jueves, 20 de enero de 2011

¡Ya huele a toros!

A poco que la Plaza México y la Feria del Sol den su cerrojazo, para muchos toreros comienza su peregrinar por ruedos ibéricos. Foto: José Ramón Lozano
José Antonio DEL MORAL

Por San Antón los días dan un pasito de lechón… y  empieza a oler a toros. Se desperezan las ilusiones de este río de la afición que cada año nos lleva de plaza en plaza en pos del toreo.

Aunque la temporada en España siempre empieza con tono más o menos menor en Ajalvir y en Valdemorillo, la que en todas partes llamamos grande se iniciará donde terminó, en América. Por lo que a este cronista respecta, la despedimos en Lima antes de que llegaran las Navidades y la iniciaremos en México con las tres últimas corridas que cierran los eventos más importantes que se celebran en la grandísima e histórica Monumental de Insurgentes. Plaza que inauguró Manolete hace 65 años y que celebra su aniversario cada 5 de febrero que éste cae en sábado por lo que habrá otra tarde conmemorativa el domingo 6, día en que repetirá el rejoneador Diego Ventura tras su debut el pasado domingo. Antes, el 30 de enero, se celebrará la primera y comparecerá El Juli junto a Zotoluco y El Payo con toros de Xajay. Posiblemente, esa tarde tendremos ocasión de ver llena otra vez el enorme coso, como también, espero, el 5, día principal en el que actuarán los dos grandes triunfadores de la actual campaña capitalina, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera aunque ninguno de los dos consiguió llenar en sus tardes anteriores actuaciones.

Nada que ver el ambiente de este impresionante escenario repleto que cuando no pasan de 10.000 espectadores que en sus tendidos ni se notan. De estos tres festejos, daré cuenta en LA GACETA con sucesivas y puntuales crónicas.

A cuantos aficionados que nunca vieron toros en la plaza México –como tampoco en la limeña de Acho, cuyos horribles alrededores se van a urbanizar y embellecer por  orden del Gobierno y ya era hora– les recomiendo que al menos una vez en sus vidas vayan a los festejos conmemorativos de la Monumental porque merece la pena. Lamentablemente, desde hace demasiados años, La México solo sé ve llena o casi llena en los festejos del aniversario y en las escasas veces que allí actúan fuera de estas fechas El Juli, no digamos Enrique Ponce que allá continúa siendo el “consentido” pese a que este año no actuará en tan señaladas fechas al no verse incluido el día más señalado como estaba previsto, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y José Tomás aunque éste nunca logró poner allí el no hay billetes.

Los aficionados del Distrito Federal se han quejado mucho este año de la pequeñez de los toros en su gran plaza. Quejas que aumentaron por el contraste que deparan las retransmisiones de las ferias más importantes de España que ahora pueden verse en vivo gracias a internet. Nada tiene que ver, por ejemplo, ver a Ponce frente a los torazos que mata en Bilbao con los que suele enfrentar en La México. Hasta sus partidarios más acérrimos, se cabrean: “¿por qué en España sí y aquí no?”. Al respecto, en la pasada feria de Bilbao les comenté a unos amigos mexicanos que habían venido para ver las principales ferias de agosto, que si Ponce matara alguna vez en La México un encierro como el de El Puerto de San Lorenzo de las últimas Corrida Generales, los manitos se tirarían por los balcones pese a que, como he dicho muchas veces, quien no ha visto a Ponce en La México, no ha visto a Ponce.

Sea como fuere, repito que merece la pena comprobar in-situ cómo cincuenta mil gentes son capaces de gritar un ensordecedor olé al unísono cada vez que un torero da un buen muletazo, y de enmudecer como una sola persona si el siguiente es malo. Eso solo se puede vivir en La México. Quizá por ello, por esa singularísima sensibilidad colectiva, los toreros abusan a sabiendas de que les basta torear bien, templada y largamente, para que ruja el público.

Cuando regresemos a España, ya estaremos en plena campaña taurina. Claro que, aquí, la grande empezará como desde el año pasado en la madrileña plaza cubierta Palacio de Vista Alegre en donde los días 27 y 28 de febrero se celebrará la II Feria de Invierno con dos corridas de lujo: toros de Garcigrande para El Juli, José María Manzanares y Alejandro Talavante; y toros de Núñez del Cuvillo para Juan Mora, Morante de la Puebla y Sebastián Castella. Por cierto que, Juan Mora parece que va a encabezar muchos buenos carteles la próxima temporada. Consecuencia de su gran éxito en la pasada Feria de Otoño en Madrid. A algunos les va a venir perlas, empezando por El Juli, por Ponce y, no digamos, por José Tomás si, por fin reaparece como sueñan los tomasólogos, estudiosos de las señales de galapagarino quien, según cuentan, ya cubre cada día cuarenta kilómetros en bicicleta. Hace bien en fortalecer sus piernas aunque para torear no le basta la fuerza, sino saberse absolutamente dueño de sus reflejos. Es decir, a tope de sitio.

A la espera de saber lo que disponga el siempre misterioso pasmo, en Sevilla está casi asegurado el cartel del Domingo de Resurrección con Morante, El Juli y Manzanares que son los tres insustituibles en La Maestranza. Ese día, inicio de la Feria de Abril, se agotarán las entradas. Lo mismo que el 12 de marzo en la primera corrida de la feria de Olivenza a la que no podremos asistir por desgraciada coincidencia con Las Fallas en Valencia que arrancará con Ponce y Manzanares o El Juli. Salvo el maestro de Chiva, que actuará dos veces, en las próximas Fallas las demás figuras actuarán solo en una. Y es que tiene que haber hueco para los que verdaderamente cuentan porque actuar en Fallas es la primera seña de identidad de los grandes. Además de los nombrados, El Juli, Morante, Castella, Perera, El Cid, Talavante y Daniel Luque, el nuevo a subir a los primeros puestos, ahora de la mano de Simón Casas –actual empresario de la plaza de Valencia– tras el periodo cubierto por José Luís Marca que ha finalizado como el Rosario de la Aurora. Ya veremos cuanto tiempo dura el de Casas dado el enrevesado carácter de la criatura.

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