De persistir la norma dictada por el alcalde de Bogotá que prohibe el
toreo, el coso de la capital tendrá que ir a parar de nuevo a manos de sus propietarios.
La plaza de toros La
Santamaría de Bogotá debería volver a los herederos de su fundador -en este
caso a su nieto, Fermín Sanz de
Santamaría-, en caso de que el alcalde de la ciudad, Gustavo Preto, siga llevando adelante su decisión de prohibir en el
emblemático coso -construido en 1931- la celebración de espectáculos taurinos.
Según ha informado Radio
Caracol de Colombia, el contrato de donación de la plaza de toros al
gobierno local incluye una cláusula en la que se especifica que la cesión del
Monumento es única y exclusivamente para que en él se celebren festejos
taurómacos.
En sus 81 años de
existencia, La Santamaría ha servido
de escenario de discursos políticos, conciertos de rock, ópera, carnaval en el
hielo, obras de teatro, circos, boxeo, basket..., pero nunca ha dejado de ser
empleada para el fin con que fue construida: albergar corridas de toros. / Redacción APLAUSOS
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