martes, 12 de junio de 2012

SEXTA Y ULTIMA DE ABONO - FERIA DEL ARTE Y CULTURA TAURINA 2012 EN MADRID: Un gran toro de Castillejo de Huebra


Quinto de la corrida de rejones que cerró el mes seguido de toros en las Ventas.  Triunfo meritorio pero no redondo del lusitano Rui Fernandes. Cumplidor Moura  Caetano.
BARQUERITO
Fotos: EFE

BARBEÓ TABLAS el primero de corrida y, como tantos toros de sangre Murube, hizo  hasta amago de saltar la barrera. Desistió. Costó encelarlo: por distraído, por su apego a las tablas, por su trote mansito de corredero. Un arreón, se dolió de farpas, se acabó rebotando. Era un bello toro, muy enmorrillado: diana segura para un rejoneador con más recursos que Sergio Vegas. Sin ayudas de capotes, Sergio apenas pudo llegar a terrenos del toro. Y con ellas, tampoco.

Transiciones lentísimas en los cambios de montura. Toro rajado, un rejón de muerte.  Hicieron durante el trasteo su aparición esas habituales palmas de ganso a la alemana cuya invención se atribuyó sin motivo un día a los aficionados de Tarancón  –para animar al rejoneador del país, el gran Sergio Galán- y ya se ve que no. No toreaba Galán, no estaban ni los de Tarancón ni los de Huete ni los de Uclés. Las palmas de ganso son, por tanto, la música de las corridas de rejones en Madrid. Esta era la cuarta del género en Las Ventas en menos de un mes. No sería la mejor de las cuatro.

Fue, sí, de sangre Murube, y de una de las ganaderías más refinadas de Salamanca. No salió ese toro lustroso y fino de cabos tan clásico de Castillejo de Huebra, pero dio la casualidad de que el único de los seis jugados con ese hierro salió bravo de verdad. El quinto de la tarde. Cualquiera que sea la terna, el cuarteto, el sexteto o la pareja de rejoneadores, una corrida o un toro bravo encarecen y calientan la fiesta. Ese quinto de esta baza fue a todo con la prontitud inequívoca de la bravura. El dilema de siempre: ¿y si hubiera podido verse en puntas y lidiado a pie? Mejor todavía.

Rui Fernandes –el querubín de Almada, facciones germánicas, porte de jinete militar  y no campero- le hizo al toro honores, puso en liza a cuatro caballos estrella –el albino «Sol», lo tordos «Quiebro» y «Ozono», el castaño «Bairro Alto»-, se adornó en aires de alta escuela –passages, paso español, corvetas, balanceos-, no redondeó en tres o  cuatro intentos de clavar a dos manos, no terminó de templarse con el toro y lo mató a la segunda, y el rejón de muerte cayó muy trasero y provocó agonía larga contra las tablas. Para morir fue también bravo el toro.

La corrida de José Manuel Sánchez, de desigual condición, dio, además del gran quinto de Castilleja, dos toros de buena nota: segundo y sexto. Frío de salida el uno, de gran  nobleza; de gran calidad el otro, cinqueño, larguísimo, bello de ver, igual de noble. Rui Fernandes, de gusto heterodoxo, amante de alardes –piruetas con o sin  toro-, se prodigó en adornos, arrodilló a un caballo, lo lanzó dos veces, clavó más a grupa que a estribo y, con el fondo constante de las palmas de ganso, se calentó y  atrevió, llenó plaza, mató de un primer intento y rodó sin puntilla, se pegó una interminable vuelta al ruedo. Fue el personaje estelar de la corrida.

Académico, certero, pausado, riguroso en las reuniones, Moura Caetano anduvo muy centrado con el notable sexto. Y también con el complicado tercero, que se revolvía mucho por  nervioso y acabó afligido de tan sangrado.

El cuarto fue el toro bruto pero flojo  imprescindible en la de rejones que sea y alcanzó monturas de Sergio Vegas unas  cuantas veces. No hubo manera de acoplarse.

POSTDATA PARA LOS ÍNTIMOS.- La última de las fiestas. Con detergentes químicos limpian y rerriegan todas las noches el patio del desolladero y, sin embargo, las flores de los tilos del bosquecillo se abren de noche y pueden con el hedor de la sangre y el perfume artificial de las multinacionales de la limpieza. En la calle de Mayor, entre Sol y Bringas, hay, en la acera de los pares, tilos jóvenes que también se atreven. No más botánica.

Un caballo albino llamado Sol. No está mal. La casaca prusiana de Moura Caetano: el  azul del uniforme de caballería de Prusia. Marcial color, señor Lalanda.

FICHA DEL FESTEJO
Cinco toros de José Manuel Sánchez y uno -5º- de Castillejo de Huebra (familia  Sánchez Majeroni, todos despuntados para rejones y, salvo el cuarto –destartalado-,  de bellas hechuras. El toro de Castillejo se empleó de bravo. El sexto, cinqueño, de  gran estilo al descolgar y estirarse. Bueno fue el segundo.
Sergio Vegas, silencio en los dos. Rui Fernandes, una oreja y saludos tras un aviso.  Moura Caetano, silencio y vuelta.
Domingo, 10 de junio de 2012. Madrid. 6ª de Arte y Cultura Taurinas. Primaveral. Casi  media plaza.

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