PACO AGUADO
Hace ya
unos meses que
Televisión Española emite
un soberbio programa
de divulgación del "bel canto" que está marcando todo un hito
en su género. Conducido magistralmente por el que fuera barítono catalán Ramón
Gener. Se titula "This is ópera" y, por su forma y su fondo, es un
ejemplo definitivo para intentar hacer algo similar con el necesitado mundo del
toro.
Les
recomiendo que lo vean –se programa sábados y domingos en La 2 de TVE, pero
también lo tienen en el Canal Internacional y en la propia web de la cadena
pública (rtve.es)–, porque merece la pena salirse con él de la decadente rutina
de la tele: tanto para entender más y mejor lo que significa la ópera como para
admirar la sencillez y la pasión con la que su director nos adentra en un
asunto aparentemente complejo y que se asume como sólo al alcance de las élites
culturales.
Ya
la declaración de intenciones del propio Gener, a la hora de presentar los
treinta capítulos de que se compone esta co-producción hispano-alemana, abre
las puertas a todos los espectadores, sea cual sea su condición, para que nos
acerquemos sin temor ni prejuicios a ese maravilloso mundo: "Tengo
una pasión –dice
el director en
el preámbulo–, una pasión que siempre me acompaña y con la que
he aprendido a escuchar, a llorar, a sentir, a reír, a amar, a vivir: la ópera.
Y
afirma: "Es una pasión sin límites que me llena día a día, una pasión en
la que siempre he encontrado una respuesta, una pasión que me lo ha dado todo y
que necesito y quiero compartir con
todos vosotros. Porque la ópera es la
vida, y compartida es mucho mejor".
Eso
es exactamente lo mismo que podría decir de la fiesta de los toros cualquiera
de los millones de apasionados que existen en el mundo, pero que no encuentran
aún el canal y el modo de expresar a esta sociedad pazguata e ignorante la
grandeza de un espectáculo que tantos paralelismos tiene con la ópera, tanto en
su acervo cultural como en su puesta en escena.
Sólo
que en la plaza, y ese es el matiz, las emociones intensas y las lecciones de
vida llegan siempre a través de la verdad, sin fingimientos: en presencia real
del peligro y de la muerte... Con todo, es envidiable la innovadora manera que
tiene Ramón Gener de explicar su pasión y de
ponerla al alcance de las mayorías, incluso de los más absolutos
desconocedores: con una gran sensibilidad,
pero sin esnobismos; desde una amplia experiencia y una enorme
sabiduría, pero sin pedantería; con entusiasmo, pero sin banalizarla; con
respeto, pero sin miedo a los puristas cuando trata de simplificar.
A lo
largo de casi una hora, en cada capítulo de "This is ópera" el
telespectador tiene ocasión de
entretenerse, de emocionarse y de asombrarse a medida que el propio
director le lleva de la mano por las claves de un arte que nos presenta vivo,
ajeno al tópico del clasismo casposo y de los palcos de guardarropía que, como
a los toros,también lo acompañan. Y lo saca a la calle, siempre con su piano,
para hacer sencillo lo complejo y cotidiano lo excepcional, para demostrarnos
que el arte y la música están también fuera de los teatros y de los grandes
templos operísticos.
Porque
para encontrar sus secretos lo mismo se va a una discoteca que a un circuito de
Fórmula 1, o hace música en un desguace para explicar a Wagner, o visita los
colegios para enseñarnos a Mozart, o pisa el albero de la Maestranza para
recordar a Bizet… Y viaja a Bayreuth, a Florencia, a Viena, a París… a las raíces y a los
escenarios originarios para que entendamos de donde parte cada partitura. Gener
es políglota, pero su conocimiento de varios idiomas les sirve para dejar
hablar y entender a los expertos, a los tenores, a las sopranos, a los
directores, a los compositores.
Es a
ellos a los que hace cantar y contar sus sensaciones y sus experiencias para
revelar el fondo de la música culta, al tiempo que desvela los procesos
creativos de cada obra y la historia y las motivaciones de sus autores: los
porqués y las claves de la ópera. Cuánta falta nos hace ahora algo así en el
toreo. Necesitamos apasionados lúcidos como él, y una cadena que apueste con
valor contra la estigmatización generalizada de la tauromaquia, para mostrar a
la gente que también este rito milenario tiene sus propias y hondas raíces
culturales y que es capaz de expresar y provocar las más profundas emociones
éticas y estéticas.
André
Viard ha dado un primer e importante paso con su audiovisual sobre las
Tauromaquias universales, pero necesitamos más. Quizá retomar y rematar aquel
gran proyecto inacabado que fue
"Tauromaquia", que iniciaron los ya
fallecidos Joaquín Jesús Gordillo y Juan Posada a finales de los 70 en
TVE, y que bien podría atreverse a reponer la cadena pública en su ahorrativa
política de continuos "revivals".
Necesitamos
a alguien que sepa contar de manera tan
brillante, atractiva, sencilla
yamena las complejas claves de la tauromaquia en una especie de "This is
bullfight". Lo podía haber hecho Pepe Alameda, pero ya va a hacer 25 años
que no está con nosotros. Así que, porque se puede y porque hay argumentos de
sobra, habrá que encontrarlo. A uno o a varios. Nos urge hacernos entender en
esta espiral de manipulación y mentira de última tecnología para enseñarle al
mundo que, como dice Gener de la ópera, el toreo también "nos explica las
cosas importantes de la vida".
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