me llevaban a
verlos. Había muy pocas ganaderías en esa época. Yo quería torear y empecé con
criollos y fui soltándome un poco, ganando puntos poco a poco. Tenía valor. Embestían
con media arrancada, nunca como toros de casta. No había tentaderos.
¿Cómo eran las
escuelas en esa época?.
Así fue pasando el tiempo. Los ganaderos que iban a lidiar
metían 25 toros en un corral, se pegaban dos capotazos para ver si se metían en
la plaza el domingo siguiente en la novillada. Como eran mansos la mayoría de esos
veinticinco se quedaban cuatro para la plaza.
Esas novilladas las toreaban los profesionales como Joselito
López. A los chavales solo los capotazos de los corrales. Quedaba algún toro
manso que no servia y hacíamos el tonto con él. Eso era lo que uno toreaba.
¿Y de ahí...?
Al soltarme empecé a ir a los toros coleados (los colean 4-6
caballos) como acoso y derribo pero por el rabo. Cuando el toro se levantaba te
lanzabas del público y pegabas 3-4 muletazos a las embestidas que tenían, las
que te regalaban tras pegarle la voltereta.
¿Cómo eran esos
pueblos?.
Esos pueblos eran extraños. Como uno quería ser torero se
iba a esos pueblos con su muleta bajo el brazo. Éramos un grupo y nos
escapábamos.
Difícil crecer así.
Tras superar aquello metieron algo de casta. Ya había
novilladas con casta con los profesionales. Empezaron los tentaderos en los
Aranguez. Empecé a ir esos tentaderos. Ya empecé a ver como se tentaba, ver a
los maestros de cerca, fui ganando terreno al dar algún muletazo.
Ganaba puntos en los pueblos y siempre iba para adelante,
aunque solo fuera a pegar un par de banderillas pese a su dificultad.
Pero el debut tardó
en llegar
En 1971 debuté con novillos de casta. Tuve la suerte de
cortar cuatro orejas en esa tarde. Me gané el trofeo aunque no me le dieron
nunca (risas). Así hasta que debuté en Caracas. No estuve bien y a casa y se
acabó Morenito de Maracay allí. Decidí que me iba a España.
¿Cómo pudo marcharse
rumbo a España?
No tenía medios pero era muy espabilado. Inventé cosas para
poder ir. Hice capeas para ganar dineros vendiendo entradas y me pegué a Rafael Ponzo (torero) y me
lo gané.
Me cogió cariño, yo sabía que se iba. Vendí entradas por la
ciudad pero no me di cuenta que no tenía un duro porque el dinero me lo iba
comiendo sin enterarme. Estaba desesperado.
Había un mano a mano Rafael Ponzo y Celestino Correa. Como
yo era muy amigo de Ponzo, un día antes estaba vendiendo entradas, y me echaron
de un banco de feísimas maneras, casi a patadas. Cuando llegó el mano a mano. Ponzo
me puso de sobresaliente y me dejó un quite que hice por chicuelinas.
Me llamaron de la plaza para que fuera al banco donde me
habían corrido el día antes. El que me corrió había ido a los toros y la
empleada le contó que yo era el que habían echado (estaba enamorada de él).
Fui corriendo y el del banco me regaló el pasaje a España
con 500 pesetas de más.
¿Y en España?
Siempre estuve pegado a Ponzo viviendo con él hasta que me
tuve que ir porque se casaba con una española. Me marché a una pensión con
otros chavales que querían ser toreros como Rayito al que llevaba Gonzalito.
Era un lugar sin calefacción pero yo seguía con afición
yendo a la Casa de Campo. Ponzo me había presentado a un veedor, Suárez Merino,
ayudante de Lazaro Carmona.
Le llamaba todos los días mañana, tarde y noche. Ahora me
doy cuenta de qué fastidio le pegué. Me llamaron a un tentadero a Alejandro
García. Salió una vaca y lo bordé. El hombre al que había dado tanta guerra,
Suárez Merino, se interesó por mí y me puso Morenito de Maracay porque José
Nelo no le gustaba.
En ese mismo año me cambió el nombre porque era feo y de
futbolista.
