lunes, 24 de enero de 2011

FESTIVAL DE LA ESCUELA TAURINA DE SAN CRISTÓBAL: Cinco orejas y un indulto en tarde de noveles espadas en Pueblo Nuevo

Jesús Enrique Colombo incomprensiblemente estoqueó un serio cárdeno, que no del todo le dejo aflorar sus buenas maneras. Foto: Cucú Rincones.
SANTIAGO MORALES

SAN CRISTÓBAL.- Cinco orejas, dos simbólicas al indultar al cuarto de la tarde el alumno mexicano Jorge Salvatierra, fue el resultado del festival de escuelas taurinas, celebrado hoy en la ciudad de San Cristóbal.

El español Álvaro Montalvo cortó dos orejas a ley y el colombiano Guillermo Valencia paseó otra oreja, en una tarde con algo más de un tercio de entrada en la plaza de San Cristóbal, en el occidente del país.

Fabio Castañeda, Jesús Colombo y Antonio Suárez, alumnos de la escuela taurina local que dirige el maestro César Faraco, pusieron voluntad pero se fueron de vacío.

Se lidiaron -según se leyó en tablilla de anuncio aún cuando se observaba caracteres de otras divisas-, seis novillos de las vacadas nacionales de Rancho Bravo (1º, 2º y 3º). El 4º, de Jerónimo Pimentel, fue indultado ante la insistente petición del público por su nobleza y bravura. El 6º, anunciado de Rancho Bravo, fue de El Capiro.

Montalvo realizó valiente y profunda faena al primer astado, rematada de estocada sin puntilla que fue premiada con dos merecidas orejas.

El esperado regreso del publicitado alumno de la Escuela Taurina de Madrid y paisano Castañeda no tuvo suerte. Recibió aparatosa cogida al recibir de rodillas a portagayola al segundo, que mermaron sus facultades. Palmas.

El colombiano Valencia arrancó un trofeo estando por encima de su complicado novillo. Cortó una oreja.

Salvatierra, alumno de la Escuela Taurina de Aguascalientes, estuvo magnífico en el asentado trasteo con el eral de Pimentel que indultó. Obtuvo las dos orejas simbólicas.

El niño Jesus Colombo pechó con un cárdeno infame al que mató con decisión. Escuchó un aviso.

Cerró plaza con luz artificial el novel local Suárez, que estuvo valiente y torero con un utrero sin raza que se le fue con las orejas al fallar con los aceros. Fue ovacionado. / EFE

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