Los de Juan Bernardo Caicedo, en Domecq, variopintos: dos negros, dos jaboneros, un castaño y un burraco, luciendo la consabida belleza de la casa, marcaron discreta romana en las tablillas, cuatro en el borde bajo del reglamento. Dieron juegos diversos, algunos blandos y defensivos otros ásperos, bravo el primero de rejones, y manso el 6º devuelto.
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
Sebastián Vargas bajo un sol esplendoroso que hacía su debut en esta feria lluviosa, se abrió con un buenmozo negro de amplia cuna. Entusiasta con la capa, tras un pinchito de Rozo, brindó un lujoso tercio de banderillas, a topacarnero, al cuarteo y de Calafia puso la plaza en pie. El toro bravuconeó en la muleta, no descolgó ni lo hicieron descolgar, derrotó y el curtido cucuteño tomo sus precauciones. Un pinchazo y un descabello pusieron fin.
Repitió libreto con el cuarto, jabonero brusco y carialto, que calamocheó en el estribo de Clovis, no humilló jamás y salía de los pases con cabezadas arriba. Un sector la tomó con el paisano y coreó ¡Toro! Él no se dio por aludido, mató de media y sonrió.
David Mora ha tenido una suerte aciaga. Igual que en Cali, acá se ha llevado un par de regalitos. Como para subrayarla, se nubló y comenzó a caer agua tan pronto le soltaron el segundo, un negrito chiquito pero carón y astifino, que no fue suficientemente picado y se le quiso subir a las barbas. Valeroso y aguantador lo templó a la verónica, a la gaonera, a la revolera, y a la brionesa. En él último tercio el negro sacó ideas, se le vencíó, y le cogió dos veces, haciendo la faena angustiosa pero meritoria. La estocada de la tarde (¿y de la feria?) firmó la proclama de honor.
El quinto, engatillado y con un par de agujas, tenía ganas pero no podía con su alma, se cayó cuatro veces, en una le tuvieron que parar del rabo, pero David, no se resignó. Sobó y sobó en una terapia intensiva, rechazada por los escépticos que lo exoneraban de culpas y le imploraban eutanasia. Pero él, terco, dele que dele hasta que al fin de marras logró hacerle caminar cansino tras un par de tanditas ¡Milagro! Se oyó. Ahora sí, la estocada desprendida cerró el largo drama. Oreja de honradez.
La cabalgata triunfal de Pablo Hermoso de Mendoza por Colombia, estuvo a punto de continuar hoy con el bravo tercero. Es que la faena no desmereció de sus apoteósicas anteriores (ver crónicas). Hasta le pusieron el pasodoble Feria de Manizales, reservado para faenas excepcionales. Pero no mató bien, y así, ni este palco. Puso dos rejones traseros que tardaron mucho en hacer efecto, tuvo que desmontar y a punto de intentar el descabello el buen jabonero dobló llevándose las orejas y el rabo que Usía ya tenía en salmuera.
Pero Pablo es Pablo, y todos confiaban que con el sexto la rumba estaba segura. Salió el burraco, se dio dos topes contra la barrera, y luego se pegó la entablerada del siglo. Cómo sería que ni Pablo pudo sacarlo de allí. El pablismo desconsolado, tras tres rejones y un banderilla a toro parado, clamó con furia el cambio y el señor presidente... pues también. Apuntillaron de mala manera al manso en el ruedo, para sacar el sobrero de Dosgutiérrez que sin convicción, algo persiguió, aunque no tanto como para el pasodoble excepcional que el palco le volvió a tocar como una declaración de fe ciega. Al final Hermoso, mucho más equilibrado, diría: "ni yo ni el toro estuvimos bien". Para descontento de quienes celebraban la sosa insistencia como una epifanía, tres pinchazos y dos bajonazos dejaron todo en unas palmas de adhesión. Parecía mentira, ver al jinete de la historia sin triunfo.
La gente se iba cabizbaja sin poderlo creer, habían comprado la boleta con certeza rabicida. Sin embargo, la corrida tuvo muchas cosas de valor, la estampa de los toros. Pablo en cara y cruz. El pundonor de Mora y su gran estocada. Las alegrías de Vargas en los primeros tercios y un ratito de sol.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza Monumental de Manizales. 6ª de feria. Sol, nubes y gotas, 18ºC. Tres cuartos de entrada. Seis toros de Juan Bernardo Caicedo, (3º y 6º despuntados para rejones), ligeros de romana, pero astifinos, de bellas láminas y juego encastado, algunos defensivos por blandos, el 5º francamente inválido. 6º bis de Dosgutiérrez bajo de raza.
Sebastián Vargas, palmas y palmas tras aviso.
David Mora, vuelta y oreja.
Hermoso de Mendoza, oreja y silencio.
Incidencias: Como 6º bis salió un sobrero de Dosgutiérrez en reemplazo del titular devuelto por entablerado y apuntillado en el ruedo.
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