Póngame como quiera.
Debuté con Lazaro Carmona en Tudela y corté dos orejitas.
Luego a Borox donde me entretuve en cortar todo, no corte las patas de
casualidad. Merino me llamó entusiasmado y me presentó a Luis Álvarez y me
salieron novilladas en todos lados como Arganda.
Fue todo como una locura. Me quedé tranquilo porque cuando
llamé a Merino estaba sin dinerito.
¿Con Álvarez cambió
todo?.
Me apoderaron sin caballos. Tenía que torear un cupo minimo
de 8-10 para pasar a caballos y lo pasé. Debuté en 1977 en Ontur. Don Luis me
quería probar y me llevó una novillada de 500 kg de Escolar.
Fue muy mala pero yo estuve bien. Fui a Sanse, Madrid... y
me gané contratos. Cerca de 35 ese año. En 1978 fui a las plazas más
importantes como Vistalegre. Las plazas de primera fue en ese año cuando las
pisé. Torée 45 en todas las ferias y adquiriendo un nombrecito.
¿Cómo se mantenía en
contacto con Venezuela?.
No había celulares pero había formas de comunicarse. Carta,
correo. La prensa llegaba allí. Fui ganando una fama para cuando volví.
¿Venezuela cómo le
recibió?.
El primer año no fue bien porque eran toros mexicanos y no
le cogí el ritmo. No me querían pagar lo debido en Maracay. Toreé una, corté
dos orejas y me vine. Alguna en Valencia, Lima y a España.
Nos marchamos a la
alternativa.
Barcelona. Fue ganada a pulso. Me la dio Dámaso con José
María Manzanares y con Álvaro Domecq abriendo. Fue muy impactante, me acuerdo
de un quite de Manzanares y 4 orejas de Dámaso González que estuvo hecho un
león. Yo regular.
Del novillo al toro la diferencia fue abismal. En una
novillada en la ciudad Condal me llamaron a una sustitución de Espartaco que
toreaba con El Mangui y corté tres orejas y formé un lio. De ahí empezó a salir
la alternativa en Barcelona.
¿Llegó usted a pasar
hambre?.
A golpe y trancazo pero yendo por derecho superé el choque
cultural. Gané muy buenos amigos que conservo. Son choques normales. Pasé mucha
hambre tanto en Venezuela como en España.
El año que llegué no tenía que comer en mayo. Cuando estuve
vendiendo entradas en Venezuela las vendía a 20 bolívares cuando el hombre me
corrió. Yo hice una entrada para los ganaderos y se lo llevé al pueblo donde
corté cuatro orejas.
Le llevé un taco de entradas a un ganadero y no recibí nada pero
me acordé de aquello. Sabía que venían a San Isidro. Eran esos ganaderos los
ricos de Venezuela. Llegaban a un hotel cerca del Congreso con Rolls Royce a
todo nivel.
Yo me fui por allí y hablé con el viejo, me fui a saludarle,
le conté la historia y le dije que no había recibido nada de aquella entrada. Me
dieron 2000 euros (al cambio ahora) de regalo en el Banco Santander y eso me
duró.
Pero volviendo a esas
capeas, ¿no le quedó nada?.
Yo hice lo de capea pero eran toreados coleados en la plaza
de Maracay y pedí permiso. 100 bolivares para los ganaderos era el coste. Teniamos
para comer y me gasté lo que vendía. Hicimos la fiesta con los toros coleados.
Todo el mundo contento y de la plata que había vendido no me quedó nada.
Volviendo a su carrera,
¿siempre en el lado duro del toreo?.
Todo tipo de encastes tirando a lo duro, por no decir otra
cosa. Una batalla fue mantenerte temporada tras temporada con pares al quiebro,
capote... aguantando vendavales. Alguna vez te compenetrabas con el toro y lo
toreabas bien.
Era una guerra muy bonita. Aguantar años en Salamanca. Pamplona
era algo más que poner solo banderillas.
Hay toros de toros, y
torero de toreros. Hábleme de encastes, de ganaderías.
Háblame de un par de banderillas, el sesgo puro pero no de
un toro en concreto, siempre lo digo cuando me preguntan.
