Los utreros de Cerro Bermejo, encastados y variopintos; dos jaboneros, dos albahíos, un colorado y un negro, excelentes los dos últimos, pusieron su divisa por encima de las monteras. Además las espadas no atinaron.
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
MANIZALES (Colombia).- Muy veragüeño el encierro de Juan Fermín Rocha, capas, hechuras y talante. Con matices por supuesto, algunos con poca fuerza, el primero por acalambramiento y el tercero por condición. Al querer y no poder terminaron defendiéndose. Segundo y cuarto no hallaron autoridad para su aspereza.
El manizalista Camilo Pinilla no se halló en toda la tarde. Con el primero, al que de comienzo una caída baldó sus cuartos traseros, no encontró donde pararse. Precavido y escurridizo pegó pases como por obligación. Pinchó dos veces y descabelló siendo ignorado. El cuarto recibió dos varas de Clovis que no le quitaron lo alzado. Tampoco las primeras tres reivindicativas tandas derechas a las cuales contestó con efusión el tendido. Engallado Camilo se quedó en jurisdicción, fue cogido, cayó inconsciente con movimientos convulsivos a merced del novillo y así se lo llevaron dejando la plaza consternada. Juan Duque visiblemente impresionado casi no puede matarlo. Cuatro pinchazos, espada en guardia, cinco descabelllos y dos avisos.
Con los propios también sucumbió, Juan Duque. Al segundo, que tumbó dos veces a Cerquera y fue picado por Luisín sin lograr moderarlo, no le pudo. Raudo y desconfiado, el caleño apenas pudo lucir en una serie de cuatro naturales antes del pinchazo, la estocada y el aviso. Las dificultades del animal quizás valgan como atenuante. Pero no así con el bravo quinto que le quitó terrenos, le impuso su velocidad, convirtió su trasteo en un barullo y puso en evidencia que se iba sin la lidia requerida, porque no encontró quien se la diera y con las orejas porque no encontró mando. Quizás las dificultades del animal valgan como atenuante. Encima, la punta del estoque saliendo por entre las costillas y los siete descabellos. Los aplausos a los dos por igual, no hicieron justicia. Toda la emoción la puso el colorado.
Juan Viriato se dio cuenta pronto de la flojera del tercero y solo le dejó dar un pico de Cayetano. Ni por esas. El blandeo continuó convertido en defensa. La porfía fue sosa y el muleteo espanta moscas. Pero el volapié valió por todo, la estocada de la tarde le compró el saludo en el tercio.
«Granadino» número 113, negro de 426 kilos, remató con emoción la tarde, prontitud, codicia, galope, son, fijeza. Viloria le puso una puya medida, subrayada por una donosa revolera de quite, y tras el brindis a un mecenas norteamericano, Juan se atemperó con la noble acometida, por la izquierda y por la derecha, si alguna peca tuvo la faena fue no haber echado la mano más abajo. Pero público y músicos no lo notaron o se hicieorn los de la vista gorda, porque le dieron con todo. Había transmisión, sí, pero también fondo y la faena se alargó dando pie a los perdonavidas para empezar a chillar y a volear el poncho pidiendo indulto. Cuatro manoletinas y otra tanda derecha trataron de reforzar el clamor. Pero el palco, cuerdo, exigió la suerte suprema. Viriato, con las dos orejas en la mano, se tiró y… pinchó seis veces, recibió un aviso y descabelló, ya derrotado. Al novillo le dieron la vuelta.
Nota: en Colombia se ha vuelto costumbre descabellar los toros por detrás, a traición. Hoy “El Piña”, que había dado una lección cruzando el ruedo con el quinto a una mano. Descabelló por la cara, como debe ser todo lo que se le haga al toro.
FICHA DEL FESTEJO
Lunes, 2 de enero de 2012. MANIZALES, COLOMBIA. Plaza Monumental. 1ª de feria. Nubes 17ºC. Tres cuartos de plaza. Seis utreros de Cerro Bermejo, bien presentados, encastados en diferentes versiones. Al 6º, negro #113 de 428 Kilos se le dio vuelta al ruedo. Aplaudidos 2º, 4º y 5º
Camilo Pinilla, silencio en el único de mató.
Juan Duque, palmas, pitos en el que mató por Pinilla, y palmas.
Juan Viriato, Saludo y silencio.
Incidencias: Camilo Pinilla, cogido por el 4º fue llevado inconsciente a la enfermería donde le recuperaron y quedó en observación.
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