RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
SAN CRISTÓBAL (Ven.).- «No es sencillo venir a tardes como estas con compañeros tan rodados como estos el día de hoy… y ver que salen las cosas así, es darle gloria a Dios. Han sido dos orejas no de pueblo ni de cachondeo, son orejas cortadas ante dos tíos de verdad, con sus virtudes y defectos, pero orgulloso de ser venezolano de haberme hecho en México, y estar aquí dándole la pelea a estos monstruos», son las primeras palabras del espada venezolano Leonardo Benítez.
Sobre la condición de sus toros lidiados el día de ayer en Pueblo Nuevo deja en claro: «El primero tuvo calidad, pero no transmitía… es el primer toro de la tarde, la gente sentándose, llegando a sus localidades, de verdad es muy difícil. El segundo tuvo mucho motor en las dos o tres primeras tandas, pero luego tirando por ahí derrotes y queriéndote coger, tuve que torearlo con autenticidad al ver esta gente entregada y sabiendo el esfuerzo enorme que se ha hecho estar aquí».
No deja pasar oportunidad Benítez para hacer retrospección a lo que ha sido su carrera: «Tiene mucho merito triunfar al lado de estos grandes maestros que se han toreado casi el centenar de festejos si lo comparas conmigo, con solo seis corridas el año pasado en México, logradas con mucha lucha, sin intercambiar “barajitas” como se acostumbra ahora, sino por derecho y venir acá a esta plaza solamente con tu esfuerzo, eso es de genios».
Por su parte “El Fandi” no ocultaba su desencanto por como ha resultado su tarde. «La verdad que mi primer toro complicado, muy rajado, por lo menos se ha movido, y he tenido allí una guerra. La pena es que para matarlo se ha puesto imposible, y en mi segundo pues que se ha muerto de pie, ni para banderillearlo, con la muleta solo ha durado cuatro pases y se paró. De verdad es una pena».
Un poco complicado para conseguir sus palabras ha sido Sebastián Castella, quien no obstante nos dejo sus impresiones tras uno de sus triunfos más redondo en plazas venezolanas: «Nunca es tarde como dicen, pero hoy he entrado como Dios manda, haciendo el toreo muy de verdad con un toro bueno». Sobre las claves de la faena de indulto enfatiza dubitativo: «No se… estar muy a gusto, disfrutar y ponerme en el sitio y ligarle lo muletazos muy despacito y muy largo». Y sobre el toro que finalmente le perdono la vida deja su criterio: «Al principio rebrincaba mucho, pero como tenia fondo se termino entregando y de allí el triunfo».
Para finalizar el ganadero y empresario Ricardo Ramírez no se cabía en felicidad por el triunfo tanto artístico como económico de la tarde, triunfando por partida doble: «Ha sido una corrida de toros de verdad, tal y como la gente me lo pedía», deja claro a primeras. Sobre el balance de la corrida en su conjunto hace un resumen: «No hubo un toro que quiso molestar a los toreros, si vimos un manso que fue el primero de El Fandi, muy mal lidiado desde salida, comenzándole a torear pegado a tablas, siguiéndole, cuando a los toros hay que enseñarlos a embestir, sacarlos al centro, él sabrá más que yo como torero, pero conozco mi ganadería y considero que ese toro había que llevarlo a los medios para que se desplazase y se le enseñase a embestir. Mucha nobleza, una más que otros, y la guinda fue el 6º, afortunadamente le toco a Castella que anda en un momento cumbre, primerísima figura del toreo… Yo feliz de la vida».
Sobre el toro indultado y su reata nos señala Ricardo: «Hijo de la vaca “Venceja”, logrado por inseminación, hijo de “Lanudo”, el semental estrella de la ganadería, que nos ha dado este regalito. Esto hay que disfrutarlo porque dura muy poquito, con el merito de venir en el momento cuando la ganadería cumple treinta años de formada».
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