Frente a un exigente y enrazado encierro de Dosgutiérrez, el navarro cortó tres orejas y un rabo, mientras que el portugués Ribeiro Telles tuvo una desafortunada tarde resultando corneada una de sus cabalgaduras, y el nacional Andrés Chica perdió la puerta grande al final.
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
MEDELLÍN (Colombia).- Los Murube-Santacoloma de Jorge Gutiérrez vinieron y corroboraron porqué son el hierro preferido de los jinetes. Con estampa de toros, hicieron salidas bravas, luego acometieron con fiereza y persiguieron a fondo comprometiendo por momentos a los tres lidiadores que vieron todos golpeadas sus monturas. Con dignidad salieron a vender cara su vida, dándoles significado y emoción a sus lidias, y recibiendo todos arrastres aplaudidos. Buen encierro, pese a su diversa romana.
Pablo Hermoso, continúa su arrasadora cabalgata por Colombia. Después de haber sometido a Cali y Manizales, hoy tomó Medellín, y esta misma noche avanza sobre Bogotá. Pero como sucedió con su connacional Hernán Cortés hace medio milenio en México, sus victorias, además de su genio innegable, han contado con la rendida entrega de los nativos, que rompen filas y se desbaratan ante su sola presencia. Habría que oír la explosión de júbilo con que fue recibido no más asomar esta tarde por la puerta de cuadrillas para saberlo. Después, claro, él y sus pegasos hicieron el resto.
Cuando montando a «Estella» salió a lidiar el segundo, se vino el aguacero, pero cerraron el techo, disminuyó la luz, hubo un aire como más íntimo y todos tan contentos y secos. «Manolete«, «Ícaro» y «Pirata» sucesivamente fueron uno con él y la faena y el escándalo crecieron en intensidad, llegando a su momento más alto en las banderillas cortas, al relance una de otra, mientras cada nuevo círculo se hacía más estrecho. El acero de muerte cayó descentrado, tardó en hacer efecto y la petición se satisfizo con la primera oreja de la tarde.
Lo cumbre se alcanzó con el quinto, el más grande y uno de los más agresivos. Lo recibió con «Garibaldi» clavando rejones de castigo en sitio, combinados con largos y arrimados temples cabalgando de costado que desopilaron el tendido. Pero eso no fue nada comparado con lo que a continuación produjo con los quiebros increíbles de «Chenel» metiéndolo por una rendija entre toro y tablas, y las espectaculares banderillas al estribo con «Dalí», poniendo al público en estado de conmoción, interior y exterior. Y tras ejecutar con «Pirata» de nuevo, las cortas a una y a dos manos, ya la demencia fue total. Tanto, que al rodar “Economista” bajo el rejón trasero y caído, nadie, y el presidente menos que nadie, quiso recordar el reglamento ni los cánones, y el rabo, también rodó con dos orejas de guarnición, siendo cantado con más furor que un gol de final mundialista. Cada uno de los gesticulantes gritones parecía sentirse premiado con él. Tal como estaban las cosas, quien se arriesgaba a pedir mesura. Al final del festejo la salida en hombros recrudeció el frenesí goleador.
Ribeiro Telles, cabalgó sobre «Zamuriño», «Baroja», «Tiziano», y «Hormiga», prestados por Pablo para lidiar al primero, con el cual dejó impronta de su estilo sobrio, serio y técnico. Iba bien, de verdad, y la gente con él, Pero pinchó tres veces, después puso un bajonazo y para completar se dolió de la casta diciendo que el toro arriaba mucho. Con el cuarto, áspero y esperador, se dio más, y la gente a él, había emoción en la difícil brega y en el coro, cuando en una pasada «Hormiga» resultó trompicado y desequilibrado causando chillidos de susto. Corrió al patio y montó al blanco «Diestro» (de Chica), engallado, volviendo a la carga y de nuevo perdiendo el terreno. El caballo sufrió una cornada en el ijar izquierdo con sangrado. Allí murió todo, la faena, su confianza y el apoyo popular. Dos pinchazos y un bajonazo cerraron el drama y la derrota. El veterinario informaría luego que la herida no penetró a cavidad.
El joven Andrés Chica contó de comienzo con el respaldo paisano, y lo justificó. Ataviado a la federica, cumplió los tercios de sus dos bregas con gran aseo, acierto y alegría. «Farah Diva», «Faraón», «Palomo», le secundaron con galanura. Pinchó hondo y trasero al tercero y descabelló, recibiendo una oreja por ello discutible. Brindó el sexto y toda la plaza con él, al procurador, honrando el brindis con leal entrega y empeño. Tras los tres rejones de castigo que parecieron excesivos, los hechos le dieron la razón. Atemperó al enrazado y se lución con los palos largo y puso las cosas al rojo con las cortas al violín, muy bien ejecutadas. Ya tenía el pasaje pago para viajar a hombros con Hermoso, cuando quizá los nervios le traicionaron, se aceleró un poco, o mucho, dio en hueso y atrás dos veces y después cometió un bajonazo que tristemente le cerró la puerta. Sin embargo los parciales le hicieron saludar e incluso dar media vuelta.
Aunque sin lleno la gente se lo pasó en grande. Triunfaron Pablo Hermoso, la ganadería y un espectador muy particular, el señor Alejandro Ordoñez, procurador general de la nación, quien fue recibido y despedido con pancartas de gratitud y ovaciones por su vertical defensa de la fiesta. Él muy serio declaró por los micrófonos: “La fiesta es civilizadora”, recibió el brindis del sexto por Chica y agregó “el origen del toreo se confunde con el origen de nuestra cultura, es un derecho que nos pertenece”. Palabras mayores.
FICHA DEL FESTEJO
Sábado, 21 de enero de 2012. MEDELLÍN, COLOMBIA. Centro de Espectáculos Macarena. 1ª de abono. Aguacero, bajo techo, 19ºC. Menos de tres cuartos de plaza. Seis toros de Dosgutiérrez, despuntados para rejones. Bien presentados, encastados y exigentes. Todos aplaudidos, al 5º, “Economista”, nº 44, negro de 515 kilos, se le dio vuelta al ruedo.
Joao Ribeiro Telles, silencio y silencio.
Pablo Hermoso de Mendoza, oreja y dos orejas y rabo.
Andrés Chica, oreja y saludo.
Incidencias: Al terminar la corrida Pablo Hermoso de Mendoza salió a hombros por la puerta de San Juan. El caballo "Diestro" propiedad de Andrés Chica, pero montado por Ribeiro fue corneado en el ijar izquierdo por el 4º de la tarde, sin penetración abdominal.
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