Manolo Ortiz, que es muy amigo mío, es lo mejor que he
visto. Esplá…
Hablemos de su
Pamplona
En el Norte me quieren mucho. Fue mi debut y venía de torear
en Tafalla. Al ir a Pamplona con Bernadó y Paco Alcalde maté una de Marqués de
Albaserrada, un pedazo de corrida de toros, corté dos orejas y armé un lío en
banderillas. Me cantaban el mamá ines y yo les seguía el rimo y las peñas me pedían
todos los años.
Me sentía cómodo allí.
Pero Madrid...
Me costó muchísimo entrar fuerte.
Más de treinta corridas toreé allí. Cuando entré fue en
agosto que salí a hombros con una de Galache. Corrida fuerte pero muy
agradable, embistió de lujo. Pegué muletazos extraordinarios al toro. Era para
tres y me dieron dos. El sueño de los toreros. La grandeza de un torero es
salir por allí.
¿En esos momentos se
acordaba del niño al que echaron de aquel banco?.
Me acordaba de todo, parecía que estaba en el cielo. Aprendí
a dar más valor a todos los toreros que habían cruzado esa puerta, muchas o
ninguna.
Cuando salió Rincón dijo que tocó el cielo y Dios le
contestó, pues así es.
¿Y en su país cómo se
vivió?
Eso fue grandioso en Venezuela, un delirio porque hacía
40-50 años que no salía nadie.
Me respetaban en todo el país.
¿Se ha hecho justicia
con aquel grupo de banderilleros una vez retirados?.
Algo más que banderilleros. Había que tener conocimientos
del toro. Esplá, Mendes... Teníamos que tener otras virtudes. Resolver cosas
complicadas con la muleta. Con dos o tres pares de banderillas no se hace un
torero. Para llenar teníamos que tener algo más que los palos. Dominar toros y
terrenos.
¿Se ha perdido ese
tipo de torero?
Sí. Yo me acuerdo de banderillear un toro en Madrid de poder
a poder, de cara a los chiqueros, a mil por hora, 580kg, quietecito y pegarle
un quiebro. La gente no me aplaudió pero al rato rompió tras un silencio tras
salir caminando. En esos momentos no lo analizas pero te das cuenta que hay que
tener cojones.
En Pamplona... Como yo lo hacía lo hacían Esplá, Soro,
Mendes. Hablo con Vicente, Ferrera gran figura del toreo en ese corte.
Espectacular con banderillas y un león con la muleta.
Tenemos que estar locos para destacar.
Pero Morenito no ha
dicho adiós
Voy a intentar torear un festival este año y que no se acabe
nunca. Toreé alguna en Venezuela, no hacía campo y me vine para España. Estoy
con la gente del toro y con ilusión de torear festivales con Soro.
¿Cómo ve el toreo en
la actualidad?
El toreo está muy bonito. Mucha gente estúpida atacando a la
fiesta sin razón, ni conocimiento. Eso es lo único que no veo bien. Toreros
jóvenes arreando. El toreo es muy dificil que pierda en la vida el murmullo
profundo de ilusión y de ganas. El toreo es único.
¿Se han acomodado las
figuras?
Cuando pueden se acomodan un poco pero en las ferias que
deben dar la cara la dan. Sevilla, Bilbao, Madrid son las que marcan, Albacete,
Pamplona se dejan los pellejos. Eso no hay que perderlo de vista. Van a algún
pueblo y lidian sus corridas. Si el toro no embiste...
Maestro, ha causado
una revolución los toros lidiados por Ponce y Talavante en Mérida. Hay grandes
esfuerzos para sacar un toro decente en Venezuela.
El toro venezolano está muy mal porque los grandes ganaderos
lo han abandonado un poco. Está políticamente mal allí y se dificultan las
cosas para los ganaderos: el clima, los piensos... En América el toro siempre
ha sido más reducido.
Por último maestro,
¿qué me diría de Talavera?.
Talavera era una plaza de gran historia donde he triunfado
muchas veces. Era una plaza de gran importancia, para mí era de primera. Un
público extraordinario, conocedor y muy sensible.
Blog Banderillas Negras
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